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“Macri está construyendo una recesión para volver a las políticas neoliberales”

Por Manuel López Melograno 

Luego de largos meses en los que el Gobierno nacional y sus principales funcionarios anunciaran a viva voz que la economía argentina estaba estancada y que no había crecido en los últimos cuatro años, llegó un dato contundente. El propio INDEC informó el crecimiento promedio anual de 2,1% del Producto Bruto Interno (PBI) en 2015 –con un pico de 3,5 en el tercer trimestre–, dejando en claro que no había ni pesada herencia ni estancamiento: había una economía en funcionamiento.

“Se hicieron las cuentas y dan este número. No trabajamos para que los resultados den para atrás. Hicimos una revisión profesional”, aseguró el titular del INDEC, Jorge Todesca, al informar oficialmente que la economía argentina creció 2,1% durante el último año de la gestión kirchnerista, confirmando el crecimiento en un contexto en el que decenas de países dejaron de hacerlo, como Brasil, que cayó un 3,8%. La herencia era crecimiento.

“El objetivo es crear artificialmente una recesión que genere las condiciones para una reforma estructural bajo el paradigma neoliberal a nivel económico, pero también a nivel social y cultural”, asegura el doctor en ciencias sociales Ignacio Sabatella, y aclara: “Es el INDEC manejado por el macrismo, ya no está Moreno, ya no está Kicillof, sino que es el mismo macrismo a través Todesca que está informando que el año pasado fue un año de crecimiento”.

“El objetivo es crear artificialmente una recesión que genere las condiciones para una reforma estructural bajo el paradigma neoliberal a nivel económico, pero también a nivel social y cultural.»

Y agrega: “2,1 es un crecimiento muy importante en un contexto de una economía mundial en el que una buena parte de los países del mundo está en recesión, con una economía mundial que no crece o crece en forma moderada. Es un dato más que positivo”.

Partiendo del dato objetivo de un trabajo estadístico del oficialismo, el aspecto político relativiza y desbanca el discurso de la pesada herencia, mientras que lo importante –dice Sabbatella– “es tenerlo en cuenta, porque las medidas que está implementando el gobierno de Macri desde que asumió en diciembre están construyendo justamente una recesión con medidas como la eliminación de retenciones y otros impuestos como las reducciones de impuestos al sector minero, una oleada de despidos indiscriminados y la aplicación de sucesivos tarifazos en la energía eléctrica, el agua y el transporte”, y todo “con la excusa de reducir la inflación”.

La antesala a la vuelta al neoliberalismo

En este entramado de anuncios y medidas que buscan “bajar la inflación”, algo que no se ha visto desde el comienzo del gobierno y sobre lo que no hay certeza alguna, emerge de fondo “la necesidad del Gobierno de generar esta recesión programada, para poder aplicar una reforma estructural bajo los designios de la política neoliberal, similar a lo que se hizo en los años noventa, con la diferencia de que en esos años había una herencia con la hiperinflación que sí era muy difícil de sobrellevar, mientras que ahora el macrismo está creando ese terreno para aplicar esas reformas”, explica Sabbatella, y cierra: “Esa es una diferencia clara entre en menemismo y el macrismo”.

-¿Cuáles son los alcances de estas reformas?

-Las medidas tomadas en estos tres meses apuntan a privatizar los sectores que aún permanecen bajo la órbita estatal o la esfera pública, en donde quedan algunos rubros importantes, como por ejemplo Aerolíneas Argentinas o YPF, al tiempo que algunos rubros se van desmantelando más rápido y otros más gradualmente.

Con estas medidas antipopulares, el panorama se agudiza tanto en los principales afectados –como son los trabajadores y los sectores populares en general–, pero también los sectores medios, alcanzados por la notoria suba extraordinaria de los servicios públicos, que lo sufren tanto los sectores medios, como los de bajos recursos. En definitiva, son medidas que benefician a los grupos más concentrados tanto nacionales como trasnacionales: el sector financiero y el sector asociado a la exportación de productos primarios, que hasta ahora son los únicos beneficiados.

Pero esto no se termina acá. Sabbatella reflexiona sobre uno de los puntos cruciales de la agenda y el salario real de bolsillo. “Lo más paradójico es que, llegado fin de año, la inflación se haya reducido, como panteó el Gobierno, pero bajo una economía con desocupación, con mayor pobreza, y con una conflictividad social que uno intuye va a crecer”.

Asimismo, no hay que ser economista para ver los dos modelos económicos de país. En ese sentido, hay algo que “ya fue muy estudiado en los noventa, y es que el modelo del achicamiento del Estado que propone el macrismo, el del Estado mínimo, requiere en principio de un Estado fuerte para hacer estas reformas. Y lo que teníamos en los últimos años era un esquema interesante en cuanto a indicadores sociales, con una mejora constante de indicadores como pobreza, escolaridad y ocupación que llegó a estar en el 6%, gracias a una acción deliberada del Estado, que primero se hace fuerte para luego ceder el manejo de la economía al sector privado”, asegura el politólogo.

-Con más de tres meses de gestión, ¿qué se puede esperar para los próximos meses?

-Lo que vimos en este tiempo de macrismo es que en algún punto son pragmáticos, y cuando no pueden avanzar, frenan, e incluso pueden retroceder un paso para avanzar con más fuerza. Y un ejemplo de eso fue el sector docente, que la paritaria la habían anunciado en un 25% y, luego de marchas y contramarchas, dejaron que las paritarias se fijaran en mucho más; y eso es clave para las paritarias que se van a cerrar en los próximos días con otros gremios importantes. Ya dijeron que no piensan otorgar a los trabajadores aumentos de más del 25%. Y ahí, en esa pelea, es donde nuevamente se verá hasta dónde están dispuestos a ceder.