Por Florencia Abelleira
«Sol Líneas Aéreas S.A., empresa de accionistas privados argentinos y españoles, anuncia que a partir del día viernes 15 de enero del corriente año cesará sus actividades», indicó un comunicado que difundió la aerolínea con base en Santa Fe. La decisión se tomó luego de que la nueva gestión de Aerolíneas Argentinas, al mando de Isela Costantini, anulara el convenio que la empresa había firmado con Sol Líneas Aéreas.
Tras este anuncio, la compañía decidió cancelar todos sus vuelos, y en la mañana de ayer comunicó el «cese de actividades» debido a que quedó en situación de «inviabilidad económica».
Para el viernes 15 de enero, tenía programados desde Aeroparque tres vuelos a Rosario, uno a Mar del Plata y otro a Villa Gesell, con sus respectivas vueltas. En tanto, desde Rosario tenía vuelos programados hacia Neuquén, Córdoba, Comodoro Rivadavia, Río Grande, Mar del Plata y Punta del Este, también con sus tramos de vuelta.
Ante la inminente quiebra, sus trescientos empleados quedaron sin trabajo. Según explicaron, el gerente de Recursos Humanos de la aerolínea les había avisado que enviarían la totalidad de los telegramas de despidos por quiebra para todos los trabajadores.
Como respuesta, el Sindicato de Técnicos Aeronáuticos publicó un comunicado en el que expresan que “la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico declara el estado de alerta y movilización ante el inminente cierre de Sol Líneas Aéreas y la cesantía de todo su personal, según lo informado verbalmente por sus propietarios».
Sol, perteneciente a la familia Angeli, titular de la empresa turística Rutatlantica, mantenía un convenio de prestaciones de vuelos regionales con Aerolíneas Argentinas, por lo cual recibía un monto cercano al millón de pesos diarios.
Desde 2012 tenía con Aerolíneas un sistema de código compartido en la emisión de pasajes, y en 2014 se concretó el acuerdo mediante el cual Sol volaba determinadas rutas con sus aviones para la empresa de bandera.
Como parte del proceso de reestructuración de la firma, sus dueños vendieron el 49% de las acciones a la aerolínea española Air Nostrum, asociada con Iberia. Los europeos no hicieron aportes de dinero sino que entregaban sus aeronaves jet CRJ 200 de 50 asientos para renovar los turbohélice Saab 340 de 35 asientos de Sol. La reposición tardaría diez meses, según el cronograma que formaba parte del acuerdo.
Estos socios rompieron en las últimas horas con los rosarinos y empezaron a llevarse su capital luego de que Costantini decidió discontinuar el contrato.
“Hay que poner el foco en que el mal manejo empresarial llevó a que Sol hoy esté en la quiebra, y no a la buena intención que tuvo Aerolíneas Argentinas para que la empresa con base en Rosario tuviera un final feliz, que lamentablemente no es el que hoy tenemos que contar”, explicó a CN23 el periodista especialista en aeronáutica, Diego Dominelli.
Por su parte, el secretario de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), Pablo Biró, señaló en declaraciones a Radio Delta que no le sorprende que la empresa esté al borde de la quiebra. «Sol ha sido impresentable y desordenada de lo comercial y operativo desde hace años. Rompió los estándares y códigos de la aeronavegación. Estamos cansados de estos empresarios inescrupulosos, nos hartó que no paguen sueldos. Ha sido lo peor que vi en la industria».
En la misma línea, Dominelli aclaró que “se veía venir este final de Sol en la industria. Sol había realizado este acuerdo con Aerolíneas Argentinas donde esta le pagaba por horas de vuelo. No es que estaba subsidiándola para que Sol pudiera volar. Y a cambio de todo ese pago, a Aerolíneas Argentinas le quedaba para sí la recaudación de todos los pasajes vendidos”.
Mientras tanto, los trescientos trabajadores que quedaron en la calle están esperando una respuesta de los actores involucrados en la quiebra. Según ellos, lo más propicio hubiese sido que se revea el contrato y que haya un acuerdo mutuo entre las partes.