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Ecuador: ecos de la noche más oscura

Por Héctor Bernardo

En un contexto de desestabilización regional, mientras se desarrollaba un golpe parlamentario en Brasil, en Bolivia asesinaban a uno de los viceministros del Gobierno de Evo Morales y en Venezuela la oposición preparaba una marcha con un claro trasfondo golpista, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, tuvo que enfrentar la insubordinación de un sector del alto mando militar y las sobras de la historia negra de la región parecieron hacerse presentes una vez más.

El presidente Correa decidió cambiar el sistema jubilatorio de los militares ecuatorianos, modificando la relación con el Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas (Issfa). Decisión que generó la reacción del un sector de los altos mandos que se encontraba en una situación privilegiada.

“Argumentan que ellos tienen derecho a tener una pensión de casi 5 mil dólares por el duro trabajo militar”, señaló el presidente ecuatoriano.

Correa explicó que el Issfa, con 70 mil soldados, recibe más de 800 millones de dólares anuales, mientras que el Seguro Social Campesino recibe 70 millones, y aseguró que “en el nuevo país no queremos jubilaciones cinco estrellas, pero tampoco de miseria”.

Esto generó la reacción de un sector de los militares. El caso más evidente de esa reacción fue el del capitán Edwin Ortega, cuyas expresiones insultantes hacia el mandatario se hicieron públicas.

Entre algunas de sus declaraciones, el capitán llamaba mentiroso al presidente. Este hecho llevó a que Correa pidiera que se le aplicase una sanción, pero el Consejo de Disciplina de las Fuerzas Armadas se negó a hacerlo argumentando que el presidente no era “el superior” del capitán, por lo que este no había cometido ninguna falta.

“Esa mentalidad que todavía hay en ciertos estamentos de las Fuerzas Armadas, de tener un Estado dentro del Estado, eso no va con nuestra democracia. Eso no es compatible con un Estado de derecho”, señaló Correa.

El presidente aseguró: “Tenemos fascismo dentro de nuestras Fuerzas Armadas. Es hoy o nunca que cambiamos este país, todos unidos a rechazar estas posturas intolerables en la patria democrática del siglo XXI”, y convocó a los ecuatorianos a “no permitir que nos lleven al pasado”.

El mandatario señaló que el capitán Ortega “insultaba al Presidente en redes sociales y argumentó que no había cometido falta alguna porque el Presidente no era su superior, argumento que sirvió para que no se lo sancione”, y aseguró: “Yo me voy a la casa antes de permitir esta sinvergüencería”.

Correa hizo un pedido ante la Justicia para que el fallo del Consejo de Disciplina de las Fuerzas Armadas fuera revocado. Recientemente, la jueza Alexandra Páez admitió el pedido del mandatario.

La tensión sigue en Ecuador, y Correa ha anunciado que no dará marcha atrás con su proyecto de reforma del Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas. La situación parece encaminarse pero, en un contexto de avance de la derecha en la región, muchos vieron sobrevolar las sombras de un pasado oscuro que ya nadie quiere volver a vivir.