Por Roberto Álvarez Mur
Al igual que en el plano nacional y provincial, el cambio se hace sentir en los distritos del conurbano bonaerense, como es el caso del partido de Quilmes, territorio del recién electo intendente macrista Martiniano Molina. La gestión del ex cocinero de TV, que ya había empezado a tener eco a nivel regional a causa de 3 mil despidos del sector público y denuncias por un sustancial aumento de sueldo otorgado a sí mismo, ahora entra en escena por un caso de violencia policial.
Así lo demuestra una solicitud de precisiones presentada por la diputada provincial del Frente para la Victoria, Eva Ramírez, quien elevó una demanda elaborada por el Consejo Quilmeño de la Niñez y Adolescencia, donde documentan un hecho de represión por parte de la Policía hacia el colectivo Kilmes HH, dedicado a las competencias de hip-hop y la cultura urbana.
Ramírez advirtió que los jóvenes que participaban del evento que tuvo lugar en una plaza pública en diciembre fueron sometidos a una “violenta requisa por parte de la Policía Local y Bonaerense, puestos con las manos en alto contra la pared” y “recibiendo agresiones verbales y físicas propias de procedimientos dictatoriales”. Ramírez dijo a Contexto: “Queremos saber el porqué, quién dio la orden y cómo se organizó esta acción que viola los derechos y vulnera las libertades de una manera tan violenta”.
fueron sometidos a una “violenta requisa por parte de la policía local y bonaerense, puestos con las manos contra la pared” y “recibiendo agresiones verbales y físicas.
“La verdad, el motivo con que se acercaron a reprimirnos no lo encuentro, por que no nos dijeron nada; fue ‘todos contra la pared’ y listo”, dijo a Contexto Brian González, uno de los nueve miembros de la “crew” Banda de Insectos, grupo organizador de del Kilmes HH. “Esto fue el 16 de diciembre. Primero vino la Policía Local y después la Tercera de Quilmes y le pegaron a varios pibes que querían entablar una conversación con la autoridad. A una de las chicas también la revisó un Policía manoseándola”, agregó.
“El domingo 21 estábamos de nuevo en la plaza y volvieron los oficiales de la Tercera y nos decían que a partir de las 7 ‘al que veían en la plaza se lo llevaban en cana’. Con qué derecho, ni idea. Y el miércoles pasado vino de nuevo la Policía Local pidiendo documentos a todos con mucha prepotencia”, completó.
Entre los fundamentos del pedido, la diputada quilmeña recalcó: “Las prácticas represivas ejecutadas por la Policía van en contra de la normativa vigente en materia de derechos humanos e invierten toda lógica a favor de la promoción y protección de los derechos de niños, niñas y adolescentes”.
En concreto, Ramírez solicitó que se explicite “si para tal procedimiento ha mediado la orden de alguna autoridad judicial, del Ministerio Público Fiscal, de la Departamental Quilmes, de la cartera de Seguridad provincial o del municipio de Quilmes”.
“Las prácticas represivas ejecutadas por la policía van en contra de la normativa vigente en materia de Derechos Humanos.»
Asimismo, requirió que se “notifique el nombre, apellido y grado de los efectivos policiales que integraron el citado operativo policial, de sus superiores jerárquicos y autoridades implicadas, como así también si se han dado inicio a las actuaciones sumariales correspondientes y a la separación preventiva de los uniformados involucrados”.
“Los acontecimientos detallados restringen las libertades individuales en pleno ejercicio de la democracia, atentan contra cualquier expresión vinculada con la cultura barrial y popular, y vulneran los principios de seguridad ciudadana y de nuestros derechos humanos”, continuó.
Ramírez sintentizó: “Desde nuestra labor parlamentaria somos conscientes de que existe un plan de emergencia en seguridad y, si bien entendemos que debemos generar políticas para combatir el delito, tampoco podemos permitir que eso se utilice como excusa para vulnerar los derechos de los más débiles”.
En tanto, el colectivo Kilmes HH volverá a presentarse hoy en la estación de trenes de Quilmes, a partir del mediodía, bajo la consigna “Más cultura, menos represión”.