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“Macri va a quedar al servicio de los intereses norteamericanos”

Por José Manuel Welschinger Lascano

Luego de que se conocieran los resultados de la segunda vuelta electoral, Mauricio Macri reafirmó su voluntad de comenzar su gobierno disolviendo la integración con Venezuela, participar de los acuerdos comerciales con la Unión Europea e integrarse al acuerdo del Transpacífico: el nuevo tratado de libre comercio que busca concretar las intenciones norteamericanas que el ALCA no pudo cumplir.

Así lo entendió, al ser consultado por Contexto, Lido Iacomini, cordinador de la Comisión de Asuntos Internacionales del grupo Carta Abierta. “Estas declaraciones de Macri preanuncian una política exterior de su futuro gobierno, que consiste en un realineamiento bajo las directivas de los Estados Unidos, lo cual implica serios riesgos”.

Por un lado, comentó, se trata de un cambio fuerte en la postura de la alineación argentina con el mundo, por lo que es de esperar que hayan profundas consecuencias; pero, además, con el triunfo electoral de Cambiemos se altera todo el paradigma de la política latinoamericana. “Por eso –prosiguió–, este viraje no apunta sólo a romper la posición actual de la Argentina, sino que también a precipitarnos hacia un cambio de época en la política, para quedar al servicio de los intereses norteamericanos”.

“Estas declaraciones de Macri preanuncian una política exterior de su futuro gobierno, que consiste en un realineamiento bajo las directivas de los Estados Unidos.»

Respecto del reclamo para expulsar a Venezuela del MERCOSUR, mediante una eventual aplicación de la cláusula que proscribe a los países que incurren en violaciones a los derechos humanos, cabe aclarar que ya fue descartado de antemano por el canciller uruguayo Rodolfo Nin Novoa. Aun así, Iacomini consideró que “anunciando que intentaría sacar a Venezuela del MERCOSUR, Macri se posicionó a la derecha incluso de Juan Manuel Santos; y este es un problema serio, más allá de los resultados que pueda obtener en ese terreno, por la postura en la que ya se coloca”.

Para el especialista en política internacional, las declaraciones son importantes; porque Venezuela, junto con Argentina y Brasil, fue parte del eje central del paradigma de la nueva integración regional. Comenzar atacando al que todavía persiste como el más firme de los gobiernos populares de Latinoamérica es una clara demostración de las prioridades de Macri.

“Luego están las firmas de los acuerdos de la zona común del Pacífico y las firmas, junto a Brasil, de los acuerdos con el Mercado Común Europeo”. Las consecuencias económicas de inclinarse hacia estos acuerdos, remarcó el especialista, implicarían retroceder a un modelo de país basado en la exportación de algunas materias primas.

El acuerdo del Transpacífico, conocido como TPP por sus siglas en inglés (Trans-Pacific Partnership), consiste lisa y llanamente en el establecimiento de una zona de libre comercio, a la que ya aspiran a pertenecer distintos países de Asia, América y Oceanía.  “Fundamentalmente –explicó–, el acuerdo llegó luego de que Estados Unidos lo gestara en México, Perú y Chile: el área del Pacífico, que se subordinó a Estados Unidos, distanciándose de Unasur y Celac”. Según consideró el integrante de Carta Abierta, el Acuerdo consiste en un área de libre comercio al servicio de las multinacionales; “A eso es a lo que nos convoca –sostuvo–, porque eso es a lo que apunta llegar”.

“Desprotección industrial”

“En principio –explicó–, plegarse al Acuerdo Transpacífico implicaría una rotunda desprotección de toda la producción industrial del país; ese sería el aspecto central, ya que la economía se reduciría a la exportación de algunas materias primas”. Además, el especialista sostuvo que firmar el Acuerdo significaría un enorme condicionamiento en varios aspectos a la soberanía nacional; respecto de lo implicado en los puntos del Acuerdo del Transpacífico que colocan la solución de las controversias que pudieran generarse por fuera del marco de las naciones. “Con el Acuerdo del Transpacífico –remarcó– se pierde en soberanía, porque se deja a la Justicia atada de manos para defender a los pueblos de los abusos que ya se sabe que cometen las multinacionales”.

«implicaría una rotunda desprotección de toda la producción industrial del país. ese sería el aspecto central, ya que la economía se reduciría a la exportación de algunas materias primas.”

“Hay otra cuestión en todo esto –insistió Lido Iacomini–, de mucho peso, y es el papel desempeñado por China y Rusia como aliados de nuestro país en los últimos tiempos; y si ese acercamiento se quiebra, como cabe esperar por las declaraciones del nuevo presidente electo, vamos a pasar a formar parte de un nuevo polo de confrontación mundial contra las potencias emergentes”.

Aunque los presidentes de ambas naciones se comunicaron con Mauricio Macri tras conocerse los resultados electorales, aún no se sabe cómo el flamante presidente argentino abordará las corrientes relaciones económicas y de desarrollo cultural promovidas bilateralmente con esas potencias emergentes.

De todas formas, a pesar de que el panorama internacional se muestre desalentador para el proceso de integración latinoamericano, Iacomini consideró: “Hay que ver cómo incide todo esto en el marco del Poder Legislativo, ya que sí o sí hace falta contar con el apoyo parlamentario para poder efectuar esa convergencia hacia la Alianza del Pacífico de la que habló Macri”. Para concluir, el coordinador de la Comisión de Asuntos Internacionales de Carta Abierta sostuvo: “Sin dudas, esta propuesta se va a encontrar con mucha resistencia desde varios sectores; pero el daño hacia la integración latinoamericana ya se está haciendo, porque todo esto va en favor de desarticular la política de acercamiento que se venía estableciendo”.

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Lo que no se dice

Es que, además de haberse negociado bajo un marco de profundo secretismo, el TPP contiene algunas cláusulas que no son aún de público conocimiento. En base a los documentos filtrados en Internet durante los últimos meses, se especula que el contenido final del TPP incluirá el “sistema legal de solución de controversias Inversor-Estado” (ISDS, por sus siglas en inglés), que plantea poner ante la Justicia a las empresas a la misma altura que las naciones.

Esto sería complementado con la creación de un tribunal ante el cual las empresas podrían demandar a los gobiernos ante paneles de arbitraje secretos, integrados por abogados corporativos con la capacidad de evitar los tribunales nacionales y de anular la voluntad de los parlamentos en caso de no conseguir los resultados perseguidos.

Además de ser el mayor acuerdo regional de la historia, abarcando al 40% de la economía global, el TPP se propone influir en el futuro de la política, al reconfigurar la normativa particular de cada Estado en un nuevo modelo político común, ya que sus cláusulas también imponen políticas sobre el acceso a Internet, la privacidad de los datos, los derechos de autor, las patentes comerciales, culturales y de salud. El Acuerdo también propone normas laborales y ambientales, trazadas en función de los intereses corporativos.

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