Hoy se cumple el segundo aniversario de la trágica inundación que sufrió la ciudad de La Plata y sus alrededores que dejó un saldo aún incierto de muertos y un sinfín de dudas por sobre todo lo que no sea exclusivamente una cuestión de la naturaleza.
Códigos de ordenamiento urbano, nuevas zonificaciones, espacios verdes y otros no tanto, son algunos de los temas que saltaron a la agenda mediática y palabras como cota, compuertas, refinería o simplemente catástrofe se incorporaron al leguaje cotidiano de los y las platenses.
Pero aquí no vamos a detenernos en todos estos temas, inabarcables, inagotables y también desgastados por el paso del tiempo y por el grito de algunos que hoy oídos sordos no quieren escuchar.
Lo que retomaremos es la sensación hecha informe de investigación que se percibió en los días posteriores a ese terrible dos de abril, en el cual vimos una vez más como el principal medio local jugaba un papel macabro escondiéndose tras sus intereses en el peor momento que transitaba la ciudad.
El diario El Día fue analizado por un equipo de investigadores de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social, pertenecientes al El Centro de Investigación y Desarrollo en Comunicación, Industrias Culturales y Televisión (CeID-TV), dirigido por el Dr. Leonardo J. González y codirigido por la Esp. Silvina Pauloni.
En ese equipo del cual formamos parte, surgió primero la inquietud y luego la certeza que desde la comunicación social y el análisis mediático y cultural, nuestro aporte sería este, desenmascarar una vez más la falta de escrúpulos de quienes hace ya más de un siglo (desde 1882 exactamente) vienen ejerciendo el lugar de prensa libre e independiente en la ciudad.
Así casi de inmediato se dio paso a una investigación sobre los diez ejemplares que el diario publicó luego de la inundación y sobre todo a cómo presentó sus tapas el medio.
Haciendo un esfuerzo de síntesis y recuperado lo analizado pudieron reconocerse cuatro momentos en el abordaje de la noticia, principalmente trabajando lo más visible como fueron esas diez tapas.
En un primer momento, del 3 al 7 de abril, se enfatizan los daños materiales que produjo la inundación, la masiva solidaridad por parte del país -espacios vinculados al Estado Nacional y diferentes niveles de estados provinciales y municipales; organizaciones de la sociedad civil y una organización coyuntural surgida de la crisis- y la falta de acciones coordinadas, sin especificar responsables de esas falencias.
La referencia al incremento de la cantidad de muertos comienza el 4 de abril, a partir de una mención secundaria que acompaña el título principal de tapa. Al día siguiente, si bien el número de víctimas asciende, el titular aparece al pie de la portada, dejando la información en segundo plano. Finalmente, tanto el 6 y el 7 de abril, la alusión a la temática sólo ocupa dos recuadros, en los que se acentúa la cantidad de víctimas según datos oficiales.
En este primer recorte temporal no se menciona el rol del Municipio ni de sus autoridades; sólo se hace referencia a la intervención del Estado a partir de la figura de la Presidenta, tras el anuncio de la entrega de subsidios y créditos a los damnificados (tapa 6 de abril).
Del 7 al 9 de abril inclusive –segunda etapa-, las tapas comienzan a mostrar que la ciudad pretende volver a la normalidad después de la tragedia. En la bajada del titular principal del 7 de abril (Edición Domingo) comienza a nombrarse la palabra Municipio, justo cuando la intención del diario es destacar que la ciudad “intenta reponerse”.
En la tercera etapa, que incluye el 10 y 11 de abril, el foco está puesto en la cantidad de muertos por el temporal y en ratificar los datos oficiales. Es necesario destacar que recién el 11 de abril se enuncia por primera vez al intendente de la ciudad de La Plata, Pablo Bruera. El recurso empleado por este medio gráfico es la utilización de una cita directa que aparece en un pequeño recuadro, en la parte inferior de la tapa: “Debemos garantizar que esto no vuelva a suceder” (tapa del 11 de abril).
La última etapa -12 y 13 de abril- el sentido de los titulares refiere a otras consecuencias acarreadas por el temporal, que hasta el momento no habían sido mencionadas, como ser la falta de clases y la prevención de enfermedades. Aquí, se destaca en palabras y por primera vez, el rol de los jóvenes bajo una intención netamente solidaria. La foto escogida por el medio gráfico refleja a un grupo en el frente del centro de estudiantes de la ciudad bonaerense de Azul, con una bandera que enuncia: “Fuerza La Plata, Azul está con ustedes”.
El trabajo de investigación que en un esfuerzo aquí se sintetiza mostró algunos indicadores que vale la pena mencionar. En cuanto a espacios institucionales, el Estado Nacional se menciona en dos oportunidades:
“Cristina anunció subsidios y créditos” (6 de abril)
“Cristina volvió a la ciudad a visitar centros de ayuda (7 de abril) (o sea que estuvo antes y no fue informado)
En las tapas analizadas no hay mención del Estado Provincial pero sí del Municipal, en dos oportunidades:
“Según el municipio, una de cada cuatro viviendas platenses fue directamente afectada por la inundación” (7 de abril).
“Bruera: debemos garantizar que esto no vuelva a suceder” (11 de abril).
En cuanto a las imágenes que acompañan las tapas de estos diez días, hay sólo dos espacios que son retratados. Por un lado, los días 7 y 13 de abril, aparecen imágenes del frente de la Catedral de la ciudad, siendo éstas las únicas fotos donde se retrata la solidaridad.
Paralelamente, los días 9 y 10 aparecen imágenes de la extensa cola que se organizaba dentro del Centro Cultural Islas Malvinas, para la entrega de certificados de damnificado para poder tramitar créditos y/o subsidios.
De esta forma, se presenta un concepto de ayuda vinculada a la caridad, donde el que da lo hace de manera anónima y el que recibe no sabe de quién viene, excepto por la intermediación de la institución eclesial. Este concepto se contrapone al de la solidaridad vinculada a una militancia política, que desde distintos espacios trabaja formalmente por la transformación de una realidad establecida y da respuesta clara y organizada ante una crisis como la acontecida.
En imágenes, se ve un espacio municipal, como el Centro Cultural Islas Malvinas, en el que sólo se tramitan certificados. En contraposición, las fotos de la Catedral de la ciudad de La Plata representan la ayuda solidaria, desinteresada, desarticulando de la política su real sentido transformador.
Paralelamente, hay un ocultamiento de una enorme y masiva afluencia de diversas fuerzas y movimientos sociales, que trabajaron desde sus lugares de referencia en conjunto y organizadamente, para palear una coyuntura que desbordaba la capacidad municipal de asistir a los damnificados.
La falta de representación de este tipo de ayuda colabora con un elemento central que se puede enunciar luego del análisis realizado: la intencionalidad editorial para desvincular la asistencia de la organización política, elemento que da lugar a dos hipótesis quizás complementarias:
- El medio decide quitar el foco de la demanda puesta sobre el Estado, principalmente sobre el Municipio.
- El medio, con este tratamiento, logra mostrar acciones municipales positivas en un aspecto (entrega de certificados), reservando otras tareas de contención de la situación a organizaciones del tercer sector, a la vez que oculta la ayuda de otros niveles del Estado (principalmente del nacional).
Por último destacamos que en 5 de las 10 tapas se aborda con imágenes y/o texto el tema de la ayuda, siempre enfocada en la solidaridad del vecino, sin hacer ninguna mención (positiva o negativa) a la asistencia del estado en cualquiera de sus niveles, como si esto no fuera su responsabilidad o se quisiera ocultar la información dependiendo del caso.
La ciudad fue arrasada, pero parte de la reconstrucción fue obra de la política, de la buena política donde la militancia se hace una y en la que la patria es el otro. Poner patas para arriba la realidad, ocultar antojadizamente información y focalizar hechos donde no está el eje de la cuestión es una especialidad de muchos de los medios que hoy pregonan su amada (y conveniente) libertad de expresión. Eso quedó muy claro con lo sucedido en una de las noches más obscuras que debimos transitar.
Eso sí, aprendimos algo más que a preparar mochilas o a que las rejas pueden ser una trampa mortal, como sociedad entendimos y sino es buen momento para seguir pensando, que aquellos que vienen hace años jugando el juego que más les queda y no les importan las coyunturas de inundaciones, golpes militares o políticas locales, van a ir siempre a construir la realidad que les conviene y en general de espaldas en este caso de aquellos que pasaron o quizás quedaron bajo esas profundas marcas que dejo la inundación.
Informe completo en:
http://perio.unlp.edu.ar/node/3041