«No hay en el mundo otras mujeres que, como nosotras, podamos llevar en nuestro vientre, en nuestro cuerpo, en nuestro corazón, tanta responsabilidad por tantos hijos que amamos, que queremos y que seguimos defendiendo», dijo Hebe ante las miles de personas que la escucharon atentamente, luego de dar la ronda a la Plaza de Mayo número 2000.
“yo sabía que un día un hijo nuestro iba a cruzar la Plaza de Mayo e iba a ocupar el sillón de Rivadavia. Y lo ocuparon Néstor y Cristina, esos son nuestros hijos».
El acto llevaba por detrás las protestas contra el gobierno del ajuste, contra el presidente Macri que dijo, justo un día antes, que el terrorismo de Estado -aquel que marcó a nuestro país en los años 70- fue una «guerra sucia», que dijo también que no importa si fueron 9 mil o 30 mil porque era una discusión sin sentido, que volvió a imponer la idea hegemónica, vetusta y sobre todo agresiva de «las locas de la Plaza» al decir que «Hebe es una mujer desquiciada». Contra todo eso y mucho más el pueblo se juntó, acompañó a las Madres y repudió al presidente argentino.
«Me planté porque tengo claro que los pueblos podemos hacer mucho más de lo que creemos”, aseguró Hebe durante su disertación haciendo referencia al episodio de la semana pasada cuando Martínez di Giorgi pretendía llevarla detenida.
Y luego continuó: “Néstor y Cristina nos dieron 12 años de gran felicidad. En el año 1981 escribí una carta a mis hijos en la cual decía que yo sabía que un día un hijo nuestro iba a cruzar la Plaza de Mayo e iba a ocupar el sillón de Rivadavia. Y lo ocuparon Néstor y Cristina, esos son nuestros hijos».
Con esas palabras la Presidenta de Madres dio pie al siguiente llamado al pueblo: “Hemos caminado mucho, pies ampollados y cansados, pero con qué honor, compañeros, era por nuestros hijos. Cuando vino Néstor no hicimos más Marchas de la Resistencia porque el enemigo ya no estaba en la casa de gobierno, estaba un hijo nuestro. Pero las retomamos ahora porque hace ocho meses, en la casa de gobierno, tenemos otra vez un enemigo: el 26 y 27 de este mes retomamos la Marcha de la Resistencia».
Previamente, la multitud esperaba en la Plaza a las Madres escribiendo y grafiteando una réplica de la fachada de la Casa Rosada de dos metros de alto por seis de ancho, en la que la gente pudo dejar su mensaje contra el Gobierno.
La Pirámide de Mayo estaba decorada con pañuelos blancos y al rededor se veían todas las banderas de las agrupaciones que movilizaron como La Cámpora, la Tupac Amaru, Nuevo Encuentro, Kolina, HIJOS, la Facultad de Periodismo de La Plata, Agrupación Rodolfo Walsh y muchas más.
Una vez en la Plaza las Madres dieron su tradicional ronda, pero esta vez decidieron realizarla desde la combi que las trasladaba. La gran cantidad de personas que querían saludarlas hacía imposible que puedan transitar. Entre todos, circulaban referentes kirchneristas como Axel Kicillof, Wado de Pedro, Horacio Pietragalla, Alejandro Vanoli, Florencia Saintout, Nilda Garré, Eduardo Jozami, Martín Sabbatella, Tristán Bauer, Gabriela Cerruti, entre otros.
Mientras se realizaba la marcha, en el escenario, se daba un juicio relámpago, ético y político al Gobierno. Allí se leyeron los cargos y pidieron al “pueblo” que, como jueces, levanten la mano para el obvio veredicto. Fueron juzgados el presidente Mauricio Macri, la vicepresidenta Gabriela Michetti y los ministros Alfonso Prat Gay, Germán Garavano, Juan José Aranguren, Jorge Lemus.
Luego de subir al escenario, Hebe hizo entrega del Pañuelo blanco al diputado Edgardo Depetris, por su trayectoria sindical, su compromiso y por ser un verdadero representante de los trabajadores.
Emocionado por la entrega, Depetris expresó: “Recibo este pañuelo con orgullo y con alegría en nombre de los trabajadores, de Néstor y de Cristina. Yo les digo a mis compañeros militantes del movimiento obrero que hay que analizar bien el fenómeno Madres de Plaza de Mayo. Hay que vivirlo, hay que comprenderlo”.
“Las Madres en sus marchas, reclamando por la Aparición con Vida frente a los militares, empezaron a abrirnos los ojos y el camino para decir con fuerza en esta Plaza y en todas las que sea necesario, que no hubo ‘guerra’ o ‘guerra sucia’, hubo Terrorismo de Estado, hubo aniquilamiento de nuestros compañeros para terminar con el país de Perón y Evita”, finalizó el diputado.
“Las Madres hicieron realidad lo que parecía inconcebible, transformar el dolor y el miedo, en coraje y por sobre todo, en acción, en lucha. A lo largo de estos 40 años, las Madres vienen poniendo los ladrillos de la memoria, transformando la frustración en esperanza. Enseñando que cuando hay una convicción y verdad, nada es imposible”.
Enseguida comenzaron los discursos de las mujeres convocadas al acto: Verónica Parodi, Silvina Rivilli y Nora Veiras.
La primera en disertar fue la directora del Espacio Cultural Nuestros Hijos (ECuNHi), Verónica Parodi quien le dijo a las madres: «Ustedes nos demostraron que la vida late con más fuerza. Estamos aquí para defenderlas con el cuerpo y con el alma. Nadie podrá detenernos porque nos dieron la fuerza que nace desde las entrañas”.
Por su parte, Nora Veiras comenzó citando a Eduardo Galeano: “‘En la Argentina, ‘Las locas de Plaza de Mayo’ serán un ejemplo de salud mental porque ellas se negaron a olvidar en los tiempo de la amnesia obligatoria’”. Y sobre el cierre reflexionó: “Las Madres hicieron realidad lo que parecía inconcebible, transformar el dolor y el miedo, en coraje y por sobre todo, en acción, en lucha. A lo largo de estos 40 años, las Madres vienen poniendo los ladrillos de la memoria, transformando la frustración en esperanza. Enseñando que cuando hay una convicción y verdad, nada es imposible”.
Recién al rededor de las 18.30 la multitud comenzó a desconcentrar una Plaza de Mayo Histórica con el compromiso de seguir luchando, militando y defendiendo a las queridas Madres.