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Piden justicia por Víctor, un nuevo caso de gatillo fácil en pleno corazón de La Plata

Por Gabriela Calotti 

“Estoy acá por mi hijo. Les doy gracias a todos por estar acá acompañándonos. Víctor era un pibe dado con todos. Era la alegría del hogar y me lo sacaron tan chico”, empezó diciendo Miriam, la mamá del menor de edad asesinado de un tiro por la espalda por un agente policial. Su cuerpo apareció a primera hora de la mañana del 24 de agosto en la rambla de 60 y 115, justo frente al Cuerpo de Caballería de la Policía bonarense. Al parecer, nadie vio nada.

“Todavía nadie nos dice nada. Quiero que se haga justicia y saber quién es el culpable”, agregó Miriam Barreiro, con la voz entrecortada, durante una conferencia de prensa que tuvo lugar en el patio de la Facultad de Trabajo Social de la UNLP, convocada por la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI).

Miriam se enteró por una amiga de lo que le había pasado a Víctor. Víctor vivía con su compañera, su hijo de un año y siete meses y su suegro.

Después de enterarse de lo ocurrido, Miriam, su hija, su nuera y su cuñada se dirigieron a la Fiscalía platense donde las tuvieron de un lado a otro sin darles ninguna explicación sobre las circunstancias en que fue asesinado su hijo.

“En el único lugar que me trataron bien fue en la morgue, porque en los otros lados me tenían de acá para allá y no me daban ninguna explicación de cómo paso. Me mandaban de un lado a otro”, explicó a Contexto al ser consultada sobre cómo la trataron en el ámbito judicial cuando fue a reclamar por su hijo.

conferencia“Al final terminamos enterrándole el 29 recién”, es decir, cinco días después del asesinato de su hijo, contó Miriam conteniendo las lágrimas.

Víctor Emanuel González era el mayor de tres varones y de dos nenas, contó la mamá de esta nueva víctima de gatillo fácil que los grandes medios presentaron como un «chorro». Su cuerpo apareció sin vida y con un balazo que entró por la espalda a las 6:30 de la mañana del 24 de agosto pasado en la esquina de la rambla de 60 y 115. Sin embargo, según informaciones obtenidas por la CORREPI, varios disparos se escucharon antes en 64 y 115.

La CORREPI no duda en asegurar que el asesinato de Víctor “por un agente de la bonaerense –cuya identidad aún no ha trascendido […] no es un caso aislado”, sino que se inscribe en el “fortalecimiento y ampliación de las facultades policiales” que les viene otorgando el Gobierno de Mauricio Macri y de María Eugenia Vidal.

Según un comunicado difundido por la Coordinadora, las fuerzas policiales “han recibido directivas de no dar ningún tipo de explicación si un pibe es muerto por ellos, porque siempre, en tal caso, el ladrón robó, el ladrón cometió un delito, el ladrón tiene justificado perder la vida”.

miriam“Vivimos una permanente situación de ‘libertad vigilada’ que pone a los más jóvenes y a los más excluidos en una posición de total vulnerabilidad, con la posibilidad de ser parados, requisados, golpeados y detenidos en cualquier esquina” de la ciudad, denunció la CORREPI, que se formó a principios de los noventa, tras el asesinato de Walter Bulacio.

En la misma conferencia de prensa, Irene Barco, integrante de la Coordinadora, sostuvo que esta “represión preventiva y silenciosa que busca el disciplinamiento social en los barrios es posible gracias a la complicidad de los grandes medios, la Justicia y las fuerzas de seguridad”.

Explicaron que la abogada de la CORREPI, María del Carmen Verdú, se hará cargo de la defensa de Víctor, cuyo caso recién llegó a manos de la fiscal, Leila Aguilar, el pasado viernes.

A modo de ejemplo del tratamiento que los medios otorgan rápidamente a estos casos, en su edición del 24 de agosto, un diario como Clarín indicó que “el cuerpo de un chico de 15 años había sido encontrado con un tiro en la espalda en la zona del bosque platense”.

Pero no se quedó ahí. “Investigan si formaba parte de un grupo de jóvenes que cometían robos en la zona del bosque platense” y “si antes de su muerte asaltó a un policía de civil”.

“Nada justifica un disparo por la espalda”, afirmó Adrián Dos Santos Leal, también integrante de la CORREPI. “El caso de Víctor es un caso de estigmatización, porque dicen que robaba, que andaba por el bosque o que se drogaba. Lo que pasó con Víctor sigue en terreno pantanoso”, agregó Dos Santos, antes de puntualizar que la CORREPI estuvo dos días y medio sin saber la identidad del chico que había aparecido muerto frente a la Caballería.

Trayectoria de la Bonaerense

Según datos de la CORREPI, que logró algunas condenas a perpetua por casos como el de Víctor, desde 1983 más de 4.700 chicos de entre quince y veinticinco años, en su inmensa mayoría de barrios marginales, sin trabajo o con changas, fueron asesinados al cabo de detenciones arbitrarias, porque les pidieron documentos o en supuestos enfrentamientos con la Policía.

“No voy a bajar los brazos”, sostuvo la madre de este nuevo pibe asesinado en un caso de gatillo fácil en la ciudad, donde según la CORREPI van diecisiete casos desde 1990, en su inmensa mayoría menores de edad, señalados como “chorros”; aunque “seguro son muchos más de los que tenemos contabilizados nosotros”.

En el marco de una campaña nacional contra el asesinato de “nuestros pibes” y contra las detenciones arbitrarias, la CORREPI y los familiares de Víctor Emanuel González convocaron a una concentración el próximo viernes frente a la Fiscalía (calle 7 entre 56 y 57) a las 12:30 horas.

“Busco justicia. A él nadie me lo va a devolver, pero queremos al culpable”, insistió su mamá antes de subrayar: “pido justicia porque tengo otro chico de catorce años y otro de trece. Que se haga justicia por Victor y por otros chicos también”, concluyó Miriam, acompañada por integrantes de la CORREPI, cuya denominación surgió curiosamente a raíz de la frase “Corré, pibe, que viene la yuta”.