Por Lisa Solomin
Despojar es quitar, sacar, vaciar, dejar sin nada. También son despojos los restos mortales y los cuerpos tratados como despojos. Esa ambivalencia está presente en las cuatro obras teatrales que conforman el libro Despojos. Teatro, Identidad y Memoria de Roxana Aramburú, editado por la Editorial de la UNLP y que se presenta hoy a las 20 hs en el Museo de Arte y Memoria (MAM) de calle 9 Nº 984, entre 51 y 53, de La Plata.
La mesa estará compuesta por la decana de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social y concejala, Florencia Saintout, el director del Grupo GUIAS, Fernando Pepe, y la doctora en Artes Escénicas, Julia Lavatelli. Se presentará el monólogo Barrio de Ratas, interpretado por la actriz Ana Maria Haramboure, y también se van a exponer dos obras de Andrés Zerneri, que es quien ilustra el interior de Despojos.
El libro está compuesto por cuatro obras teatrales: “Damiana, una niña Aché”, realizado en coautoría con Patricia Suárez, “Últimamente Vencidos”, “Tierra adentro” y “Si vas a llorar que sea de noche”. Las cuatro están atravesadas por ejes comunes: “La memoria, la identidad, la necesidad de los rituales frente a la muerte, el cuerpo objetivado, la aceptación del otro y el rol de la ciencia ayer y hoy. Esos son los pilares o el hilo que va cosiendo los textos”, cuenta la dramaturga, actriz y bióloga Roxana Aramburú.
«La memoria, la identidad, la necesidad de los rituales frente a la muerte, el cuerpo objetivado, la aceptación del otro y el rol de la ciencia ayer y hoy. Esos son los pilares o el hilo que va cosiendo los textos.”
En los textos se cuentan diferentes historias de hombres, mujeres y niños de distintas etnias que fueron exhibidos, tanto vivos como muertos, como piezas de museo, y que en los últimos años algunos de sus restos fueron recuperados por sus familias y pueblos de origen.
Una de esas historias es la de la pequeña Damiana (Kryygi), criada por los colonos que habían asesinado a su familia y fotografiada desnuda por Robert Lehmann-Nitsche, y cuyo cuerpo fue cercenado para enviar material a Alemania. Otra historia cuenta al antropólogo forense Clyde Snow, que al ser convocado por la Conadep y Abuelas de Plaza de Mayo en 1984 conformó el Equipo Argentino de Antropología Forense.
El libro se empezó a gestar cuando el Concejo Deliberante de La Plata, tras una iniciativa impulsada por la concejala del FpV PJ- Nacional y Popular Florencia Saintout, declaró de Interés Cultural la obra “Damiana, una niña Aché». Roxana Aramburú recuerda que fue en ese momento que surgió la idea de publicar el libro. “En esa oportunidad, Florencia me dice que se había quedado pensando de qué manera Damiana podía llegar a tener más difusión, que fuese más conocida, que pudiera ser leída en las escuelas, por ejemplo. Yo le conté que tenía otras obras de teatro escritas que iban en la misma sintonía y quedamos que yo le mandaba los textos. Se los mandé y rápidamente me contactó Facundo Ábalo, de la Editorial de la UNLP, y nos pusimos a trabajar sobre la idea del libro”, relata.
En enero de 2007, el Grupo de Investigación en Antropología Social (GUIAS) halló en el catálogo inédito de la Sección Antropológica del Museo de La Plata el esqueleto de “Damiana”, una niña de la comunidad indígena paraguaya Aché que fue secuestrada y convertida en objeto de estudio. Ese mismo año, esa comunidad le presentó a la Facultad de Ciencias Naturales y Museo un pedido de restitución de todos los restos pertenecientes a su etnia. Tres años después, el 10 de junio de 2010, se realizó en el Museo de La Plata la restitución de los restos de un pequeño cuerpo sin cabeza de una niña de catorce años.
Inspiradas en este caso, Roxana Aramburú y Patricia Suárez escribieron la obra de teatro que pone en tela de juicio el accionar de la ciencia desde hace más de cien años y lo que implica tomar a un individuo como objeto de estudio y llevarlo casi hasta las últimas consecuencias.
“Es una apuesta importante que la Editorial de la UNLP tenga una serie de ficción”, dice Aramburú. «No es algo común que las Universidades editen ficción, y está saliendo espectacular. Hay muchos títulos: teatro, cuento, poesía, y es muy linda estéticamente”.
“Es una apuesta importante que la editorial de la UNLP tenga una serie de ficción”, dice Aramburú. «No es algo común que las universidades editen ficción y está saliendo espectacular. Hay muchos títulos: teatro, cuento, poesía, y es muy linda estéticamente.”
Respecto a las obras, Roxana asegura que eran historias que merecían contarse. “Cuando empecé a pensar en la necesidad de que eso se comunicara, lo hice a través del lenguaje teatral porque es el que me es propio. Es un aporte al conocimiento. A raíz de Damiana, hubo un montón de otras cosas, desde otros lenguajes que hablaron de esa historia, documentales, una obra de danza teatro. Era una necesidad. Y lo mismo pasó con ‘Si vas a llorar…’ sobre el EAAF”.
La autora destaca que hubo un cambio cultural importante en estos temas. Sobre todo respecto de la exhibición de los restos y las restituciones, acompañado por instituciones y leyes y motorizado por colectivos como el Grupo de Investigación en Antropología Social GUIAS. “A mí me pasó que cuando yo entré en la Facultad, en el año ochenta, era algo totalmente normal pasar por las exhibiciones de las momias, estaba totalmente naturalizado. Después esto se empezó a cuestionar y a trabajar y ya es algo indiscutido, acá y en cualquier lugar del mundo”, afirma. “Es un cambio cultural que a mí me asombra, porque lo viví y me sirve como ejemplo de que las cosas pueden ser modificadas siempre”.