A un año y medio de ocurrido el asesinato de Lucas González, el caso dio un nuevo giro con la confesión de un agente de la Policía Metropolitana imputado que declaró e identificó al oficial de esa fuerza que plantó un arma en la escena para encubrir el hecho. El inspector de la fuerza de seguridad de CABA, Héctor Cuevas, se presentó este jueves en el Tribunal Oral Criminal N° 25 para ampliar su indagatoria y reveló quién fue el responsable de colocar un arma con el fin de tergiversar el caso de «gatillo fácil» que conmocionó al país.
Gabriel Alejandro Issasi es el señalado (según el testimonio de Cuevas) como el oficial que, vestido de civil, «tiró el arma» en la parte de atrás del vehículo donde Lucas González (de 17 años) viajaba junto a sus amigos en la jornada del 17 de noviembre de 2021. Acorde a la declaración, Issasi decidió colocar el revólver tras recibir la orden del subcomisario Roberto Orlando Inca (de 47 años), quien le indicó: «Andá a poner eso».
González, vale aclarar, murió tras una balacera descargada por parte de un grupo de efectivos de la Metropolitana sobre el auto en el que el joven volvía, junto a tres amigos, de un entrenamiento en el club Barracas Central. Cuando se encontraban transitando la zona porteña de Barracas, fueron abordados por un grupo de la fuerza policial que abrió fuego contra el vehículo. Lucas falleció dentro del auto, alcanzado por los disparos, mientras que el resto de los jóvenes fueron detenidos en el acto y amenazados.
«Después de ver las noticias y las detenciones de los tres, identifico que uno era el que había puesto el arma. Es Isassi», expresó Cuevas en su declaración.
Cabe recordar que tanto Issasi como los policías José Nieva y Fabián López quedaron en su momento procesados bajo la figura de homicidio calificado y tentativa de homicidio calificada, mientras que el mencionado subcomisario Inca quedó implicado en la trama de encubrimiento al detectarse un intercambio de mensajes de audio entre el comisario inspector Daniel Santana (jefe de la Comuna 4 de la zona sur de la ciudad de Buenos Aires) y al comisario Rodolfo Ozan.
«Se mandaron un mocazo», fueron las palabras de Ozan al informar sobre la balacera que terminó con la vida de Lucas González. La conversación quedó registrada en el teléfono del comisario Fabián Du Santos, quien ya se encontraba detenido. Allí se pudieron constatar los audios en los que Ozan se compromete con sus mensajes.
«Le dije a Inca, que está como subcomisario, que vaya y busquen lo que tengan que buscar para justificar esto», sostenía Ozan en la llamada, y agregaba: «Yo ahora lo llamo a Santana. ¿Por qué no lo llamás al ‘perro’ y le decís que venga para emprolijar esta cagada?». El «perro», según expresó el fiscal Leonel Gómez Barbella en su pedido de detenciones, era Juan Romero, comisario a cargo de la división, también detenido en su momento.
Vale recordar que el caso de «gatillo fácil» que terminó con la vida de Lucas González generó una reacción inmediata de repudio por parte de familiares, allegados y la comunidad en su conjunto, que luego se convirtió en un grito de alto a la violencia institucional en el territorio gobernado por Horacio Rodríguez Larreta. En aquel entonces, el jefe de Gobierno porteño intentó despegarse del accionar de su fuerza policial al declarar que se había tratado de un «caso aislado».