Por Fernando M. López
En la provincia donde asesinaron al maestro Carlos Fuentealba no cesa la violencia represiva contra los trabajadores, y los responsables reciben beneficios extraordinarios en tiempo récord.
Fabián Escobar, el policía que le disparó a matar al delegado de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN), Luis Bastidas, mientras se manifestaba el miércoles en la sede del Ministerio de Seguridad, Trabajo y Ambiente de Neuquén, estuvo sólo un día en la cárcel.
Un tribunal de jueces revisó ayer la prisión preventiva que le había dictado el juez Diego Piedrabuena y le otorgó la prisión domiciliaria por cuatro meses con argumentos insólitos: “contrarrestar el peligro procesal” y evitar “el contacto del acusado con testigos”.
En diálogo con Contexto, el secretario general de UPCN Neuquén, Luis Querci, repudió el “gatillo fácil” policial y exigió celeridad a la Justicia para “condenar al culpable”.
“Para nosotros es otra marca lamentable que tenemos en la Provincia”, dijo al recordar la represión que terminó con la vida de Fuentealba en 2007, y pidió al gobernador Omar Gutiérrez que “no haya más trabajadores muertos ni heridos con armas de fuego de la policía, en ninguna protesta”.
Bastidas, de 41 años, se encuentra internado en el Hospital Castro Rendón, de la capital neuquina, donde este sábado espera ser operado del brazo, ya que el proyectil de plomo que recibió le produjo una quebradura del húmero.
“Es un milagro que el compañero esté vivo. La bala le entró por el pecho y le salió por el hombro, así que tiene el brazo complicado. Esperemos que todo salga bien”, señaló Querci.
Según contaron los testigos, los hechos se precipitaron cuando tres delegadas quisieron ingresar a la cartera laboral y fueron agredidas por los uniformados que custodiaban el lugar. Los manifestantes intervinieron en defensa de las mujeres y, mientras forcejeaban con los efectivos, Escobar sacó su arma reglamentaria y le disparó a Bastidas. La víctima logró salir afuera, se tocó la herida y cayó en la calle.
La protesta del miércoles se desarrolló en reclamo de la recategorización de un centenar de empleados de la Subsecretaría de Trabajo, acordada en el nuevo convenio colectivo del sector.
Querci comentó que UPCN viene manifestándose desde hace seis meses por este conflicto, aunque el Gobierno provincial sigue sin dar respuestas. “Lo único que obtuvimos fue la violencia de estos cuatro policías en la puerta del Ministerio de Trabajo”, subrayó.
Tras el ataque a Bastidas, todos los gremios neuquinos, junto a organizaciones políticas y sociales, salieron a las calles y exigieron justicia frente a la Casa de Gobierno provincial.
Allí también pidieron la renuncia de los ministros Mariano Gaido (Gobierno) y Jorge Lara (Seguridad). “Para nosotros, son los responsables políticos de este hecho, que pudo haberse evitado si hubieran atendido las demandas laborales”, explicó el titular de UPCN.
En tanto, Carlos Quintriqueo, secretario general de ATE, sostuvo el día de la marcha que hay una “política intencionada de reprimir la protesta social”, tanto a nivel provincial como nacional, y consideró que los que hirieron a Bastidas “son los mismos responsables del crimen de Fuentealba”.
De esta forma, el gremialista recodó el rol de Lara como jefe de Gabinete de la gestión de Jorge Sobisch cuando fusilaron al maestro. A nueve años del crimen, todos los responsables políticos continúan impunes.
Por su parte, el titular de la Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén (ATEN), Marcelo Guagliardo, indicó que “casi cíclicamente, cada diez años, cuando la crisis social y política arremete contra la clase trabajadora, el Estado se cobra la vida de un trabajador o trabajadora”.
“No hay ninguna justificación para la respuesta represiva a la legítima protesta social. Pretenden hacer creer que los violentos estamos acá, pero los que estamos acá venimos defendiendo los derechos del pueblo”, remarcó.