Por Héctor Bernardo
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, confirmó la concreción de un convenio entre su país y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). El anunció causó gran preocupación entre los impulsores del acuerdo de paz, líderes regionales y analistas políticos.
El convenio había sido solicitado por el Gobierno de Colombia. Al enterarse de que el pedido había sido aprobado por la OTAN, Santos dijo en un acto público: “Esta es una noticia que me llena de alegría y satisfacción, porque este objetivo lo teníamos desde que yo era ministro de Defensa. Radicamos la solicitud hace cerca de nueve años para hacer un convenio de cooperación mutua, que es la máxima instancia que tiene la OTAN con países que no son miembros».
La OTAN fue creada luego de la Segunda Guerra Mundial con la intención de frenar un posible avance de la Unión Soviética. Entre sus integrantes se destacan Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania (a los que siempre se suma en sus acciones, aunque no es miembro, Israel).
El anuncio de la firma de acuerdo con Colombia causó gran preocupación en la región, ya que la OTAN, sólo en lo que va del actual siglo, ha impulsado guerras en Irak, Libia y Siria causando cientos de miles de muertos y enormes crisis humanitarias. Los “refugiados” que los medios de comunicación muestran tratando desesperadamente de llegar a Europa (muchos de los cuales mueren en el mar) no son otra cosa que las víctimas que huyen de las guerras que la OTAN desató en Libia y Siria.
El bombardeo a pueblos indefensos, sumado a la promoción y el financiamiento a los distintos grupos terroristas, entre ellos al Estado Islámico (ISIS), son el sello distintivo de la OTAN.
La imagen de la entonces secretaria de Estado de los Estados Unidos, Hillary Clinton, festejando el salvaje asesinato de Muammar Kadhafi producido por uno de los grupos terroristas que auspiciaban desde la OTAN, es un elemento elocuente para entender cuáles son los intereses y el funcionamiento de esta organización.
El Gobierno venezolano mostró su preocupación ante este anuncio de Santos. Mediante un comunicado, expresó: “La República Bolivariana de Venezuela expresa su profunda preocupación y rechazo por el anuncio del Presidente de la República de Colombia, Juan Manuel Santos, sobre el inicio de discusiones para concretar un acuerdo de cooperación militar entre Colombia y la Organización del Tratado del Atlántico del Norte (OTAN)”.
“El Gobierno venezolano se opone firmemente ante el intento de introducir factores externos con capacidad nuclear en nuestra Región, cuyas actuaciones pasadas y recientes reivindican la política de la guerra, violentan acuerdos bilaterales y regionales de los cuales Colombia forma parte (UNASUR, CELAC), a través de los cuales se declaró a América Latina y el Caribe como Zona de Paz. Este anuncio desvirtúa los principios de Bandung que dieron origen al Movimiento de Países No Alineados (Mnoal), que prohíbe expresamente a sus Estados Miembro formar parte de alianzas militares”, agrega el comunicado.
En diálogo con Contexto, la periodista, investigadora y analista internacional Stella Calloni aseguró que, “de establecerse este acuerdo entre Colombia y la OTAN, se estaría violando la legalidad internacional. La OTAN fue creada para defender el territorio de Europa luego de la Segunda Guerra Mundial. Esa OTAN es la misma que se está utilizando para las guerras que necesitan Estados Unidos, Gran Bretaña e Israel”.
“Esto demuestra la falta de seriedad del presidente Juan Manuel Santos cuando negoció la paz con las guerrillas. ¿Cuál puede ser la paz de un país que queda a merced de la OTAN, una organización que ha producido los mayores genocidios de este siglo?”, se preguntó la especialista.
Calloni concluyó: “Este es un acuerdo con asesinos. La OTAN es una organización terrorista que ha creado al ISIS y a otros grupos similares. Esta es una situación muy grave”.
Cabe recordar que América Latina se encuentra plagada de bases militares norteamericanas. El sociólogo e investigador Atilio Boron y la periodista Telma Luzzani calculan más de ochenta base en la región, de las cuales al menos siete se encuentran en Colombia.
A esto se suma que el presidente de Argentina, Mauricio Macri, firmó un acuerdo para la participación del Comando Sur norteamericano en territorio argentino, la intención de instalar dos bases estadounidenses en el norte y sur de ese país, y el desinterés que el mandatario y su canciller Susana Malcorra han mostrado en cuanto al reclamo por la soberanía de Malvinas, donde la OTAN ya cuenta con una base militar, ilegal.
Todas acciones que, poco a poco, cierran el cerco sobre un continente que, en el último tiempo, había aumentado sus vínculos políticos y económicos con China y Rusia, los dos principales competidores de Estados Unidos.