Por R.G.M.
«Toda mente profunda necesita de una máscara», escribió alguna vez ese poeta del que conocemos más frases que libros y apenas sabemos pronunciar: Nietzsche. Y aunque mente y alma sean lo mismo para los antiguos filósofos, la máxima podría aplicar a los corazones profundos. Y es que este mundo hostil, ya sea de la violencia cotidiana o desde la indiferencia digital, sabe ser despiadado con los sentimientos más puros. Y a veces, hacerse de una máscara no es necesariamente ser falso sino todo lo contrario: construir una narrativa de quiénes somos, quiénes queremos ser y quiénes no.
Porque, como decía otro hipercitado (Oscar Wilde), «ser natural es la más difícil de las poses». Y Caro Serchia no tiene una pose sino una postura: ser ella. Entonces construye un personaje directo y emocional, pero carente de solemnidades. Se toma a pecho sus penas, pero las redime a través de dramaturgia musical y hasta algo de velado humor.
«Hola, me llamo Carola, disculpe señora si no hablo su idioma», se presenta sin rodeos a puro R&B, para contarnos su viaje. «Si estoy mal o bien, las dos cosas», se sincera y marca territorio: «Yo sola manejo mi tiempo, no corro ninguna carrera». Entre beats mid tempo, reminiscencias de chill hop, coros varios y un fraseo cadencioso y grave, Caro Serchia hace de los verso simples pegadizos hooks. «Yo quiero las cosas claras», reafirma luego en un relato sobre corazones rotos y manipulaciones tóxicas de una de esas personas que (todos conocemos) se aparecen en tu casa a las tres de la mañana. Pero, nuevamente, la salida es la música. «En una melodía, buscando un salvavidas», entona sobre una base atresillada en modo trap y antes de un final con distorsión e intensidad rockeras.
«Hola Carola Parte 1» va a acompañado de logradas visuales que inicia junto a un teléfono, que la muestra quemando una rosa en el río y que finaliza en un anfiteatro escudada por su banda de enmascarados. Como si finalmente estuviera lista para saltar a escena.
Apuntando a las pantallas y «tanta comunicación que no dice nada», vuelve a ser directa: «No hay distancia social que me impida llegar». ¿Hacia dónde va? Hacia adelante, por supuesto. El único y mejor de los viajes.
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«Hola me llamo Carola, y vengo a contarte cuál es mi viaje, desde el latido al abismo emprendo un viaje distinto. Así comienza la canción que da comienzo a mi primer álbum EP titulado Hola Carola. Este álbum conceptual da nacimiento a este personaje, Carola, que soy yo: Carolina J. Serchia, nacida en la ciudad de Ensenada. Me invente este personaje para comunicar no solo desde la música sino que también desde lo visual, lo estético, social. Por ejemplo, interactuando con distintas personas mediante entrevistas.
En esta primera parte el álbum que consta de cuatro canciones. Y se presenta Carola hablando de sus dramas, metas, logros, dolores, alegrías y visión del mundo. En canciones de diferentes estilos influenciadas por R&B, BoomBap, funky, hip hop.
Una parte del concepto de este álbum está puesto en Lxs Enmascarados (también presentes en los shows en vivo) que nacen en el shingle «Descaro», donde se meten en la vida de Carola, primero expulsándola, después persiguiéndola, hasta que finalmente la secuestran y la veneran.
Las máscaras aparecieron como objeto en escena, salieron del teatro hacia el cuerpo poético, como una propuesta que da vida a la improvisación, al juego, a la interacción con el público. Con ellas busqué romper un poco la línea del escenario y el público como para que sea todo un conjunto. No solo es la música y las canciones, también lo son las personas y esa interacción, así me gusta compartir. Muchas veces juego con el personaje de diva pero la bajo un poco del pony porque no me interesa tener fanáticos ni que me endiosen arriba del escenario. Me gusta estar con todos pasándola bien, que todos formemos parte.
Este álbum se divide en dos partes: la primera, lanzada el 3 de agosto de 2024 por YouTube; la segunda parte, que consta de tres canciones, se adentra en el universo meme, internet, absurdo, cringe, rozando lo ridículo con humor, sonidos más electrónicos, con influencias más trap, electrónico, synth pop».
REC º
«Este álbum se grabó en la ciudad de Buenos Aires, en el barrio de Belgrano, en un home studio, entre el 2022 y el 2023, con el músico y productor Gino Hiena (Gino DiCarlo), gran artista de oficio y persona. Para mí es importante, además de encontrar buenos músicos y productores técnicamente hablando, sentir la calidad de la persona. Para así poder compartir mis ideas y sentirme en comodidad y confianza a la hora de tomar mis decisiones, también dando lugar al productor para que le ponga su impronta.
De verdad me siento muy agradecida con las personas que me fueron ayudando a lo largo de todo este proceso, que (como todo proceso) tiene sus altibajos. Y realmente me sorprendí mucho con las personas que se brindaron a mí, desde amigos, colegas, productores, hasta el público desconocido de los vivos.
A las máscaras, que improvisadamente siempre encuentran cuerpos que les dan vida. Las personas que bailaron en mis shows con las máscaras que se predispusieron completamente al servicio del show. Me gusta compartir y confiar en la buena predisposición de las personas».
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«Este álbum mantiene continuidad con lo anterior en que es todo autogestivo, haciendo las cosas una misma con la ayuda de amigos que se predisponen y aportan su parte, desde la producción, las ideas y en la ejecución. Aunque es un proyecto solista, están involucradas varias personas.
Y se diferencia de las anteriores producciones en que hay una búsqueda más consciente de una narrativa conceptual, en la exploración de nuevos géneros y en que está trabajado con un mismo productor. Hay crecimiento artístico de composición, de armado de las canciones y de un concepto más claro».
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«Antes que nada, se viene la segunda parte del álbum, con tres canciones totalmente distintas y con otra estética visual. Se vienen nuevos shows, con mucha perfo, cotillón, fantasía y sorpresas. Me gusta que cada show sea diferente para que el público se lleve una experiencia, no solo las canciones, improvisando un poco en el momento con lo que la fecha presente. Y empieza una nueva etapa de composición y nuevas búsquedas, y nuevos aprendizajes».
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«La primera parte, como es más íntima, me la imagino para escucharla en un viaje, mientras dibujás, como compañía en momentos introspectivos. La segunda parte va a ser mejor para el momento de la fiesta. Descontrol, pogo, todo, todo».
LADO B
«Al comienzo de este proyecto que fue en pandemia me compre un mic y una placa de manera clandestina. Rompimos la cuarentena una madrugada de lluvia cuando no había policía que nos frene. Con mi querida madre salimos de la ciudad de Ensenada para La Plata en búsqueda de estas herramientas. Ahí comencé a grabar mis primeras maquetas de manera muy analógica, desde mi intuición y falta de conocimientos musicales, recortando y pegando beats de internet como collages. Escribir lo hice toda la vida. Desde que aprendí, tuve diarios. Pero en el ‘rap’ o la música urbana encontré la manera de escribir rimas en forma de canción.
Siento que pararme de lugares indeseados me vuelve resistente. Creo que la fuerza de mi vida me la dieron las adversidades y buscar transformarlas. En la búsqueda desesperada de esa transformación me encontré con el arte y esta súper herramienta para sobrevivir, básicamente. No económicamente: no gano dinero por ahora con el arte pero sí me da la vida y el refugio de un sentido, es mi filosofía de vida, mi política y mi fe.
Considero al arte un trabajo, un oficio. Me genera dolor de panza el dicho ‘por amor al arte’ seguido de un ‘no te vamos a pagar porque te estamos dando el espacio’. Un artista no come del amor al arte y del espacio, que se agradece pero también se cobra o se genera un acuerdo que beneficie a ambas partes. Parece mentira tener que aclarar eso de que, aunque sea divertido, el arte también es un trabajo. Esto es una realidad muy evidente para unos y muy novedosa para otros lamentablemente. Así que aguante el arte. Me gusta el arte, todo tipo de arte, literalmente de esto se trata este proyecto».