Por Miguel Croceri (*)
Mientras las protestas sociales de todo tipo, algunas con implicancias de potenciales conflictos políticos graves, se expanden en sectores muy diversos de la población y en diferentes partes del territorio argentino, Javier Milei sigue actuando como si en las bases de la sociedad no pasara nada relevante que pueda contrariar su proyecto de poder mesiánico.
Para este dirigente emocionalmente violento y psíquicamente desquiciado -hoy presidente de Argentina-, lo único importante son las variables macro-económicas que lo obsesionan, sus alianzas con los poderes de facto locales y extranjeros, y su instalación como referente mundial de la ultraderecha. En ese sentido, sus objetivos se van cumpliendo.
Al mismo tiempo, aquellos sectores de la ciudadanía que rechazan al actual gobierno, así como las dirigencias y militancias opositoras y también los medios de comunicación que expresan similar tipo de opiniones y posicionamientos políticos, están pendientes de que en cualquier momento y lugar pueda desatarse un fenómeno disruptivo como los ocurridos en las últimas tres décadas y media -desde los saqueos a supermercados en la hiperinflación de 1989-, que en nuestro país son mencionados como un «estallido social».
Ello podría suceder, o tal vez no. Las experiencias históricas recientes, en particular la de los años ‘90, indican que las protestas y distintas expresiones de insatisfacción social contra un gobierno, no tienen una traducción política inmediata o rápida, y menos todavía un reflejo asegurado en una alternativa electoral ganadora.
Cabe recordar que el menemismo/justicialismo de esa época venció en los comicios legislativos de 1991 y 1993, luego en la elección de convencionales constituyentes de 1994, y finalmente Carlos Menem fue reelegido en 1995 (en ese tiempo los mandatos presidenciales duraban seis años, lo cual fue modificado precisamente por la reforma de la Constitución en el ‘94).
Todo ello después de que su gobierno provocara una calamidad económica y social desde el principio, indultara a los criminales de la dictadura meses después de asumir, involucrara a Argentina en las guerras de Medio Oriente por su apoyo a Estados Unidos en el ataque a Irak en el ‘91, y perpetrara gestos de contenido simbólico atroz como reivindicar, abrazar y besar al ex dictador Isaac Rojas (el «vicepresidente» de Pedro Aramburu en la dictadura que derrocó a Juan Perón en 1955). Menem gobernó en total 10 años y medio.
Un proceso parecido tuvo lugar con el gobierno de Mauricio Macri, aunque más breve en el tiempo. Su partido venció en las elecciones legislativas de mitad de mandato, en 2017, y llegaba a los comicios presidenciales de 2019 con chances de ser reelegido.
La clave para que no ocurriera fue la decisión estratégica de Cristina Kirchner, quien logró la reunificación del peronismo detrás de la postulación de Alberto Fernández, con ella como vicepresidenta y con la vuelta a la coalición de Sergio Massa, responsable de romper la unidad peronista en 2013. Así se consiguió la mayoría electoral que impidió la reelección de Macri, quien de todos modos sacó nada menos que el 40 % de los votos después de dejar un país arrasado.
Datos que constatan la crisis
En la situación actual, la insostenibilidad política de Milei y un eventual «estallido» son solo conjeturas, hipótesis o deseos de una parte de la sociedad. Pero mientras tanto están estallando las economías de las familias, y eso implica malestares y/o sufrimientos para millones de personas en su propia vida cotidiana, lo cual además se constata en informaciones de carácter público.
La falta de trabajo es una realidad o amenaza en una multitud de hogares de Argentina. Recientemente se supo que entre enero y marzo de este año, los distintos bancos que operan en el país cerraron 275.000 cuentas-sueldo por la caída del empleo. La información surge de estadísticas que lleva el Banco Central. (Tema detallado en el portal Infobae, nota del 21/05/24).
Un análisis realizado por la organización no gubernamental Centro Estratégico Latinoamericano de Análisis Geopolítico (Celag), estima que desde diciembre hasta abril tuvieron problemas de ocupación unos 127.000 trabajadores/as. Algunos/as directamente por haber sido despedidos/as de empresas privadas u organismos públicos, mientras que otros/as están afectados por suspensiones temporarias de sus labores debido a reducciones de la producción. Dentro de ese panorama, el estudio calcula que en la actividad pesquera de la Patagonia se perdieron 10.000 puestos de trabajo. (Informe del investigador en economía Guillermo Oglietti, subdirector de Celag. Artículo del 21/05/24).
La menor capacidad de compra de la población se refleja en la caída del consumo, empezando por bienes de primera necesidad. Hay retrocesos récord en los productos más vitales -alimentos- y otros como artículos para la construcción y electrodomésticos. Mediciones realizadas en grandes supermercados revelan que en abril las ventas fueron casi 15 % menos que en el mismo mes del año pasado. (Reporte del periodista Claudio Zlotnik en el portal I-Profesional, nota del 20705/24).
De similar forma, muchas familias se ven forzadas a descuidar tratamientos para la salud. Algunos productos farmacológicos aumentaron 157 % a partir del cambio de gobierno, hace cinco meses y medio. Uno de los sindicatos del sector farmacéutico informó que le venta de remedios cayó en algunos casos hasta 35 % desde la asunción de Milei, quien eliminó todo tipo de regulaciones del Estado al precio de los medicamentos. (Información del diario cooperativo Tiempo Argentino, nota del 21/05/24).
Entre otros gastos indispensables para millones de personas en cualquier lugar del país, está el dinero que debe utilizar para trasladarse, por los motivos que fueran, en transporte público. Al respecto, la quita de subsidios por parte del gobierno nacional, la suba en los combustibles y otros incrementos de costos, han derivado en brutales aumentos de las tarifas para el colectivo en todas las ciudades de Argentina, y asimismo en el servicio de trenes donde este existe como también en el subterráneo de Buenos Aires.
Por este tema, una Red Federal de Intendentes realizó una declaración pública y este martes (28/05) harán un reclamo formal ante el Congreso Nacional. El grupo está formado por más de 20 titulares de municipios grandes y medianos de distintas provincias y de muy diversos orígenes político-partidarios. Incluye por ejemplo a los jefes comunales de Córdoba, Rosario y Mendoza, igualmente a los de Neuquén y Viedma, y también al de Cipolletti. (Crónica del sitio web del canal de noticias TN, nota del 22/05/24).
Desde España a las provincias
Extremista ideológico de derecha -con el significado que tiene hoy ese posicionamiento en América Latina, es decir como fanático del capitalismo salvaje a ultranza y del sometimiento de Argentina a los intereses de Estados Unidos e Israel-, Milei consiguió lo que nadie jamás pudo en tan corto tiempo: hacer estallar la economía familiar de la gran mayoría de los/las argentinos/as para beneficiar a los intereses económicos dominantes, manteniendo a la vez un respaldo considerable en amplios sectores del pueblo.
«Estamos haciendo el ajuste más grande de la historia», dijo con acierto a comienzos de abril. (Declaraciones a la agencia de noticias estadounidense Bloomberg, una de las más influyentes del mundo y especializada en temas financieros. Un resumen de la entrevista fue publicado por el portal Minuto Uno, o M1. Nota del 05/04/24).
Asimismo, con la impunidad de quien hace seis meses fue avalado por una mayoría de votos y sigue teniendo el respaldo de los grandes conglomerados empresariales y demás poderes de facto locales y extranjeros, días atrás llevó a niveles máximos su condición de ególatra mentalmente desquiciado: «Soy el máximo exponente de la libertad a nivel mundial, le guste a quien le guste». (Esto lo dijo en una conversación televisiva con Jonatan Viale, uno de los propagandistas a su servicio que funge como «periodista». Información de Página/12, nota del 21/05/24).
El reciente viaje a España para participar en una reunión cumbre de la ultraderecha mundial, significó para el mandatario argentino su aparición rutilante ante la opinión pública europea. Para nuestro país, el saldo fue un conflicto diplomático con España, debido a los insultos que lanzó contra el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, y su esposa.
Al regresar del jolgorio internacional, siguió con el acto político que tuvo formato de show de entretenimiento el pasado miércoles (22/05), en el estadio Luna Park de Buenos Aires. Su dominio de la escena política continuó este fin de semana, con el pretexto de las celebraciones patrias del 25 de mayo.
Paralelamente, hace diez días comenzó el conflicto policial en Misiones, que se produce junto con protestas de otros/as trabajadores/as públicos/as locales. El hecho cobra especial relevancia porque allí gobierna desde hace largo tiempo una fuerza política provincial -el Frente Renovador de la Concordia- que, al igual que otras similares (como los partidos provinciales de Neuquén y Río Negro), normalmente son aliados de cualquier gobierno nacional que fuere, con independencia del proyecto político, matriz ideológica o modelo de sociedad que cada cual proponga.
Las razones que esgrimen en todos los casos, es la necesidad de preservar «los intereses de la provincia» -la que corresponda, según de cuál se trate- y la denominada «gobernabilidad». Quizás el conflicto misionero sea aleccionador de que no hay provincia que se salve, si toda la Nación sigue avanzando hacia un abismo.
Al respecto, distintas fuentes periodísticas señalan que existe «preocupación entre los gobernadores» ante la posibilidad de que una crisis como la desatada en aquel distrito de la Mesopotamia argentina puede contagiarse a otros lugares del territorio nacional. (El tema fue analizado en un informe sonoro publicado el viernes en el sitio digital del diario Cronista. Podcast del 23/05/24).
La devastación económica y social que está perpetrando el «capitalismo de libre empresa» pregonado por Milei, se siente y se sufre día tras día en la inmensa mayoría de los hogares del país. En cambio, sus repercusiones políticas se encuentran en un estado soterrado y difícil de escrutar, donde predominan la complejidad y las paradojas.
(*) Fuente original: www.vaconfirma.com.ar