Por primera vez desde la asunción de Javier Milei como presidente, el Gobierno recibirá formalmente a los dirigentes sindicales más representativos de la Confederación General del Trabajo, en busca de evitar una nueva medida de fuerza que podría declararse el jueves 11, en la reunión del consejo directivo de la central obrera.
Como había adelantado Daer, el encuentro del jueves será el momento en que los cegetistas definan cómo continuarán las medidas de fuerza articuladas desde la CGT. Hasta el momento ya contaron con un paro general con movilización, encuentros con sectores políticos para apalancar el rechazo al DNU 70/2023 y la ley ómnibus, y presentaciones judiciales con el mismo objetivo.
La primera reunión oficial entre el Gobierno libertario y los sindicatos será desde las 16 en la Casa Rosada con la presencia del ministro del Interior, Guillermo Francos, en un contexto de máxima tensión entre las partes por los despidos masivos en el Estado, la negativa a homologar algunas negociaciones paritarias que ya se realizaron y el impulso de la reforma laboral (que en el mega DNU quedó vetada por la Justicia, pero se incluiría en la nueva versión de la ley Bases).
Se espera que en el encuentro con Francos estén presentes dos integrantes del triunvirato que conduce la CGT, Héctor Dáer y Carlos Acuña, y el tercer integrante, Pablo Moyano, podría no estar presente en el marco del conflicto abierto los últimos días por la no homologación de la paritaria de Camioneros. También acompañarían la reunión el secretario adjunto de la CGT, Andrés Rodríguez (UPCN), Gerardo Martínez (UOCRA), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) y Jorge Solá (Seguros). En este grupo, tanto Rodríguez como Martínez también tienen sus frentes de conflicto abiertos con el Gobierno en el marco del despido masivo de trabajadores del Estado, en un caso, y de trabajadores de la construcción por el freno a la obra pública, por el otro.
Aunque no hay un temario definido para la reunión, se especula que puede estar vinculada al envío de la nueva ley Bases con la que el Gobierno insistirá en el Congreso para llevar adelante una serie de reformas, entre las que se incluiría un proyecto del radicalismo de reforma laboral. La Administración libertaria confía en que el proyecto podría ser menos resistido por parte del sindicalismo, ya que se eliminarían dos artículos fuertemente objetados por la central obrera: el fin de la ultraactividad de los convenios colectivos de trabajo y la limitación de la cuota solidaria que financia en parte la actividad sindical, que en un primer momento formaron parte del articulado que la CGT logró frenar en la Justicia.
La tensa relación que mantienen los representantes de los trabajadores con el Gobierno de Milei se profundizó en los últimos días con la negativa de la Secretaría de Trabajo a homologar el acuerdo paritario que el gremio de Camioneros alcanzó con las empresas. «¿Quién es Caputo para meterse en un acuerdo entre privados?», cuestionó Pablo Moyano, titular del gremio, que definirá el jueves si realizará o no un paro de 48 horas en el sector. Otros sectores representativos que están en conflicto por falta de acuerdos debido a la pauta salarial que impuso el ministro de Economía son la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y la Unión de Tranviarios Automotor (UTA).