En medio de una inminente crisis laboral por los más de mil despidos acaecidos en los últimos meses, trabajadores de la planta Atucha II, en la zona de Zárate, decidieron movilizarse y tomar la rotonda de acceso a la región. La parálisis de construcción y cierre de plantas puso en alerta tanto a los gremios UOCRA y UECARA, que nuclean a trabajadores de la construcción y petroquímicos, quienes llevaron adelante ayer su quinta jornada de protesta. Mientras tanto, el Gobierno envía a Gendarmería para “custodiar” el acampe que realizan los obreros.
La situación, denunciada desde hace meses por referentes regionales de la política y el sector trabajador, es observada como un plan del macrismo para desguazar el polo petroquímico de la zona norte del Gran Buenos Aires.
Tras varias reuniones con el Ministerio de Trabajo, los trabajadores rechazaron de plano la actitud del Gobierno ante la falta de respuestas concretas.
“El Estado nunca tuvo propuesta para nosotros. Si no hay propuesta, la mesa de negociación no arranca. Lo único que hizo el Gobierno fue catarsis, como podría ocurrírsele a Durán Barba. Lo único que hicieron fue contarnos sus ‘problemas económicos y financieros’ sin ninguna solución para los más de mil trabajadores despedidos”, dijo a Contexto Facundo Ocampo, referente del gremio UECARA de Zárate.
El referente gremial agregó: “Durante la última la audiencia de esta semana, el Ministerio de Trabajo advirtió que la paciencia estaba acabándose, por lo que decidieron ‘responder’ con el envío de seiscientos gendarmes. Los trabajadores están manifestándose pacíficamente sin cortar ninguna ruta. Nosotros necesitamos que se reconozca la situación como un conflicto colectivo y se decrete la conciliación obligatoria”.
En esta línea, en distritos aledaños, como Baradero y Campana, donde cerraron Carboclor y Atanor entre otras fábricas, se advierte una crisis aguda que motivó la presentación de un proyecto de Ley en la Legislatura para declarar la emergencia en el sector químico y petroquímico.
“Toda esta situación produce un efecto de derrame terrible en la región. El trabajador de la construcción no se va al shopping de Martínez a tomar un helado o comprarse un jean. El trabajador de la construcción consume en la misma ciudad. Entonces, tenés 1.150 personas que no van a comprar carne en la carnicería. No van a comprar leche, verduras ni pagar los servicios básicos”, dijo Ocampo, y agregó: “Se fue Quipro, Carbocolor y Atanor. Eso representa un desguace de la industria petroquímica y del polo industrial desde que esta gente asumió el gobierno”.
Los trabajadores de las dos partes restantes de la construcción de Atucha, hoy en un escaso 20% de la obra, continúan en acampe en el puente Zárate-Brazo Largo hasta obtener respuestas por parte del Gobierno que apunten a la reincorporación.
En tanto, despedidos de PepsiCo de la planta que cerró en la localidad bonaerense de Florida también encararon una medida de fuerza y bloquearon hoy los accesos de la filial de Mar del Plata, en el Parque Industrial General Savio de esa ciudad, en el marco de las diferentes acciones que encabezan para recuperar su fuente laboral.
En pleno escenario preelectoral, el futuro del sector industrial y de la construcción continúa en incertidumbre para el Gran Buenos Aires.