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La intersección que une la calle Mujeres Argentinas y la avenida Bartolomé Mitre está atravesada por el gigantesco puente de hormigón donde el tren Roca transita a diario. Desde abajo, en una plazoleta, una estatua de Juan Domingo Perón recibe con los brazos abiertos a los viajantes y observa de frente a una enorme marquesina publicitaria sobre el puente con el eslogan: “El lugar al que elegís volver”. Quinientos días después de despedirse de la presidencia de la nación, frente a la emotiva Plaza de Mayo del 9 de diciembre de 2015, Cristina Fernández de Kirchner eligió volver. Y para ello escogió el estadio del club Arsenal de Sarandí, en plena rivera del conurbano sur, a tan solo algunas cuadras del monolito del General.

Por ello, las calles que rodean el estadio Julio Humberto Grondona en la localidad perteneciente a Avellaneda fueron ayer el escenario de un éxodo de miles de personas que, aun bajo una temperatura que no dio tregua, asistieron al “bautismo” oficial del nuevo frente político que el kirchnerismo dio a luz en las últimas semanas a la espera de las PASO.

La jornada comenzó en las primeras horas de la mañana, cuando decenas de personas con banderas argentinas comenzaron a ocupar, poco a poco, las principales calles de la zona a la espera de la apertura de ingreso del estadio. Puertas adentro comenzaban a sonar las primeras canciones de La Renga y Los Redondos para acompañar. En las calles los concurrentes confluían tanto desde la zona sur del Gran Buenos Aires, como desde C.A.B.A., otros descendían a toda hora de las formaciones de trenes, directamente por las colinas lindantes al estadio. El motorman de una formación detuvo la marcha del eléctrico y se asomó desde su ventana para saludar con los dedos en V a la gente que, desde abajo del puente, aplaudió la actitud del trabajador ferroviario.

“Lo mejor de los últimos años de mi vida fueron los gobiernos de Néstor y Cristina, por eso estoy tan agradecido. Fue algo que yo no creí que fuera a vivir para verlo”, contó Horacio, quilmeño de setenta años que, al igual que decenas de miles de personas de toda la provincia, se trasladaron para presenciar el retorno de Cristina a los escenarios, de cara a un nuevo año electoral.

“Vengo a este acto porque necesitamos frenar a este Gobierno que es para ricos, y la única que puede hacerlo es Cristina”, agrega Miriam, madre de dos hijas, oriunda de Banfield.

Alrededor del mediodía, las principales puertas del estadio se abrieron, reservando una entrada para los dirigentes y figuras que, al menos en el día de ayer, pasaron a segundo plano para no opacar la comunión entre CFK y la ciudadanía.

“La militancia se va a quedar afuera del estadio para que entre solo ‘la gente’”, explicaba un joven con pechera de la organización del evento, y tan solo con una frase condensaba el espíritu de la convocatoria de ayer. La dinámica de ubicación reflejaba con claridad la nueva construcción política que encabezó CFK: mientras afuera del estadio acompañaban las “orgas” de distintos sectores como Kolina, La Cámpora, Nuevo Encuentro, el PCCE, Unidos y Organizados, entre otras, con sus referentes y “responsables”, militantes y columnas, puertas adentro el protagonismo fue reservado para la sociedad civil, familias, jubilados y autoconvocados de variada índole, revestidos en los colores patrios y unidos por la necesidad común de frenar el avance del macrismo sobre los derechos conquistados durante la década ganada.

“¡Cristina senadora!” y “¡Cristina presidenta!” fueron algunas de las consignas más escuchadas entre la multitud, mezcladas en discusiones sobre el desempleo, la deuda contraída en el último año, la caída del consumo interno y los elevados costos de la canasta familiar en las góndolas de supermercado. Estos temas fueron los mismos que Cristina sentó como agenda durante el discurso que inició pasadas las 15 horas.

Varias columnas nutridas de cientos de militantes recorrieron unos siete kilómetros a pie desde la zona de Bernal Oeste para llegar al acto.

Mientras unas 50 mil personas estimativas entraron y salieron de manera rotativa del estadio, puertas afuera tres pantallas gigantes instaladas en las calles que ladean el predio del estadio transmitieron en vivo el acto. Por allí, se estima, transitaron 15 mil personas por cada pantalla.

La convocatoria en las zonas circundantes fue tal que, para poder visualizar lo que sucedía dentro de la cancha, decenas de concurrentes se subieron a las lomas por donde corren las vías del ferrocarril Roca. Incluso utilizaron, casi a modo de palco VIP, los andenes “provisorios” de tablón estancados desde hace más de un año y que, al igual que en el resto de las estaciones de la línea Roca, aún no se sabe cuándo serán remplazados por los de material.

La presentación de Cristina culminó minutos después de las cuatro de la tarde y, si bien el esperado lanzamiento de una candidatura quedó ayer en el tintero, la expresidenta dejó abierta la expectativa de cara a los próximos días. Por su parte, los casi 80 mil concurrentes dejaron en claro ayer en las calles de Avellaneda que el frente Unidad Ciudadana cuenta con firme acompañamiento popular.


 

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