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La cultura y los vecinos contra el avance sobre lo público

Por Alejandro Palladino

De manera inconfundible, uno de los modos en que se evidencia la disputa entre lo público y lo privado es, en el escenario de las ciudades, en sus espacios, en lo abierto y accesible a todos o en lo cerrado y restringido por los gobiernos para unos pocos. No se puede estar en las dos posiciones. El Parque Centenario de la Ciudad de Buenos Aires, enrejado por el gobierno del PRO en 2012, será el punto de reunión para la convocatoria llamada “Amor sí, Macri no”, el sábado a las 15hs, organizada por vecinos, artistas, científicos, trabajadores de la cultura, con el propósito de contribuir al apoyo del candidato del FpV Daniel Scioli en el balotaje y evitar que esa lógica amarilla excluyente se desparrame por todo el país. Ya adhirieron Carolina Peleritti, Daniel Fanego y Sofía Gala Castiglione, entre otros.

Los vecinos se manifestaron poniendo el cuerpo en 2012, cuando el PRO decidió clausurar el acceso al Parque con rejas. Por estos días son también ellos quienes ya vivieron en carne propia el perfil político del PRO, quienes se agrupan para apoyar al candidato del FpV Daniel Scioli. Rápidamente, un amplio abanico se sumó articulando una infinidad de demandas sociales puestas en peligro ante el avance conservador. Las organizaciones también se harán en ciudades como La Plata y Rosario, el mismo día a la misma hora.

“Fue una organización espontánea. Nos despertamos el lunes con la desazón ante el ascenso de la derecha más recalcitrante del país y decidimos pasar a la acción. No nos podemos quedar de brazos cruzados», dijo Marta Dillon.

“Fue una organización espontánea. Nos despertamos el lunes con la desazón ante el ascenso de la derecha más recalcitrante del país y decidimos pasar a la acción. No nos podemos quedar de brazos cruzados ante el vaciamiento del discurso, ante el carnaval y la alegría de los papelitos”, contó a Contexto Marta Dillon, periodista, escritora y militante de los derechos humanos y de género.

La diversidad de personas que concurrirán tienen un marcado punto en común: “el sentido de la convocatoria es expresar las vulnerabilidades de distintas personas, ante una derecha que pone en riesgo los derechos adquiridos. Por ejemplo, ellos ven al género desde una posición patriarcal, con un único modo de relacionarse. Y les causa irritación que la mujer tenga autonomía y decida sobre su cuerpo y disfrute sexual. Quieren volver para atrás”.

La ciudad de Buenos Aires tiene al tango como una carta fuerte de su identidad cultural. Los modos de entender el espacio público y la diversidad de género también se conjugan con las formas de ver la cultura. Otro grupo de participantes de la convocatoria será la Unión de Orquestas Típicas. Los organizadores del Festival de Tango Independiente, que depende de la Orquesta, también participarán.

“Macri dice que el tango es la soja porteña, pura cosa para vender”, dice Germán, organizador del festival autogestivo que se hace todos los años desde 2010. “Lo primero que hizo fue aplicar a toda la ciudad esa mirada mercantilista del tango, de foto postal; por eso, el eslogan del nuestro es ‘antipostalero’”.

“Macri dice que el tango es la soja porteña, pura cosa para vender. Lo primero que hizo fue aplicar a toda la ciudad esa mirada mercantilista del tango», dice Germán, organizador del festival de Tango.

“Surgimos como respuesta al festival de tango oficial de la ciudad, porque desde un primer momento el Estado macrista desatendió las redes de centros culturales independientes y quedamos a la intemperie. Cerraron muchísimas milongas y lugares para bailar que no responden a su visión”, dice Germán.

“Ellos son el mercado regulando el tango. Formaron casas de tango de alta gama, de tango for export. Cuando venden la ciudad a los turistas, sólo conducen a esas casas y desatienden totalmente al circuito under de la cultura en su amplia vastedad, que es tan rico en su creatividad y propuestas».

La organización de la convocatoria como resistencia, de manera colectiva, tiene el objetivo, dicen los vecinos, de reconstituir el espacio público, de poner el cuerpo en la calle. “No nos vamos a quedar quietos ante la sensación de algo que no queremos, por eso nos juntamos a debatir estrategias y manifestarnos», dice Oliver, otro de los organizadores de la convocatoria. “Recuperar la resistencia colectiva que tuvo la época de 2001, esa cosa de salir a la calle a debatir y encontrar soluciones a lo que pasaba socialmente”.

“Amor sí, Macri no” expresará en las calles de ciudades argentinas el rechazo a los distintos tipos de clausuras que atentan con avanzar sobre el país. Será público, abierto a quien quiera participar.