El canciller Héctor Timerman anunció que denunciará a Inglaterra ante el Comité de Descolonización contra “la actitud belicista y armamentista” que está llevando en Islas Malvinas. «Acá hay dos caminos: mientras la Argentina apela al derecho internacional y a la resolución de las Naciones Unidas, Gran Bretaña incumple esas resoluciones”, sostuvo Timerman después de que el Gobierno británico comunicara que reforzará su presupuesto militar en el archipiélago al interpretar que la Argentina continúa siendo «una amenaza muy viva».
El excombatiente de Malvinas y docente de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social, Carlos Giordano, apoyó las declaraciones de Timerman en relación a la pelea diplomática que se está llevando en la ONU por vías diplomáticas. “Desde que asumió Néstor Kirchner en el 2003, la política diplomática del Gobierno ha sido que cualquier negociación involucre la cuestión de soberanía”. Y agregó: “Creo que la mayoría de la población está de acuerdo y nosotros desde el CECIM también, porque no queremos volver bajo ningún punto de vista a un potencial bélico.”
Desde Londres, la embajadora argentina Alicia Castro culpó a la prensa inglesa de hacer un tratamiento sensacionalista sobre una ficticia política armamentista. “Yo te diría que esta última gestión propagandística que están haciendo hace recordar mucho hasta el propio origen de la respuesta de Thatcher sobre la recuperación de Argentina de las Islas Malvinas. Estamos frente a un periodo electoral donde el primer Ministro de turno agita el fantasma de la guerra con un énfasis nacionalista, con un intento de ordenar las cosas internamente sobretodo en este sentido electoral. Los votantes ingleses se mueven mucho al ritmo nacionalista y su rol en el mundo”, explicó Giordano.
La base inglesa en Malvinas tiene una capacidad de mover en 24 horas, 4.800 soldados pertrechados a cualquier parte de Latinoamérica. “Más allá de que esto pareciera sólo una práctica discursiva, desde hace años que Inglaterra no deja de militarizar las islas. Para mantener una base ofensiva sobre cualquier país de américa del sur. Por lo tanto no es una base defensiva”, concluyó Giordano.
El CECIM en Plaza de Mayo
Los ex soldados conscriptos combatientes en Malvinas marcharon el martes 24 hacia Plaza de Mayo en conjunto con los organismos de Derechos Humanos entendiendo que es la misma lucha contra la última dictadura militar. Los miembros del CECIM usaron pañuelos mitad blancos, mitad celestes “que terminarán de completarse con el sol cuando la Memoria, la Verdad, la Justicia y la Soberanía sean los materiales de la Paz que habremos logrado”, como explicaron en un panfleto.
En referencia a las torturas que sufrieron ex combatientes por parte oficiales del Ejército, Carlos Giordano consideró que “son crímenes de lesa humanidad porque es la continuidad de lo que venía haciendo las Fuerzas Armadas. Son los mismos protagonistas, los mismos torturadores, los mismos actores militares, civiles y eclesiásticos que cometían esas torturas y las cometieron en Malvinas. No es que hasta el primero de abril eran torturadores y después del 2 de abril eran liberadores, combatientes contra el imperialismo”.
En el mismo sentido, Giordano cuestionó a la Suprema Corte de Justicia, que luego de que renunciara Raúl Zaffaroni, hizo un informe de oficio en el que decía que esos crímenes habían prescripto porque durante la guerra quedaban vedados los derechos civiles. “La tortura es la tortura. Agarrar con la tenaza del labio a un soldado propio no está tipificado como una acción de guerra. Tampoco pasarle picana a alguien”, dijo Giordano. Por esta causa, el CECIM está preparando un informe para presentar en la Corte Interamericana de Derechos Humanos.