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Jornada Cultural en la Comisaría 5ta.

Por José Welschinger Lescano

La comisaría 5ta. de La Plata es uno de los puntos que se destacan por los hechos de horror y lesa humanidad sucedidos durante la tristemente célebre era del terrorismo de Estado en la Argentina. Además de ser una de las principales sedes del Circuito Camps, la comisaría 5ta. es el establecimiento en el que estuvo detenido y fue torturado Jorge Julio López. Sin embargo hoy, al cumplirse cuatro décadas de aquel terrible episodio, el espacio abre sus puertas al público como un sitio para la memoria y la promoción de los derechos humanos. Conmemorándose un año desde que el ex gobernador bonaerense Daniel Scioli dispusiera la separación del espacio en el que funcionó el centro clandestino de detención, para que un conjunto de organizaciones avanzara en su recuperación; la Mesa por los Derechos Humanos de La Plata abrió las puertas del sitio, organizando una concurrida actividad cultural que consistió en la integración de distintas muestras y exposiciones multimediales. El espacio, en un notable estado de abandono que resaltaba el impacto de los hechos allí ocurridos, recibió a más de un centenar de visitantes de todas las edades, entre los que se destacaban varias personalidades del ámbito de los derechos humanos, como Rosa Bru y parte de la línea fundadora de la asociación Madres de Plaza de Mayo.

Uno de los lamentables hechos que destacan a la comisaría 5ta. dentro de lo que fueron los centros clandestinos, es que entre sus muros y barrotes operó una maternidad, en la que se conoce que ingresaron al menos diez mujeres embarazadas. Dos de esas diez mujeres tuvieron a sus hijos durante el cautiverio, en la incomodida de una minúscula e inhóspita cocina. Leonardo Fosatti Ortega es uno de los niños nacidos bajo esas condiciones. Leo, quien comenzó a recuperar su identidad en 2004, es uno de los principales gestores de la actividad. En diálogo con Contexto, Fosatti destacó: “Tanto el aniversario de los 40 años del golpe, como la actividad que estamos haciendo con la Mesa de Derechos Humanos de La Plata, tienen un significado enorme; porque se está visibilizando para toda la sociedad este espacio, y aunque todavía no está funcionando como un sitio para la memoria, estos primeros pasos que estamos dando con la actividad nos parecen realmente importantes”. Fosatti comentó que, luego de conseguir la desafectación parcial del predio en marzo del 2015, la organización había comenzado a trabajar sobre el espacio en el que se encuentran los calabozos, y donde funcionó la maternidad clandestina. “Es aquí donde se hicieron las detenciones y los traslados clandestinos”, señaló, e informó: “Al día de hoy, se ha avanzado con los relevamientos arquitectónicos a partir de los testimonios, y también estamos avanzando gracias a un convenio con la Universidad de La Plata, utilizando un scaner 3D para hacer el relevo de todo el edificio, digitalizarlo, y cargar ahí las fotos, las filmaciones, y los testimonios que los sobrevivientes declararon en los juicios”. El uso de esa tecnología permitirá, cuando el proyecto esté terminado, la posibilidad de ofrecer un recorrido virtual sobre el espacio para la memoria.

En la compañía de muchos de los colaboradores directos del proyecto, Fosatti aseguró que la apertura inaugural del espacio había alcanzado la altura de sus expectativas: “Estamos muy ilusionados con el éxito de este primer pasito, porque para nosotros esto que está pasando ahora es un enorme acontecimiento; con la complejidad de estar además en medio de una situación política muy particular, en la que se siente de forma muy notoria el cambio de gobierno”. Consultado respecto de los encuentros celebrados entre la Mesa por los Derechos Humanos de La Plata y la Secretaría de Derechos Humanos de la nación, Leo comentó: “Todavía hay que ver cuáles son las perspectivas y las expectativas generales, porque nos hemos reunido con distintas autoridades y se han dado algunas situaciones un tanto contradictorias; ya que si bien nos han transmitido la voluntad de continuar apoyando estas políticas de derechos humanos, por otro lado hemos sufrido las declaraciones de otras figuras del mismo gobierno, poniendo en duda la cantidad de víctimas que se cobró la última dictadura”. Fosatti aseguró que, pese a cierto clima de incertidumbre, el colectivo permanecía a la espera de buenas noticias en el plazo de los próximos meses: “Necesitamos continuar con todas estas políticas”, sostuvo.

Leo destacó a Contexto la importancia de la labor impulsada desde la organización: “Personalmente -sostuvo-, sentirme parte de este colectivo que ya lleva tantos años, es sentirme acompañado en esta transformación de mi historia. Mis viejos siguen desaparecidos, mi búsqueda todavía sigue, al igual que la del resto de los compañeros; y aunque a veces se haga difícil desde lo personal, muy agotador, es indispensable nuestro trabajo para que los sobrevivientes y familiares de los detenidos y secuestrados en esta comisaría puedan tener un lugar donde rendir homenaje, visibilizar públicamente que ellos estuvieron acá, y que todo esto deje de esconderse o corra el riesgo de transformarse en cualquier otra cosa. La verdad es que poder participar de una transformación tan grande, es una enorme fuente de alegría y gratificación”.

Durante las horas en las que se extendió la actividad, los visitantes recorrían el perdio de la comisaría 5ta. observando la muestra fotográfica en la que se exponía un registro documental de lo que fueron los juicios por la memoria en La Plata; con fotografías de los procesos judiciales conocidos como ‘Juicio a la Unidad 9’ y ‘Circuito Camps’, que culminaron en 2010 con la condena a cárcel común para varias docenas de genocidas que permanecían impúnes.

Parte de la propuesta de la inauguración al público también consistía en que los visitantes pudieran contemplar por sí mismos las condiciones de los calabozos en los que los desaparecidos fueron confinados. La habitación que más reacción provocó fue aquella en la que funcionó la maternidad clandestina; inundada de un seco olor a abandono, sin ventanas, y con el techo tan bajo que incitaba a la claustrofobia. Desde ese calabozo, relataron los sobrevivientes varias décadas más tarde, podían oírse todos los días las campanas del seminario Mayor San José, institución desde la cual se le enviaba comida a los reclusos.

María Reboredo es integrante del grupo Mujeres Platenses Organizadas, y hermana de Alfredo, quien permanece desaparecido desde que fue secuestrado en la comisaría 5ta. en 1977. “La idea es que la ciudad vea lo que pasó en este lugar”, comentó Reboredo a Contexto: “Que lo conozca, y que mediante esa visibilización podamos comenzar a generar muchas actividades, como las que se realizan en la ex Esma y otros tantos sitios”. Y destacó: “Queremos que sea un lugar activo, en el que haya vida después de haber contenido tanto horror”. El hecho de haber sido sede de una maternidad clandestina, además de uno de los principales puntos sobre los que operó el denominado Circuito Camps, fue considerado por Reboredo como uno de los factores que hacen más apremiante la recuperación y visibilización del emplazamiento.

También desde el colectivo de Mujeres Platenses Organizadas, Silvina Tettamanti Otamendi se expresó respecto de la importancia de la actividad: “Nosostras participamos activamente de todo lo que es la política de derechos humanos -destacó-, con la intención de sostener y profundizar todo el trabajo y los logros alcanzados durante la última década”. Silvina además remarcó que la organización, integrada por más de 50 mujeres, quienes junto a otros colectivos decidieron acompañar la conmemoración y el inicio de la transformación de este nuevo espacio por la memoria y para la promoción de los derechos humanos.

Luego de la proyección de algunos audiovisuales y de la presentación de música en vivo (con las voces del cantautor Diego Dana, y de Molina Gonzáles) la actividad cultural concluyó con unas palabras de agradecimiento hacia el público por parte de Leo Fosatti, quien resaltó que la convocatoria era “Para trabajar todos juntos en lo que va a ser el corazón de este sitio para la memoria”. En el cierre del evento, Fosatti adelantó que la iniciativa está en comenzar a trabajar en obras que den cuenta de todas las personas que fueron secuestradas por el Estado en esa comisaría. “Es fundamental recordar a cada una de las personas que pasaron por acá -sostuvo-, quizás con un mural que los recuerde con sus nombres, pero sin lugar a dudas dando a conocer todo lo que pasó en este recinto”. Leo destacó que lo más importante eran, lógicamente, los testimonios; y que las historias de vida de los detenidos tendrán un lugar central en ese espacio, como ya ha sucedido en otros sitios por la memoria. “La participación de todos ustedes es fundamental para la construcción de este espacio -sostuvo-, y seguramente promediando abril o mayo nos econtraremos para avanzar en esta tarea”.

Fosatti consideró que la importancia de estas actividades “Es inherente a este momento que estamos viviendo, porque los desaparecidos siguen existiendo”. En éste sentido, el nieto recuperado en 2004 cerró la jornada con una reflexión contundente: “Tener memoria no es no olvidar, sino que es recordar y tener presente que ésto sigue pasando, de la misma manera que sigue pasando Miguel Bru, y de la misma manera que siguen pasando los 43 de Ayotzinapa. Además, el análisis político nos hace pensar que la cuestión policial tiende a agravarse en nuestro país; y por eso tener memoria es recordar que todo esto sigue pasando, y que no tenemos que permitirlo”.