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Hablar por hablar

«Empecemos por el principio: Si alguien pretende explicarte Filosofía en un minuto, no pretende explicarte Filosofía: pretende hacerse famoso», tuiteó un periodista (Sebastián Chaves), y la reflexión merece iniciar este texto. 

El escándalo protagonizado por un chico que dice poder hablar de filosofía en un minuto a través de Olga se suma a una serie de controversias que han envuelto a diversos programas en plataformas digitales argentinas en los últimos tiempos. La falta de prudencia y respeto hacia la privacidad de la persona involucrada generó indignación, llevando a muchos a calificar al conductor de «poco caballero» por haber expuesto de manera tan explícita detalles íntimos de su vida.

Sin embargo, el cuestionamiento más importante no debe partir de una perspectiva moral o moralista, sino esencialmente de la idoneidad general en los medios: ¿realmente están preparados para hablar al aire horas y horas sobre lo que sea? La sociedad disciplinada digitalmente para consumir narrativas breves que no superen el minuto, sin embargo, escoge contenidos donde prevalecen charlas más extensas que profundas.

Este verano, el músico Andy Chango puso en evidencia algo que muchos piensan, cuando renunció al aire en Costa Stim Baby, de Blender: «Chicos, me cuesta un montón. No me gusta. Yo creo que hay contenidos y hay incontinencias, y que el streaming se basa en incontinencias, en hablar boludeces todo el tiempo».

En los últimos meses, los canales de streaming en Argentina han estado envueltos en una serie de polémicas que han generado gran repercusión. El canal Neura enfrentó controversias debido a comentarios de mal gusto en su programa Neura Delayed Knight, donde se hicieron bromas sobre temas sensibles como el cáncer y la pedofilia, generando un fuerte rechazo. Además, no olvidemos el intento de streamers de ingresar a la casa de Gran Hermano para crear contenido viral. O el pesebre de Toto Kirzner, cuya verdadera ofensa no fue tanto al niño Jesús como al humor como oficio.

Otro punto conflictivo ha sido el robo de figuras entre canales de streaming, especialmente entre Olga y otras plataformas como Blender. Migue Granados, creador de Olga, fue acusado de atraer talentos de otros medios, lo que generó críticas de figuras como Nico Occhiato y Andy Kusnetzoff. Esta situación evidenció las tensiones dentro de la industria, donde la competencia por figuras públicas y la búsqueda de contenidos no dista demasiado de lo peor de la «vieja» televisión.

¿Acaso los medios tradicionales proponen mayor calidad o mejores profesionales? No necesariamente. ¿Acaso la polémica, lejos de promover una mejoría, solo genera más exposición y alimenta el negocio? Posiblemente. Al final, ¿lo nuevo es figurita repetida? Quizá. ¿Es este artículo filosofía barata? Tampoco podemos responderlo en un minuto.

Hablar por hablar

«Empecemos por el principio: Si alguien pretende explicarte Filosofía en un minuto, no pretende explicarte Filosofía: pretende hacerse famoso», tuiteó un periodista (Sebastián Chaves), y

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