Por Gabriela Calotti
El 8 de enero de 2016, Julio Garro estrenaba su gestión como intendente de Cambiemos en la ciudad de La Plata con una brutal represión policial en las puertas de la Municipalidad contra cientos de trabajadores municipales y cooperativistas que reclamaban por los 4.600 despidos dispuestos por el Ejecutivo macrista a días de asumir el cargo.
Con balas de goma y gases lacrimógenos, decenas de policías bonaerenses del cuerpo de infantería cumplieron la orden de reprimir a los manifestantes. Las imágenes de la represión fueron difundidas por todo el país, inclusive los medios de comunicación más favorables a Mauricio Macri mostraron a los trabajadores con balines de goma en la espalda.
Para recordar aquella mañana trágica en la ciudad, más de un centenar de despedidos se concentraron el viernes frente a la Municipalidad, convocados por diversas organizaciones sociales y políticas.
“A un año de la brutal represión sufrida por los trabajadores municipales de La Plata, recordamos este hecho repudiable y aleccionador para los trabajadores/as estatales”, afirmó en un breve comunicado la Comisión de trabajadoras/es despedidos.
“No somos ñoquis, somos servidores públicos que prestábamos servicio en diferentes áreas del municipio de La Plata. Basta de despidos, basta de persecución, basta de ajuste”, reclamaron. De los 4.600 trabajadores que quedaron en la calle, solamente unos seiscientos fueron reincorporados.
Aunque ese no fue el caso de Carlos, hasta entonces director del área de Niñez y Adolescencia. “Nos pidieron la renuncia. Yo renuncié el 31 de diciembre de 2015”, dijo a Contexto. “Lo primero que hizo la nueva directora, Rita Figliozzi, fue cortar los programas de inclusión”, sostuvo.
Sobre las vallas que rodean la entrada al edificio municipal, al que desde hace un año sólo se puede ingresar por accesos laterales, los manifestantes colocaron este viernes fotografías de la protesta de un año atrás y por supuesto de la represión policial que ese día dejó al menos veinte heridos y un gusto muy amargo.
“A un año de la represión, aquello fue el comienzo. No sólo siguen reprimiendo, sino que persiguen a compañeros, amenazan a delegados de muerte y arman causas”, señaló a este medio César, uno de los cesanteados, que trabajaba en la Municipalidad platense desde 2004 y que llegó a ser responsable del Centro Integrador Comunitario (CIC) de su barrio, El Retiro.
Padre de cuatro hijos, César pasó un año difícil. “Este año fue duro. Pasamos días de no tener para comer”, y “veo que se vienen más ajustes, que no hay salida, que este plan económico sólo se aplica con más represión”.
El dolor es colectivo. “Antes nos podíamos ayudar unos con otros. Ahora ya no. Cada cual hace malabares. Ya nadie puede ayudar al otro”, lamentó César, que sin embargo es tajante al afirmar: “No me rindo ante quienes oprimen a los que menos tienen”.
El viernes, los manifestantes quisieron instalar una radio abierta en la vereda de la Municipalidad, en cuyas inmediaciones, curiosamente, no se veían policías, excepto los que estaban en la galería de acceso al edificio. Pero no pudieron ponerla en funcionamiento porque desde el interior les cortaron la luz.
“Aquel día empezó una represión en todo el país que siguió con la detención de Milagro Sala. Empezaron con balas y ahora sigue con una Justicia que está actuando de manera política y partidaria. Se va achicando la democracia que tanto nos costó conseguir”, afirmó a Contexto el concejal justicialista Gabriel Bruera.
“Cuando llegaron mostraron sus métodos y los fueron profundizando en lo económico y lo social con represión y violencia. No sólo con balas, sino con persecución judicial y una política de ajuste que genera desazón en nuestro pueblo”, agregó el edil platense. No obstante, consideró que “la gente ha tomado conciencia de lo que viene sucediendo para que pase esta ‘noche del macrismo’ y vuelva a amanecer lo que pasamos en los doce años anteriores”.
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http://www.diariocontexto.com.ar/2016/07/08/a-6-meses-de-la-represion-de-garro/
