Las puertas de las 55 universidades nacionales se mantuvieron cerradas este jueves durante el paro de veinticuatro horas contra la política de desfinanciamiento de la educación superior que lleva adelante la Administración libertaria, que tuvo el respaldo de la CGT y las dos CTA. Los sindicatos de trabajadores docentes y nodocentes reclamaron aumento de las partidas presupuestarias acorde al proceso inflacionario, y rechazaron el aumento del 70 % que propuso el Gobierno porque solo contempla tareas de mantenimiento y no salarios, que perdieron más del 50 % desde la asunción de Milei.
El paro tuvo un impacto «contundente», sostuvo la Federación Nacional de Docentes Universitarios (CONADU), que forma parte del Frente Sindical Universitario que había convocado a la protesta y que reúne a los gremios docentes y nodocentes de las casas de estudio (CTERA, CONADU Histórica, FEDUN, FAGDUT, UDA y FATUN). La medida de fuerza fue contra la política de ajuste de Milei que mantiene al sistema universitario funcionando con la prórroga del presupuesto 2023 a pesar de la inflación del 276 % interanual, según los últimos datos de INDEC a febrero.
Ese desfinanciamiento afecta el normal funcionamiento de las universidades y sus becas, comedores, actividades de extensión y de investigación en ciencia y tecnología. Rectores de distintas casas de estudio advirtieron que con el actual presupuesto no llegarán a mitad de año, mientras que otras universidades acortaron su oferta académica.
En La Plata, el frente gremial integrado por la Asociación de Docentes de la UNLP (ADULP), la Asociación de Trabajadores de la Universidad Nacional de La Plata (ATULP) y la Federación Universitaria de La Plata (FULP) marchó alrededor de la manzana del Rectorado, donde luego realizó una concentración. Participaron también la vicepresidenta institucional de la UNLP, Andrea Varela, funcionarios de la UNLP, decanos de distintas casas de estudio, investigadores, agrupaciones estudiantiles y centros de estudiantes.
«Tenemos la determinación de pelear contra el ajuste de Milei, por aumento de salario, y denunciamos que el 70 % de incremento que propuso el Gobierno no alcanza para cubrir las necesidades de nuestra universidad», dijo Octavio Tato Miloni, secretario general de ATULP. «No nos vamos a resignar a que nos lleven a un esquema de emergencia», advirtió.
El gremialista se refirió a que el Gobierno aumentó una partida para universidades públicas horas antes del paro. El incremento es del 70 % en gastos para el funcionamiento, que representan apenas el 10 % del presupuesto universitario total, ya que el restante 90 % se destina a salarios.
«Estamos viviendo una situación muy compleja por este recorte presupuestario a las universidades nacionales, que implica un desfinanciamiento de todo el sistema universitario. Eso afecta el funcionamiento y a nuestros salarios», afirmó, por su parte, Alejandra Valentino, secretaria adjunta de la Lista Celeste y Blanca de ADULP, quien calificó de «engañosa» la propuesta del Gobierno por desconsiderar totalmente la pérdida del poder adquisitivo de los salarios universitarios.
«Entre diciembre y febrero, cuando terminó nuestra paritaria, la inflación se acercó al 70 %, y el Gobierno nos dio un 6 % de aumento. La verdad que es vergonzoso», remarcó a este medio Raúl Archubi, secretario general de ATULP. El sindicalista precisó también que «el paro sin concurrencia a lugares de trabajo tuvo un 97 % de acatamiento» de las y los trabajadores nodocentes.
La protesta también fue contra la decisión del Gobierno de eliminar el FONID, fondo que representa entre el 10 y el 15 % de los salarios de las y los docentes preuniversitarios.
La política económica de Milei de desregulación de precios, licuación de salarios y alta inflación también impacta de lleno en los estudiantes, que deben afrontar los precios de alimentos, transporte, alquileres, servicios y gastos de fotocopiadora.
«Albergue, boleto y comedor» fue la consigna que sintetizó el reclamo de los estudiantes. «Estamos discutiendo el congelamiento del precio del ticket del comedor, que hoy está mil pesos. También la plena implementación del boleto, que cubra los 45 viajes para poder llegar a las facultades. Y el eje de vivienda, porque somos muchos los que venimos de otras ciudades o provincias y tenemos que alquilar», enumeró Valentina Pando, vicepresidenta de la FULP.
De esta manera, con cánticos de «Universidad de los trabajadores y al que no le gusta, se jode», la comunidad universitaria de La Plata defendió la educación pública y gratuita y denunció la política de motosierra que, en la búsqueda del déficit fiscal cero, está destruyendo la educación pública en particular y el Estado en general.