Por Héctor Bernardo
El ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Cristian Ritondo, ya comenzó a dar explicaciones sobre la designación y el proceder del jefe de la Policía bonaerense, Pablo Bressi. El uniformado cosechó numerosas acusaciones de propios y extraños y ayer el ministro recibió en su despacho a diputados de la oposición para intentar hechar luz sobre la opacidad del jefe policial. Es que entre las recientes denuncias en su contra, se encuentra la de la diputada nacional de la alianza Cambiemos, Elisa “Lilita” Carrió, quien aseguró que hace cinco meses advirtió a la gobernadora, María Eugenia Vidal, sobre la relación de Bressi con el narcotráfico.
Ayer el ministro recibió en su despacho a legisladores peronistas que habían pedido informes sobre el jefe policial, y según dijo a la prensa el diputado Rodolfo Iriart (FpV-PJ), el titular de Seguridad se comprometió a investigar las denuncias lanzadas por la legisladora nacional de Cambiemos.
En su denuncia, Carrio aseguró que Bressi “es uno de los cómplices del narcotráfico”. Y agregó: “Trasladó una forma de trabajo que ya venía implementando desde su época como superintendente de Drogas Ilícitas, que consistía en arreglar con grandes narcos para liberar zonas a cambio de una suma de dinero estipulada y que, de vez en cuando, entregasen un ‘laburo armado’, es decir un lugar con mucha droga, con una persona dentro para responsabilizar”.
A las denuncias de Carrió se sumó la de otro aliado político del gobierno de Vidal, el ex candidato a gobernador y referente del Frente Renovador (FR), Felipe Solá, quien en declaraciones a Radio Del Plata, afirmó que le cuestionó la designación de Bressi al ministro Ritondo, pero este le respondió: “Lo pide la Embajada de los Estados Unidos, la DEA”.
Solá dijo haber criticado esta decisión y aseguró: “A cada rato vas a decir ‘éste es el capo de la droga y hay que llevárselo preso’ y no vas a poder porque es un buchón de la DEA”, luego agregó: “A la DEA le importa un pepino el paco en los barrios (…) está en cosas más externas y se vale de cualquier método, no le importa nada la cuestión local”.
Bressi: un hombre de la DEA
La Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (conocida por sus siglas en inglés como DEA) es una entidad sumamente cuestionada. No son pocos los que señalan que esta organización no intenta erradicar al narcotráfico, sino busca quedarse con el monopolio de la producción, venta y distribución de la droga.
El vínculo actual jefe de la Policía bonaerense, Pablo Bressi, con la DEA ha sido denunciado casi desde su nombramiento. Diario Contexto publicó el 11 de diciembre pasado (el mismo día de la jura de Bressi en su cargo), el vínculo entre el jefe de la bonaerense y la agencia norteamericana.
En aquel artículo el especialista en seguridad y ex titular de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, Marcelo Saín, aseguró: “Pablo Bressi es un tipo puesto por la Embajada norteamericana”.
En el mismo artículo, el periodista Ricardo Ragendorfer expresó: “Todos los policías que encabezan la división antidroga tienen el visto bueno de la DEA, como lo tuvo en su momento Rafael Sosa, el jefe antidroga de la Policía cordobesa, que hoy está preso por vinculación con el narcotráfico”.
Tiempo después, este diario volvió a remarcar esa relación con la agencia norteamericana al remarcar que durante una emisión del programa de almuerzos conducido por Mirtha Legrand, “en medio de una discusión entre el funcionario bonaerense (Ritondo) y la diputada del Frente Renovador, Florencia Arietto, el periodista Fabián Doman (quien se autodefinió como amigo personal del ministro) quiso interceder a favor de Ritondo y dijo: ‘Yo me quejé de que lo habían nombrado a Bressi, en una charla privada hace meses, y la respuesta fue que lo había recomendado la Embajada’, a lo que el ministro de Seguridad bonaerense asintió sonriendo”.
En ese sentido, y en relación a las declaraciones de Felipe Sola, el ex diputado del Frente para la Victoria (FpV), Carlos Raimundi, señaló: “Esto afirma lo que venimos señalando, que es que el macrismo consulta todas sus decisiones políticas con la Embajada de Estados Unidos. Es un gobierno que hace las veces de lugarteniente del Departamento de Estado”.
“La DEA no es una organización de combate al narcotráfico, sino que su función es el control geopolítico de la región. Es una especie de gendarme del imperio que utiliza la excusa del combate al narcotráfico para cumplir la misma función que las bases militares que Estados Unidos diseminó en la región”, agregó.
Y remarcó: “Estados Unidos es el país donde la droga se convierte de cultivo primario en negocio multimillonario. Estados Unidos es la plaza financiera más importante del narcotráfico y, por ello, es el lugar más atractivo para consumar el lavado de dinero a nivel internacional”.
En la misma línea, la periodista Stella Calloni remarcó que «donde está instalada la DEA y las bases militares de Estados Unidos, crece el narcotráfico, la delincuencia, los gobiernos privatizadores, los sistemas judiciales y policíacos de la narcocorrupción, la riqueza ilegal, las élites millonarias corruptas servibles y funcionales al imperio”.
Hace menos de un mes el presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales, denunció que la agencia antinarcóticos de Estados Unidos, la DEA, “se quedaba con el 50 por ciento de la cocaína” que incautó en Bolivia para financiar actividades ilícitas.
El camino parece lineal y se puede resumir en los siguientes puntos: La DEA intenta quedarse con el monopolio del narcotráfico. El gobierno de María Eugenia Vidal le pide a la Embajada de Estados Unidos -y a esa agencia norteamericana – que le recomiende a un jefe para la policía. La DEA le propone (o impone) a Pablo Bressi, acusado de ser uno de los principales articuladores del narcotráfico en la provincia. A veces, las cosas son menos confusas de lo que parecen.