Este jueves se cumplieron cinco años de la masacre de Curuguaty. El 15 de junio de 2012, en un intento de desalojo ordenado por el Poder Judicial, fueron asesinados once campesinos y seis policías. El hecho fue rápidamente tomado por la derecha paraguaya y por los medios de comunicación hegemónicos para impulsar un golpe de Estado contra el entonces presidente Fernando Lugo. El Congreso convocó a un juicio político exprés y a menos de una semana del hecho el mandatario fue destituido.
El golpe tuvo una clara participación de la Embajada de Estados Unidos, los medios hegemónicos de comunicación, el poderoso sector latifundista, el Congreso y el Poder Judicial. Para desandar este complejo entramado, Contexto charló con Ricardo Canese, diputado paraguayo en Parlasur.
El parlamentario recordó que “el conflicto de la tierra en Paraguay es muy antiguo, viene desde la Guerra de la Triple Alianza, cuando se realizó una gran apropiación por parte de la oligarquía latifundista y se creó ahí al ‘campesino sin tierra’. Eso siguió así hasta que se agudizó durante la dictadura de Alfredo Stroessner. La Comisión de Verdad y Justicia calculó que, en ese momento, ocho millones de hectáreas públicas quedaron en manos de la oligarquía. En Paraguay, el 85% de la tierra quedó en manos del 2% de los latifundistas”.
“La masacre de Curuguaty se produce en ese marco, en un lugar donde la tierra era pública pero fue apropiada por uno de los grandes latifundistas, el ex presidente del Partido Colorado, Blas Riquelme”, remarcó.
Canese aseguró que “el Poder Judicial de Paraguay es el brazo largo de los latifundistas. No es institucional ni democrático. Eso no se logró cambiar ni siquiera durante el Gobierno de Fernando Lugo. El Poder Judicial, al igual que el Congreso, siguió manejado por los latifundistas”.
“Cuando el Poder Judicial tomó la medida de desalojo, ya estaba todo organizado, todo premeditado para actuar con sicarios, matar a los dirigentes campesinos y a los policías y así provocar el golpe de Estado.»
“Cuando el Poder Judicial tomó la medida de desalojo, ya estaba todo organizado, todo premeditado para actuar con sicarios, matar a los dirigentes campesinos y a los policías y así provocar el golpe de Estado. Esto ha ocurrido también en otros países como Venezuela, Ucrania y Siria. Se provoca una situación de fuerte impacto y, con el apoyo de los oligopolios de comunicación, se generan las condiciones para un golpe de Estado parlamentario que, aquí, pudieron concretar en apenas una semana”, detalló.
Respecto al rol de Estados Unidos en el golpe, Canese afirmó: “Nosotros tenemos información de que fue la Embajada de Estados Unidos la que operó este golpe. Se lo vio al embajador en Asunción operando abiertamente, reuniéndose con los opositores y preparando todas las condiciones para el golpe. La oligarquía paraguaya no tiene la capacidad para planificar algo como esto; la Embajada de Estados Unidos sí”.
“Ese día asesinaron a seis policías y once campesinos. Así causaron un doble impacto. Por un lado, los medios dijeron que, apoyados por el Gobierno de Lugo, había movimientos sociales violentos que mataban policías. Por otro lado, se provocó la desmovilización de los movimientos sociales porque les hicieron creer que el Gobierno de Lugo mataba campesinos. Una operación muy bien pensada y ejecutada”, señaló.
“hoy Lugo tiene una intención de voto superior a la que tuvo cuando ganó las elecciones. Las encuestas indican que está por encima del 50%. La popularidad es por una razón muy simple. La salud, la educación, el empleo, todo está peor ahora.»
El parlamentario del Mercosur aseguró que “hoy Lugo tiene una intención de voto superior a la que tuvo cuando ganó las elecciones. Las encuestas indican que está por encima del 50%, y cuando ganó lo hizo con el 41%. La popularidad de Fernando Lugo es mayor por una razón muy simple: la gente comprobó que los Gobiernos neoliberales no le traen ninguna la solución. La salud, la educación, el empleo, todo está peor ahora. La gente tiene un razonamiento muy simple: ‘con Lugo estábamos mejor’. Por eso la oligarquía ahora quiere proscribirlo. Aunque el momento para eventuales impugnaciones es en enero de 2018, ya emitieron un fallo diciendo que él no puede ser candidato. Es como si un árbitro sacara una tarjeta roja antes de que empiece el partido”.
“Nosotros estamos viendo la estrategia que vamos a usar para que un Gobierno progresista vuelva a Paraguay. Lo importante es el contraste que hizo que la gente valore lo que puede hacer un Gobierno progresista frente al desastre que representa un Gobierno neoliberal”, concluyó Canese.