Por Gabriela Calotti
Con una alta adhesión, trabajadores estatales, maestros, docentes universitarios, médicos nucleados en la CICOP y judiciales de la AJB de la provincia de Buenos Aires lideraron este martes un nuevo paro y manifestación contra el Gobierno de Mauricio Macri para frenar el ajuste que viene aplicando desde su llegada al poder, con unas paritarias que quedaron muy por debajo de una inflación anualizada superior al 45% y una suba del desempleo que alcanza a más de 1,1 millones de personas.
Por la reapertura de las discusiones paritarias salariales, el cese de los despidos y la reincorporación de los trabajadores cesanteados o cuyos contratos no fueron renovados, decenas de miles de trabajadores marcharon hacia el Congreso y hacia el Ministerio de Educación nacional, a quienes se sumaron organizaciones sociales y partidos políticos de izquierda.
El secretario general de ATE provincia de Buenos Aires, Oscar de Isasi, afirmaba antes del mediodía que el paro era “contundente” y lo calificó como un «triunfo político” en el camino hacia un “paro multisectorial”, adelantándose así al que la CGT no termina de convocar.
La Federación de Educadores Bonaerenses (FEB), que se sumó al paro junto a SUTEBA y a SADOP, convocados por Docentes Argentinos Confederados (DAC), aseguró que el acatamiento de la medida de fuerza registró una adhesión del 90 al 95%, sobre todo en la provincia de Buenos Aires.
“Más allá de la intencionalidad de querer teñir la medida con cuestiones políticas o desestabilizadoras, el reclamo docente es genuino y está a la vista el profundo malestar del sector por la falta de respuesta a sus demandas”, aseguró la presidenta de la FEB, Mirta Petrocini, al referirse al tercer paro docente en menos de un mes.
El gobierno de Cambiemos “vino a profundizar las políticas de los años noventa de desguace del Estado y maltrato a los trabajadores estatales», cuestionó el secretario general de ATE Capital, Daniel Catalano.
El gobierno de Cambiemos “vino a profundizar las políticas de los años noventa de desguace del Estado y maltrato a los trabajadores estatales», cuestionó el secretario general de ATE Capital, Daniel Catalano, durante el acto celebrado en Buenos Aires, tras asegurar que “los trabajadores docentes, estatales, profesionales médicos y docentes universitarios continuaremos resistiendo con todas nuestras fuerzas estas políticas de ajuste del Gobierno”.
«Lo que quieren es cerrar nuestras paritarias en todo el país, quieren que el ajuste económico lo paguen los trabajadores y los más pobres”, afirmó la titular de la Confederación de Trabajadores de la Educación (CTERA), Sonia Alesso.
En Argentina hay casi cuatro millones de trabajadores estatales, de los cuales más de un millón son maestros.
Al igual que los otros trabajadores del Estado que pararon el martes, los docentes exigen la inmediata reapertura de la paritaria salarial, pero a medida que avanza el ajuste macrista los maestros van sumando reclamos, como el rechazo a la modificación del sistema jubilatorio educativo que está impulsando el Gobierno.
Al igual que los otros trabajadores del Estado, los docentes exigen la inmediata reapertura de la paritaria salarial, pero a medida que avanza el ajuste macrista los maestros van sumando reclamos.
Sin embargo, el Gobierno de Macri sigue sin oir los reclamos de los trabajadores que están pagando el ajuste con una inflación anual estimada en 45%, un alza constante de los precios en ocho meses de gestión, una caída notable del poder adquisitivo y un alza del desempleo que, según datos oficiales, asciende al 9,3%, es decir más de 1,1 millones de personas.
La respuesta del Gobierno nacional al paro y a la manifestación no se hizo esperar. Eso sí, Cambiemos está viendo otro canal. “Mes a mes se está recuperando el salario que se llevó la inflación en los primeros meses”, sostuvo el martes el jefe de Gabinete Marcos Peña, en conferencia de prensa. Sin ruborizarse y con el mismo grado de cinismo, agregó que “la paritaria está por encima de la inflación” y que “se está recomponiendo el poder adquisitivo».
En las últimas semanas, el ministro de Educación de la Nación, Esteban Bullrich, y su par de Trabajo, Jorge Triaca, habían adelantado que las discusiones paritarias salariales no se reabrirían.
En una fecha más que simbólica, el 11 de septiembre, el Día del Maestro, en el que por primera vez los docentes no tuvieron feriado como en años anteriores, Bullrich sostuvo que “no va a haber nuevas discusiones porque el aumento que se arregló está por encima de la inflación, que además está bajando”.
Triaca se manifestó en términos similares en las últimas semanas. «Con el actual índice inflacionario no hay motivos para reabrir las paritarias», argumentó el heredero del sindicalismo menemista.
“Algunos firmaron paritarias a principios de año y algunos hace un mes. Más allá de eso, estamos en un proceso donde los últimos cuatro meses bajó la inflación y esto seguirá en ese sendero”, agregó Triaca, sin explicar la contracara de la caída de la inflación vinculada con la caída estrepitosa del consumo por la baja en el salario real.
Paros, manifestaciones, protestas y reclamos crecientes están configurando un escenario socioeconómico explosivo. Sin embargo, la cúpula de la CGT, que nuclea a los mayores gremios del país, encabezada por Juan Carlos Schmid, Héctor Daer y Carlos Acuña, todavía no se decide en definir la fecha de un paro nacional contra Macri, el primero al que parecen encaminarse aunque a regañadientes, quizá para evitar que se haga realidad la frase de Perón: “Con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes”. La semana pasada, los jefes de la CGT acordaron que habrá un paro. Curiosamente anunciarán la fecha el viernes, al día siguiente de una reunión con el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay.