En los primeros seis meses del año, las muertes provocadas por policías al utilizar sus armas de fuego en la región del AMBA crecieron 20 % con respecto al mismo periodo del año pasado, según un informe del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que alertó que la situación se está agravando en el marco de la política represiva del Gobierno nacional. En ese lapso, ya son 59 las personas que murieron en la ciudad de Buenos Aires y el conurbano por balas de las fuerzas de seguridad.
El informe se publicó luego del homicidio de Bastián Escalante Montoya, niño de diez años que fue baleado el pasado 11 de julio por un policía de la Ciudad cuando andaba en bicicleta junto a su mamá en la localidad de Wilde. El agente, identificado como Juan Alberto García Tonzo, disparó contra un grupo de motochorros que habían intentado robarle y las balas impactaron en el chico.
A pesar de que las pericias comprobaron que el policía disparó ocho veces y que dos de las balas impactaron en el cuerpo del niño, fue liberado doce días después. Tonzo, que no tenía antecedentes, fue imputado por homicidio cometido con arma de fuego en exceso de la legítima defensa.
El abogado de la familia, Matías Morla, informó a la agencia NA que ya redactaron dos presentaciones a la Justicia en contra de la imputación contra el agente Tonzo y su excarcelación. «Estamos convencidos, no es un exceso en la legítima defensa, es un homicidio, las pericias lo comprueban», manifestó.
En relación con este caso, el CELS remarcó que «el 80% de las muertes de este año fueron causadas por policías fuera de servicio», es decir, vestidos de civil. «Son casos en los que un intento de robo se transforma en un homicidio. En una situación así murió Bastián», advirtió.
El aumento de muertes por disparos de policías entre el primer semestre del año pasado y este se explica por el incremento de casos en la ciudad de Buenos Aires, donde pasaron de 6 en 2023 a 16 en 2024.
«En los últimos años hubo una baja moderada en la cantidad de muertes. Sin embargo, si los datos de estos meses se mantienen hasta fin de 2024, la tendencia podría revertirse. Entre otras causas, los discursos de las autoridades políticas tienen mucho que ver», subrayó el CELS.
El estudio agregó que «con algunas excepciones a lo largo del tiempo, históricamente la Policía de la Provincia Bonaerense concentra la mayor cantidad de hechos de violencia letal. En los últimos años la creación de policías locales profundizó esta tendencia».
Además, apunta que «la puesta en funcionamiento de la Policía de la Ciudad desde 2016, que recibió a gran parte del personal de la Policía Federal, hizo que las muertes que acumulaba la Policía Federal se repartieran entre dos fuerzas -detalló-. En los últimos años, la Gendarmería y la Prefectura Naval disminuyeron sus funciones de prevención en Capital Federal y el Conurbano. El conjunto de las fuerzas federales (Policía Federal, Gendarmería, Prefectura y Policía de Seguridad Aeroportuaria) fueron responsables de alrededor del 31 % de las muertes registradas durante enero y junio de 2024».
El perfil demográfico de quienes murieron por acción de funcionarios policiales y de seguridad en el AMBA muestra que los varones jóvenes son el grupo más afectado por la letalidad policial. «Entre enero y junio del 2024, el total de los particulares muertos de quienes existen datos etarios eran varones. De ese porcentaje de particulares varones muertos, el 79 % tenía entre 15 a 27 años», puntualizó.
La ciudad de Buenos Aires concentra aproximadamente el 20 % de la población del AMBA, mientras que el 80 % vive en el conurbano, y el total acumulado registrado de particulares muertos por fuerzas de seguridad se distribuye en esa misma proporción.
Por último, en relación con policías víctimas de hechos de violencia, entre enero y junio se registraron cuatro funcionarios muertos en hechos de violencia: el 50 % pertenecían a la Prefectura Naval Argentina, el 25 % a Marina, y el 25 % a la Policía de la Ciudad de Buenos Aires.
