La totalidad de los gobernadores provinciales (con tres excepciones, que enviarán a sus vices) confirmaron finalmente a Presidencia que participarán este viernes del encuentro en Casa Rosada convocado por el Gobierno para comenzar a dar forma al denominado Pacto de Mayo que anunció Javier Milei en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso.
La reunión no contará con la presencia del propio presidente. En su lugar estarán el ministro del Interior, Guillermo Francos, y el Jefe de Gabinete, Nicolás Posse.
El objetivo del Gobierno, según la hoja de ruta trazada en el discurso presidencial del 1º de marzo, es tentar a las Administraciones provinciales con la firma de un nuevo pacto fiscal que alivie la carga que actualmente atraviesan las provincias, provocada, justamente, por el ajuste que lleva adelante Nación, que en tres meses acumula una baja histórica en las transferencias a las provincias.
A cambio, los libertarios esperan aprobar el texto completo de la ley ómnibus, que el mes pasado fracasó en Diputados, y promete retomar los envíos a las jurisdicciones locales reponiendo el impuesto a las ganancias para los trabajadores.
Pero, apenas horas antes de la reunión en Casa Rosada, el presidente volvió a apuntar contra los mandatarios provinciales durante una entrevista televisiva en la que afirmó: «Uno de mis mayores errores fue confiar que podía negociar de buena fe con los gobernadores».
«Después de enviar el DNU, cuando empezamos a trabajar sobre la ley Bases, agregamos un capítulo de coyuntura de cuestión fiscal donde ofrecíamos arreglar el problema que tenían las provincias como consecuencia de lo que se hizo en el Gobierno anterior», señaló Milei, y añadió: «Les planteamos eso a los gobernadores, hasta puse a disposición todo el equipo del Ministerio de Economía para que ayuden con el tema deuda. Y ellos, en lugar de tomarlo como algo de buena voluntad, creyeron que era un síntoma de debilidad, me creyeron débil».
Del lado de las provincias tampoco dejaron de existir las dudas respecto de la convocatoria al diálogo. El grupo de gobernadores patagónicos que forjó una alianza luego de los sucesivos enfrentamientos con la gestión libertaria difundió un documento en el que se manifestaron a favor de negociar acuerdos «en la medida que no vengan impuestos ni estén precedidos de condicionamientos». Con la firma de los mandatarios Gustavo Melella (Tierra del Fuego), Claudio Vidal (Santa Cruz), Alberto Weretilneck (Río Negro), Rolando Figueroa (Neuquén), Ignacio Torres (Chubut) y Sergio Zilliotto (La Pampa), el documento concluye con el compromiso de «defender nuestras provincias ante cualquier intento de atropellar sus autonomías o menoscabar sus recursos».
El clima también es tenso con la provincia más populosa del país, donde el gobernador Axel Kicillof, quien también participará del encuentro en la Rosada, expresó en una reunión con intendentes en Coronel Suárez que «el presidente quiere fundir a la provincia que más produce: el Gobierno nacional se queda con el 66 % de los impuestos de todo el país, de los cuales la provincia de Buenos Aires aporta un 40 %».
«No nos vamos a dejar pisotear, porque cuando nos quitan los recursos no perjudican a un gobernador, sino a nuestro pueblo: vamos a pelear por lo nuestro y a seguir reclamando por lo que nos corresponde», señaló.
En el encuentro del viernes se espera la presencia de la mayoría de los gobernadores, con la excepción de La Rioja, Mendoza y Formosa, que enviarán a los vicegobernadores.