Por Leandro Gianello
El viernes que viene, las tres CGT, conducidas por Antonio Caló, Hugo Moyano y Luis Barrionuevo, junto con las dos CTA, encabezadas por Pablo Miceli y Hugo Yasky, coincidirán en un reclamo común, un evento impensado hasta hace unos pocos años en el mundo sindical.
La catarata de políticas neoliberales y atroz economía de ajuste perpetradas por el presidente Mauricio Macri finalmente tocaron intereses comunes en todos los sectores del sindicalismo vernáculo, que, coincidiendo con la celebración del Día del Trabajador el primero de mayo, unirá voces para reclamar que los derechos laborales no continúen siendo vulnerados.
La marcha prevista para el 29 de abril supondrá un parate virtual en los servicios y actividades en toda la geografía nacional, afectando principalmente a la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano, además de las ciudades más importantes del interior.
El ex ministro de Trabajo, Carlos Tomada, explicó a Contexto que, si bien la situación general del país es preocupante, “es positiva” la unión sindical, “más cuando hay un contexto de represión laboral y políticas económicas” que afectan seriamente la estructura del empleo nacional.
“Celebro este tipo de iniciativa y la decisión del sindicalismo. [Desde el Gobierno nacional] se están tomando un conjunto de decisiones perjudiciales que afectan al pueblo” y su derecho al trabajo, dijo Tomada en el marco de una visita realizada ayer por la tarde a La Plata.
A pesar de que no todas las organizaciones gremiales hayan anunciado una huelga en concreto, la convocatoria a “movilizarse” implica una paralización de hecho, ya que la CGT de Antonio Caló, la CGT Azopardo de Hugo Moyano, la CGT Azul y Blanca de Luis Barrionuevo, la CTA de los Trabajadores de Hugo Yasky y la CTA Autónoma de Pablo Micheli suponen el grueso de la representación sindical en el país.
Entre las consignas que amalgaman los reclamos de las centrales obreras en esta unidad de acción, y que serán expuestas en la movilización del viernes en Buenos Aires, se destaca la exigencia de poner un freno a la ola de despidos y al acuciante proceso inflacionario, un aumento en las jubilaciones y el pedido histórico para eliminar el impuesto a las ganancias.
La importante convocatoria está pautada para después del mediodía y comenzará frente al Monumento al Trabajo, un poderoso símbolo que probablemente marque el punto de partida de las luchas laborales en esta etapa macrista.
Entre los servicios afectados a nivel nacional figuran los de transporte, con colectivos, trenes, taxis, aviones, barcos, camiones y remises, mientras que el subte y el premetro porteño funcionarán con un esquema de feriado y fin de semana.
La Administración Pública nacional, provincial y municipal estará representada por gremios como UPCN y ATE; los judiciales, que ofrecerán guardias mínimas, estarán encabezados por UJEN, Sitraju y AJB; los de salud, que también atenderán con restricciones, irán con CICOP, Sanidad, Fesprosa, SSP, Sitas y APM; mientras que los de educación serán CTERA, Suteba, SOEME, UDocBA, UTE, ADEMyS, UDA, Conadu y Fatun.
A los principales sindicatos y organizaciones gremiales se sumarán empleados de organismos como la AGN, Aysa, INTA, Biblioteca Nacional, ANAC, Renaper, Banco Nación, Lotería, Parques Nacionales, Conicet y de la seguridad social Anses, INAES, SRT.
Además de los gremios y el resto de sindicatos como Smata, Uocra, UECARA, Sitraic, Luz y Fuerza, estacioneros, bancarios, trabajadores de peajes, alimentación, panaderos, encargados de edificios, canillitas, metalúrgicos, petroleros, comercio, textiles, calzado, carne, entidades deportivas, cines, teatros, gastronómicos, maestranza, peones rurales, empleados del neumático, mineros, plásticos, aceiteros y químicos, todos encolumnados detrás de la CGT y CTA, se plegarán al reclamo cooperativistas y diversas agrupaciones políticas y sociales, empezando por el Frente para la Victoria, el Frente Renovador, Barrios de Pie, la CCC y la FUBA.