Por Gabriela Calotti
La presencia de unos veinte policías de la Federal en la entrada de la UNMa, en el barrio porteño de Monserrat, circuló rápidamente el lunes al mediodía por redes y medios. Convocados por las Madres, referentes sociales, sindicales y políticos se dieron cita en la calle Defensa 119 para frenar esta nueva embestida del Gobierno negacionista de Javier Milei y su vicepresidenta Victoria Villarruel, que buscan desacreditar esta institución académica nacida hace más de veinte años.
Al calor de la lucha mantenida por las Madres, por entonces encabezada por Hebe de Bonafini, nacía la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo, que en 2014 fue reemplazada por el Instituto Nacional de Derechos Humanos y en septiembre de 2023 se convirtió en Universidad Nacional Madres de Plaza de Mayo por decisión del Congreso nacional.
Rápidamente, la Asociación Madres de Plaza de Mayo emitió un comunicado para denunciar «al mundo que el gobierno criminal de Javier Milei impide a través de uniformados de la Policía Federal el ingreso de los trabajadores de nuestro universidad a su sede para cumplir su tarea».
Bajo el título «No a la policía en la sede de nuestra universidad» y la consigna «Pará la mano Milei», las Madres convocaron a toda la comunidad de la UNMa, a sindicatos, organizaciones sociales y políticas a «poner freno a este atropello».
Ya en julio pasado, la asociación había denunciado la «intervención ilegal» de la UNMa al repudiar la designación por parte del Ministerio de Capital Humano de un «rector-organizador» en la persona de Eduardo Luis Maurizzio, otrora docente en la UNMa.
«Lo que ocurrió con el asalto policial a la Universidad de las Madres me parece una elevación inusitada del nivel de violencia institucional. Está en el marco de lo que viene ocurriendo desde la asunción de Milei y en línea con el inusitado nivel de agresión contra el pueblo, que nos lleva a calificar sus políticas como destinadas a provocar un verdadero genocidio social. Eso no se puede llevar adelante sin borrar de la memoria y del presente la historia de las Madres. Ya lo intentó antes Macri y ahora vuelven a la carga», dijo Gorini a Contexto, consultado sobre lo ocurrido que vuelve a encender las alertas sobre las intenciones arrasadoras de este Gobierno sobre todo lo que signifique el proceso de memoria, verdad y justicia.
Gorini, periodista, escritor y abogado, muy allegado a Hebe de Bonafini, especializado en la investigación de la historia reciente en la experiencia de las Madres de Plaza de Mayo que plasmó en varios libros, sostuvo que «hay que lograr una respuesta a esta agresión, recuperando el tesón y la valentía que las Madres supieron demostrar en los peores momentos y a partir de allí rodear la lucha con el apoyo de todos los sectores populares».
En opinión de Demetrio Iramaín, docente en esa casa de altos estudios, que desde el fallecimiento de Hebe, el 20 de noviembre de 2022, dirige las rondas de las Madres en Plaza de Mayo, con el accionar policíaco de este lunes queda nuevamente en claro que «hay una cuestión ideológica de parte del Gobierno contra la Universidad de las Madres», pero advirtió que «esto es un antecedente muy grave para todas las universidades públicas del país. Porque acá lo que está en juego, además de la memoria, la verdad y la justicia, es la autonomía universitaria».
«Nuestra universidad está normalizada. Está absolutamente en regla y tiene ya sus autoridades legítimamente constituidas por la asamblea soberana que eligió a Cristina Caamaño (como rectora), por lo tanto el Gobierno no la puede intervenir», afirmó en diálogo con Contexto.
Explicó que la figura del «rector-organizador es para las universidades que no han sido normalizadas aún. La nuestra ya lo está», antes de explicar que la actual Universidad Nacional de las Madres «tenía nueve años como Instituto Universitario Nacional de Derechos Humanos Madres de Plaza de Mayo y trece años como Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo».
«Por lo tanto, para nosotros no nos resultó nada imposible poder normalizarla rápidamente apenas se obtuvo la última forma jurídica de este proyecto que tiene muchísimos más años que el Gobierno criminal de Milei».
Como varios testimonios que se vieron por medios televisivos o por redes sociales de otros docentes y estudiantes de la UNMa, Iramaín confirmó que la Policía Federal no mostró ninguna orden judicial, sino solamente un correo electrónico.
«Ustedes saben que una universidad nacional solo puede ser intervenida por el Congreso de la Nación», enfatizó Iramaín, que además de docente es escritor y a principios de año presentó su libro Hebe y la fábrica de sombreros, que contiene un hermoso recorrido fotográfico.
Medios nacionales afirman que Capital Humano no quiere saber nada con la UNMa porque las elecciones de autoridades fueron dos meses antes de que el Instituto Universitario se convirtiera en universidad. Sin embargo, la embestida autoritaria es solamente contra la Universidad de las Madres y no contra las otras cuatro (Universidad Nacional del Delta, Universidad de Ezeiza, Universidad de Pilar y la Universidad Nacional de Río Tercero, en la provincia de Córdoba) aprobadas en el mismo paquete.
Frente a los atropellos que viene acumulando Milei contra la defensa de los derechos humanos en apenas ocho meses de gobierno, la pregunta inevitable es por qué no hay una reacción masiva. Para Ulises Gorini, «está muy bien preguntarse por qué ya, que es a partir de responder a ese interrogante es que podremos no solo construir la resistencia sino pasar a la ofensiva política y social que se requiere».
«Creo que la respuesta requiere reparar en dos órdenes de causas: por un lado, las que se refieren a la acción de estos verdaderos enemigos del pueblo –que nos disciplinan con el hambre, la desocupación, y diversos flagelos sociales hasta la propia violencia física que despliegan en la represión, como se vio contra las manifestaciones de jubilados, piqueteros y otros a cargo de la ministra Bullrich–; y por otro lado, a los errores cometidos antes y después del ascenso de Milei al Gobierno por parte de las fuerzas populares y de izquierda, que trajeron aparejadas la desilusión, el descontento y el desánimo del pueblo».
Y aunque «hoy mismo vemos la falta de una dirigencia que convoque y movilice con sentido unitario […] que debería ser motivo de un amplio debate popular […] mientras tanto hay que salir a luchar y movilizar, porque las respuestas, como lo demostraron las Madres, suelen encontrarse en la lucha y en la calle».
El ataque a la UNMa va en línea con el asedio del Gobierno de Milei hacia otras áreas vinculadas a los derechos humanos, como la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, de la cual dependen diversas reparticiones que conservan archivo y documentación, sitios de memoria y más recientemente el cierre de la Unidad Especial de Investigación (UEI) –dependiente de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI)– como auxiliar de la Justicia en la búsqueda de niñas y niños nacidos durante el cautiverio de sus madres durante la pasada dictadura cívico-militar (1976-1983). Más de 300 aún desconocen su verdadera identidad.
Ulises Gorini escribió sobre la historia de las Madres en diversos libros, como La rebelión de las Madres y La otra lucha, La venganza y otros relatos y su novela Represalia. En 2021 presentó la primera biografía sobre Hebe, titulada Hebe de Bonafini. Los caminos de la vida.
Hebe de Bonafini, nacida en Ensenada, una de las máximas impulsoras de la actual UNMa, falleció el 20 de noviembre de 2022. Dos de sus hijos, Jorge y Raúl, permanecen desaparecidos.
El próximo jueves, día de la ronda de las Madres en torno a la Pirámide de Mayo, será otro jueves «especial» y seguramente repercutirá lo ocurrido el lunes en la sede de la UNMa, consideró Demetrio Iramaín, para quien la embestida del Ejecutivo con la Federal es «una situación muy grave y totalmente lógica si entendemos que detrás está este Gobierno criminal que no respeta ningún límite».