El presidente Mauricio Macri y la gobernadora María Eugenia Vidal insisten con que la “recuperación” está en marcha, pero que aun “no llegó a todos por igual”. La explicación: “venimos de una Argentina que no creció durante cinco años y donde no se generó empleo genuino”. La mentira repetida mil veces mientras saquean a las grandes mayorías en beneficio de sus propias empresas concentradas, grandes multinacionales y monopolios vernáculos.
El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, nunca propició ningún diálogo; la titular de Seguridad, Patricia Bullrich, envió a sus gendarmes; y su par provincial, Cristian Ritondo, a la Infantería de la Bonaerense. Vidal justificó el violento desalojo y –usando la misma maniobra que usó contra los docentes– responsabilizó a los “partidos de izquierda” por la toma de la fábrica. El triunvirato de la CGT, integrado por Juan Carlos Schmid, Héctor Daer y Carlos Acuña, se tomó diez largas horas para repudiar el violento desalojo en una conferencia de prensa.
Un rato antes, los trabajadores de PepsiCo habían estado en Plaza de Mayo, marchando junto a las Madres y distintas organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos. Allí sonó fuerte, una vez más, el reclamo de un paro general.
Pero los triunviros cegetistas no anunciaron ninguna medidas de fuerza. Apenas informaron que durante el plenario nacional del próximo 28 de julio presentarán un “documento crítico sobre todo lo que está ocurriendo” y que, en ese marco, convocarán a una movilización para el 22 de agosto.
“La CGT no existe. Podemos hacer un habeas corpus a ver si la encontramos. Hay un grupo trabajando mucho, pero otros son un bloque que se hicieron ricos con los trabajadores. Nunca trabajaron. Están atrapados y encerrados en su propia mierda. ¿Se creen que se van a quedar adentro porque ellos no salen? El pueblo ya está saliendo”, dijo Hebe de Bonafini, anticipándose a la inacción Schmid, Daer y Acuña.
“La CGT no existe. Podemos hacer un habeas corpus a ver si la encontramos. Hay un grupo trabajando mucho, pero otros son un bloque que se hicieron ricos con los trabajadores. Nunca trabajaron». Hebe de Bonafini.
La titular de Madres también se mostró “enojada” con los dirigentes políticos que no estuvieron al lado de los trabajadores durante el desalojo: “Estoy dolida porque con las PASO se olvidaron de que hay conflictos. Esta mañana lloraba porque veía que éramos pocos. Una cosa era si iban muchos dirigentes, diputados y senadores, compañeros trabajadores a la puerta de la fábrica. Me da tristeza, me da dolor, me da vergüenza”.
“Tenemos que hablar más de la lucha de clases, porque acá están los pobres y los que están llenos de oro, de campos y de vacas”, sostuvo, y pidió “poner el cuerpo” sin miedo: “Si te cagan a palos, que te caguen, pero por lo menos sos una persona digna”.
“Por encima de todo están las familias que se quedan sin trabajo. Y hoy no hay trabajo en ningún lado. Eso es lo que nos preocupa a las Madres: la gente que se queda sin trabajo, los chicos que tienen que ir otra vez a los comedores, los que duermen en la calle.”
Luis Medina, uno de los trabajadores de PepsiCo, se refirió a la crueldad con la que actuó la policía durante el desalojo: “A las compañeras las golpearon sin piedad, mujeres obreras que tienen diez, quince o veinte años de fábrica. No hubo un muerto de casualidad”.
“En mis 43 años nunca viví algo similar. De esto me hablaba mi papá, que trabajaba en la fábrica Ford en la época de la dictadura, cuando sus delegados fueron desaparecidos. Hoy lo viví en carne propia con mis compañeros y compañeras de trabajo.”
Medina explicó luego que la multinacional quiere “avasallar los derechos de los trabajadores”, envalentonada por el Gobierno de Macri y la “burocracia sindical” que “nos dio la espalda”.
“Lamentablemente, los burócratas sindicales no se ponen al frente de la lucha de los trabajadores, entonces los trabajadores de base nos tenemos que organizar. Tenemos que pararle la mano a este gobierno para pocos que viene por todos”, advirtió.
De la marcha también participaron obreros del Sindicato Químico y de la UOCRA de Zárate –distrito que fue declarado por el Concejo Deliberante en estado de emergencia laboral–, maestros de UTE-Ctera y docentes universitarios de CONADU, estatales de ATE, los Metrodelegados del Subte, bancarios y miembros de la Corriente Federal de los Trabajadores de la CGT.
En la Plaza de Mayo confluyeron, además, distintas organizaciones nucleadas en el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia (EMVJ), que se movilizaron junto a Madres-Línea Fundadora para repudiar la represión en PepsiCo.