Por Roberto Álvarez Mur
En un terreno donde se dice que es más posible “imaginar el fin del mundo antes que el fin del capitalismo”, la pregunta sobre cómo generar un motor de cambio político crece día a día, incluso con el agravante de una nueva derecha mundial que parece estar dispuesta a tomar las riendas de los próximos años a como dé lugar.
“Hay algo que señalar en Marx, y él sostenía que las contradicciones del sistema iban a llevar a su colapso. Ahora resulta que ese obstáculo, que él creía que era una contradicción, es el verdadero motor”, expresó el psicoanalista y escritor argentino Jorge Alemán durante la conferencia que brindó, acompañado de Tristán Bauer, en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP, como parte de la apertura del XVIII congreso de la REDCOM.
“La estructura no lleva como ley interna su propia transformación. Nada vuelve evidente esto”, agregó Alemán, quien además aseguró que el neoliberalismo es la primera instancia en la historia de la humanidad que se propone crear un Hombre Nuevo. “No a la manera del Che Guevara, claramente. Busca tocar la propia constitución del sujeto porque es lo último que les queda. Entonces, la pregunta sería: para este poder contemporáneo, ¿qué le es inapropiable?”.
Alemán desarrolló su disertación en torno a pensar las nuevas dinámicas del poder y de la hegemonía, donde las viejas teorías del marxismo clásico se encuentran, según el psicoanalista, en una etapa de revisiones.
“EL CAPITALISMO TIENE LA POSIBILIDAD DE CAPTURAR TODOS LOS CONFINES DE LA REALIDAD. PERO, FUNDAMENTALMENTE, TIENE LA POSIBILIDAD DE HACER DE LA SUBJETIVIDAD SU BOTÍN DE GUERRA»
“El capitalismo tiene la posibilidad de capturar todos los confines de la realidad. Pero, fundamentalmente, tiene la posibilidad de hacer de la subjetividad su botín de guerra. Antes creíamos que había una ley histórica que se iba a cumplir, con un sujeto que iba indefectiblemente a generar una revolución. Hoy quizás eso parece un idealismo del siglo XIX”, expresó Alemán, y añadió: “La incertidumbre ya no es sobre el futuro, existe una especie de certeza de que todo este sistema no va más y va hacia su destrucción. Por primera vez hay una certeza de lo que se viene: todo el mundo sabe que esto así no aguanta”.
Alemán, residente desde hace varios años en Europa y testigo directo de las transformaciones políticas sucedidas en los últimos tiempos, expuso como ejemplo el caso de España, donde la idea instalada de una «crisis», tan fomentada a nivel mediático, no es acertada: “Hubo un nuevo modelo de concentración económica, no hubo crisis. Hubo un aumento del 25% del nivel de millonarios. Las crisis las viven los pueblos, los sujetos, las instituciones, pero no hay crisis del capital. Es un error en el que a veces queda la izquierda. Y hacer eso es caracterizar mal la idea del poder contemporáneo. Yo prefiero caracterizar mejor al adversario o enemigo y tratar de entender cuáles son las limitaciones estructurales”.
En este sentido, el escritor señaló la necesidad de elaborar una relectura de las condiciones en las que se presentan los lugares de batalla política, y de los problemas estructurales de cada coyuntura. “Nosotros, por ejemplo, íbamos en los setenta a las villas a ver qué era lo que faltaba. La villa era carencia. Ahora la villa es exceso. Hay plasmas, hay drogas, armas. Y hay goce en todo ello, no hay sufrimiento. Y eso obliga a pensar todo de vuelta”.
“HAY QUE CONSTRUIR UN ANTAGONISMO FIRME, Y PARA ESO HAY QUE PENSAR LAS SITUACIONES POPULARES, HAY QUE RECUPERAR EL VALOR DEL TESTIMONIO.»
Alemán aseguró que hoy, en el marco del neoliberalismo capitalista “el poder no tiene exterior. No se puede ver donde hacer el corte anticapitalista porque no existe. Es en el interior mismo de la estructura del capitalismo que uno juega la partida. Y eso vuelve enormemente problemática la política, ya que uno está jugando en el terreno mismo del capitalismo liberal. No hay exterior a eso”.
Asimismo, lanzó ciertas claves desde donde pensar las estrategias futuras para la construcción de nuevas expresiones populares para combatir el poder real. En la experiencia de la Argentina, apuntó directo a las bases para conformar un nuevo sujeto crítico para construir oposición a la nueva derecha, hoy instalada en el Gobierno.
“No podemos volver a reproducir lo anterior para construir una hegemonía representativa para una oposición. Por importante y crucial que sea el legado kirchnerista, por definitiva que sea su referencia, si se va a constituir en una voluntad colectiva, la condición que uno tiene que pensar es que no lo podemos ya reproducir de manera idéntica”, dijo Alemán, y concluyó: “Hay que construir un antagonismo firme, y para eso hay que pensar las situaciones populares, hay que recuperar el valor del testimonio, ahí donde no se puede decir todo, ahí hay verdad”.