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Pentatónica | La Teoría del Caos

Por R.G.M.

«Siento lo que pienso / voy a destruirme entero de nuevo», repite casi como un mantra Seba Coronel en «Rokiyo». Pero concluye con una leve y no casual variación: «Voy a descubrirme entero de nuevo». En cierto modo, La Teoría del Caos siempre ha hecho de sentir y pensar sinónimos o al menos verbos complementarios. Y es que desde su disco debut, más guitarrero y visceral, sus canciones siempre han tenido un alto valor emocional pero sin sobrepasar las ideas. Y estas (ya fuera desde contrapuntos más rockeros o adentrándose en superficies pop) han dado muestra de un espíritu de búsqueda donde prevalecen tanto el fin como los medios. Es decir, la canción y su sonido.

Y en esa trayectoria, El frío del mundo representa el paso siguiente: destruir para descubrir. De la mano de Gastón Paganini y Juan Ponche Abraham, demuestra toda su capacidad creativa y pericia para ejecutar una idea. En este caso pareciera ser desestructurar, descomponer, deconstruir o el verbo que quieran usar para abordar canciones que de por sí son entradoras. Pero en un juego de ángulos donde los teclados se vuelven protagonistas, las baterías y bajo funcionan como tándem preciso y las guitarras se sueltan adrede, la banda propone un espectro más profundo y rico.

Desde los Strokes más experimentales hasta el rock argentino de los 80, el álbum avanza consistente. «Bola de nieve» es un comienzo contagioso y potente que remite a Fito y Charly en los 80. En «SAR» la bella y elegante evocación de un amigo angelado emociona mientras que el tema homónimo del álbum exponer el consabido estilo crooner que tan bien domina el vocalista de la banda. Como ya hemos descripto, «No es tu sombra» no solo fue el primer corte sino el ejemplo más cabal de sus intenciones disruptivas.

El frío del mundo elude lo explícito tanto desde el audio como desde las líricas. Hay un metadiscurso que apunta a combatir desde lo colectivo contra este confuso y distópico umbral que atraviesa la humanidad. Pero en cierta manera lo propone desde el diálogo. Y es que esa narrativa casi fragmenta y esa mezcla que hace sonar todo distinguible pero cohesionado a la vez se ajusta más a la contemporaneidad. Un tiempo donde la clave de lo colectivo no resida tanto en el abrazo sino en saber tender lazos y redes entre las hendijas de la matrix. En medio de este caos, el álbum propone ambas: sentir y pensar, teoría y práctica.

1) ¿Qué representa El frío del mundo para La Teoría?

Representa el trabajo colectivo y salir de lugares comunes de la sonoridad que veníamos trabajando en discos y singles anteriores. Pudimos profundizar junto a Ponche y Gaston que todos los instrumentos se pontencien entre sí. Y lograr también una sonoridad con identidad en cada tema sin perder identidad el concepto general del disco.

2) Ese abordaje sonoro quizá, a la vez, nuevos ángulos sobre la misma estructura de la canción, ¿cómo se dio?

Si hablamos de estructuras, siempre rompemos sin querer en algun tema lo clasico de estrofa-estribillo. Por ejemplo en «Rokiyo». Gaston fue partícipe como productor en el cierre de las canciones antes de entrar a grabar y ahí alimentó estas cosas, y orientó en parte también la búsqueda sonora que lograron con Ponche en el estudio.

3) Con los teclados definitivamente centrales en el sonido de la banda, ¿sentís que las guitarras tienen otras libertades? ¿Cómo es esa dinámica?

Sí, totalmente. Las teclas tienen un lugar protagónico y a la vez los colchones funden a las guitarras. Tenemos más libertades. En cuanto a las ideas que manejábamos de otras voces sonando que estaban a cargo de las guitarras, las pudimos diatribuir y hacer un mejor paisaje para la voz o la melodía de la canción. Siempre estamos en esa: la canción por delante.

4) «Dame esa palabra que resiste un poco más». De algún modo las letras se han vuelto cada vez menos explícitas, jugando con lo no dicho, con la elipsis, con la interpretación.

Hay un cambio en eso también. Esto es ya más personal. Si bien hay sugerencias, escribo las letras y esto lo intento siempre tratar de cambiar o combinar distintas formas. Si bien hay algo que me sale natural, que es contar historias en donde la imagen ya está. En este disco me detuve más en la música de la palabras y generar algo que se pueda imaginar.

5) ¿Algo que quieras agregar que no hayamos dicho?

Queríamos agradecerle a todos los que formaron parte de este disco, a muchos amigos y colegas que hicieron parte prestando instrumentos, equipos, sacando fotos, filmando y compartiendo mucho tiempo con nosotros. A todos ellos, muchas, muchas muchas gracias.

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