Por Pablo Roesler
“Yo no quise salvarme sino de la traición,
de la cobarde fuga, de la filosofía
de los desentendidos, cómplices del sepulcro;
entonces, sus gatillos, sin querer, me salvaron”.
Daniel Omar Favero [fragmento].
Nunca más supieron de ellos, están desaparecidos. Desde la medianoche del viernes 24 de junio de 1977, dónde están los estudiantes universitarios María Paula Álvarez y Daniel Omar Favero es una incógnita. Y por ese crimen, ayer a horas de cumplirse 40 años del golpe cívico militar de 1976, la Justicia de La Plata condenó a Miguel Osvaldo Etchecolatz y otros tres policías a 25 años de cárcel. Los condenaron por desaparición forzada de persona y el delito internacional de genocidio, perpetrado en Argentina entre 1976 y 1983.
“Después de tantos años, hoy se hizo justicia”, dijo Claudia Favero, la hermana del joven poeta platense, apenas puso un pie fuera del tribunal. Fue una de las últimas personas en salir del viejo teatro de la AMIA donde funciona el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº1 platense. Todos la abrazaron, la besaron, lloraron con ella mientras caminaba entre las viejas butacas marrones del teatro. También cuando salió al hall y cuando pisó la calle. También mientras caminó hacia la plaza San Martín para marchar por el aniversario del golpe de Estado de 1976 en La Plata, donde la tradición marca que se hace el día anterior al 24 de marzo para poder marchar también al día siguiente en la Plaza de Mayo.
Ayer, después de un mes de audiencias y ante una sala repleta, los jueces Germán Castelli, Roberto Lemos Arias y César Álvarez condenaron a los ex policías de la dictadura Etchecolatz, Fernando Svedas, Raúl Orlando Machuca y Julio Arguello, a 25 años de prisión. A todos los consideraron coautores del delito de desaparición forzada de persona.
Pero además, a Etchecolatz lo condenaron “en forma definitiva y por unanimidad a la pena única de prisión perpetua” por acumulación de condenas a penas máximas en ese tribunal. Un estallido de aplausos inundó la sala y el presidente del tribunal apenas pudo terminar de leer la frase.
“Se hizo justicia. Después de tantos años llegó. Estoy muy emocionada y conforme con todo el veredicto. Yo esperaba que los condenaran por desaparición forzada de personas, por genocidio y la perpetua a Etchecolatz, es lo que deseaba y es lo que pasó”, dijo Claudia Favero.
«Se hizo justicia. Después de tantos años llegó. Estoy muy emocionada y conforme con todo el veredicto». Claudia Favero.
El Tribunal platense ya había impuesto condenas por desaparición forzada de personas en el juicio a la Fuerza de Tareas Nº5 de la Armada, que realizó el año pasado. Pero en esta causa los represores habían acusados solo por secuestro. Fueron los abogados de la querella Pedro Griffo de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y Oscar Rodríguez de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) quienes pidieron esas condenas.
“Se había intentado enmarcar los hechos en figuras que no reflejaban fielmente lo que sucedió. Estas personas están desaparecidas y la acusación por privación ilegal de la libertad y tormentos no era suficiente para contemplar la situación por la que atraviesan los familiares”, explicó Griffo tras el veredicto.
“Se había intentado enmarcar los hechos en figuras que no reflejaban fielmente lo que sucedió. Estas personas están desaparecidas».Pedro Griffo, abogado Secretaría de DD.HH.
Pero que la condena refleje los hechos no significa que “cambie la plataforma fáctica, es decir, lo que pasó”, detalló el abogado. “Desde el comienzo del juicio se dijo que estas personas están desaparecidas y en todo momento los acusados sabían que estaba acusados por eso”, explicó.
Claudia Favero ratificó lo que las querellas y el fallo explicaron. “Nunca más supimos de ellos. Están desaparecidos. Y hoy se hizo justicia después de tantos años”, dijo. “Esta causa la inició mi madre (la Madre de Plaza de Mayo Amneris Perusin, fallecida el año pasado) en el 2002 en Capital Federal esperando que se declaren inconstitucionales las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Después vino Néstor y Cristina (Kirchner) y la derogación de las leyes. Este juicio debería haber entrado en el juicio por el Circuito Camps, pero estaba en el juzgado de Daniel Rafecas. Después Carlos Rozanski pidió que venga para acá y se hizo justicia”, completó.
Primera condena
La de ayer fue la primera condena a represores que se produce desde el cambio de gobierno. El Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº1 de La Plata, mantuvo la línea de justicia trazada en 2015 durante el juicio a la Fuerza de Tareas Nº5 de la Armada Argentina que operó sobre el cordón industrial de La Plata, Berisso y Ensenada durante la dictadura cívico militar.
El 19 de octubre pasado, Carlos Rozanski, Germán Castelli y César Álvarez impusieron a ocho condenas: tres a cadena perpetua para tres jefes de la Armada Argentina y otras cinco a veinticinco años de prisión para dos marinos y tres miembros de la Prefectura Naval Argentina.
Ayer el Tribunal constituido en pleno por jueces subrogantes, y pese a la disidencia del presidente provisional Germán Castelli en todas las condenas, impuso cuatro de las máximas penas que prevé el código penal argentino.
“Se hizo justicia”, resumieron los familiares de las víctimas.
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