La reunión del Consejo del Salario que debía establecer el nuevo monto del Salario Mínimo Vital y Móvil fracasó este jueves y ahora el gobierno determinará vía decreto la cifra actualizada.
En un comunicado emitido tras la caída de la negociación, la Confederación General del Trabajo (CGT) denunció que fue el gobierno el que “impidió el normal desarrollo de la reunión con el único objetivo de boicotear cualquier posibilidad de acuerdo” entre las tres partes que componen la mesa negociadora: sindicatos, empresas y Estado.
De esta manera, el gobierno sigue escalando su enfrentamiento con las entidades sindicales argentinas, que comenzó con el fracaso del capítulo laboral del mega DNU que la justicia declaró inconstitucional. Tras el paro general del 24 de marzo y la caída en desgracia del proyecto de ley Ómnibus, y con la amenaza latente de cortar el financiamiento de las obras sociales de los trabajadores, la administración de Javier Milei no parece, hasta ahora, abierta al diálogo con los representantes gremiales.
“La Confederación General del Trabajo viene solicitando desde el mes de diciembre la reunión del Consejo para establecer un nuevo Salario Mínimo y un nuevo valor de la asignación por desempleo”, explicaron desde la central obrera, y enfatizaron que en el actual escenario económico “establecer un piso social es necesario e impostergable”.
Según la versión de los gremios, el gobierno “evitó por todos los medios que la reunión se desarrollara con normalidad”. Además señalaron que a esa estrategia se habrían sumado los representantes de la Unión Industrial Argentina.
“Los mismos empresarios que en la OIT defienden el diálogo social y los consensos colectivos como herramienta fundamental para el desarrollo económico y social del país, hoy borran con los hechos lo que pregonan con palabras en los foros internacionales”, cuestionaron.
La propuesta que habían llevado los gremios (CGT y las dos CTA) fue un incremento del 85% a partir de febrero, con el que el Salario Mínimo, Vital y Móvil alcanzaría los 288.600 pesos, pero fue rechazada por la parte empresaria. A pesar de no tener una propuesta concreta, los empresarios buscaban no discutir montos y postergar una definición hasta el mes de marzo.
“Si a consecuencia de esta jugada, la cifra que anuncie el Gobierno estuviera lejos de significar una real recomposición del Salario Mínimo, quedará demostrado que hubo una sincronización entre las patronales y el Ejecutivo para profundizar el ajuste y seguir licuando los salarios”, denunciaron, por su parte, desde la CTA de los trabajadores.
