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Mac Loughlin defendió en la justicia su intervención con el escudo de la UNESCO en villas y basurales

El original del escudo azul de la UNESCO o alguna de sus réplicas fabricadas en un taller de la ciudad, cuyo valor simbólico es proteger el patrimonio cultural mundial en caso de guerras o catástrofe, sirvió a fines de diciembre para “visibilizar y proteger” a niños, mujeres y hombres que viven en villas dejados a su suerte por el Estado, mostrar basurales a cielo abierto, alcantarillas contaminadas y monumentos y esculturas destrozados frente a la inacción del Gobierno municipal platense. El impulsor de tal intervención artística fue el fotógrafo José Luis Mac Loughlin, quien compareció el lunes ante el fiscal Fernando Cartasegna.

Acusado de hurto en un primer momento, pero luego citado como testigo, Mac Loughlin aseguró lisa y llanamente a Contexto: “Yo no manoteé ningún escudo”. Y explicó que “el día 21 o 22 de diciembre pasé por la Casa Curuchet y tomé un molde de cartón, tomé los colores y me fui a una dobladora que está en la 122 donde me dijeron que me harían las copias que quisiera con los retazos de chapas”.

Fue así que el lunes 26 de diciembre empezó a recorrer barrios y paisajes urbanos marginales y abandonados para tomar fotografías con el escudo azul partiendo del lema de que “el único patrimonio de la humanidad que debe ser protegido es la humanidad misma”.

«el único patrimonio de la Humanidad que debe ser protegido es la Humanidad misma” fue el sentido que Mac Laughlin le dio a la réplica del escudo de la UNESCO con la que recorrió las barriadas platenses.

A raíz de una denuncia penal por hurto, las autoridades judiciales accionaron rápidamente, en un comportamiento bastante inusual según las causas, y ordenaron el allanamiento del domicilio del artista que tuvo lugar en enero.

“Me sorprendí con el tema del allanamiento, el 10 o el 12 de enero”, que estuvo a cargo de siete u ocho policías. “El procedimiento del allanamiento fue como en los setenta. De empujar la puerta, de romperla, de venir con barretas, de reclamar con armas que les diera la placa”, contó Mac Loughlin a la prensa.

En su relato por momentos divertido, irrisorio y absurdo, el artista aseguró que durante el operativo policial en su casa y taller de La Plata “les ofrecí mate porque yo era el anfitrión”, y al comisario a cargo “le regalé mi último catálogo de la muestra ‘Identidad fragmentaria’”, que realizó en 2010 para el Bicentenario de la Patria, con dedicatoria incluida.

“Cuando el segundo al mando le preguntó al comisario qué estaban buscando, el jefe les dijo ‘estamos buscando una placa así y así’”, dijo mientras hacía los gestos del uniformado. “Ese tamaño era una placa de 50 por 70 cm”, precisó antes de continuar y “esta es más pequeña”: “Yo trataba de explicarles que en mi casa tenía geminatos, como los que sacaba Borges de sus bolsillos”, agregó al referirse a los duplicados del escudo azul que hizo hacer.

La Casa Curuchet denunció que faltaba la placa el 29 de diciembre. “Cuando vi que la placa no estaba, entonces yo le dije al diario Hoy que yo tenía el escudo de la Casa Curuchet”, dijo Mac Loughlin el lunes, mientras posaba con un escudo similar delante del edificio que alberga a los tribunales platenses del fuero penal.

«Lo que es real y concreto es que este sainete en el cual está vinculado José Luis fue un montaje artístico que él hizo y que evidentemente no tiene ninguna consecuencia penal.”

“Lo que es real y concreto es que este sainete en el cual está vinculado José Luis fue un montaje artístico que él hizo y que evidentemente no tiene ninguna consecuencia penal”, sostuvo su abogado Juan Carlos De Marco, para quien “el delito pudo haber existido pero nosotros lo desconocemos”.

“La placa desapareció luego de que José Luis tomara las medidas para hacer una serie de placas que no tienen nada que ver con el original”, afirmó el letrado.

Fuentes cercanas a la UNESCO en París expresaron a Contexto su “satisfacción por el hallazgo del escudo” y confiaron en que “el asunto se resuelva de manera amistosa y favorable y no se tomen sanciones ante lo que parece ser un acto artístico”.

El Escudo Azul de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), emblema adoptado en la Convención de La Haya, es un símbolo para proteger el patrimonio cultural mundial en caso de guerras o catástrofe. El 14 de diciembre pasado fue colocado en la Casa Curuchet, única edificación del arquitecto suizo Le Corbusier en América Latina, que está ubicada en la avenida 53 entre 1 y 2 de esta ciudad.

“Esperamos que la placa se coloque pronto en la Casa Curuchet”, afirmaron las mismas fuentes cercanas a la UNESCO, cuya sede está en la capital francesa.

Original o copia, Mac Loughlin llevó el escudo a barrios vulnerables, a marchas de ex veteranos de Malvinas y al cementerio local, y quería llevarlo a cualquier punto del país donde los artistas o los vecinos se sientan “desprotegidos”, haciéndose eco del lema de los artistas bolcheviques, como afirmó el artista en su convocatoria de prensa: “Las calles son nuestros pinceles y las plazas nuestros colores y paletas”.


 

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