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“Evo tenía el gobierno pero no el poder”

Por Maximiliano Ceci

Un archivo que Ricardo Restrepo recuperó de su abuelo y lo convirtió en Cesó la horrible noche. De ese retrato que contrasta la sociedad colombiana en 1948, en un abrir y cerrar de ojos, nos encontramos Conversando con García Márquez sobre su amigo Fidel. Una imagen que se relaciona con una identidad, un rostro con un gesto, una directora que recuerda que el libro Evo en la Mira fue el puntapié del documental Factor Evo. Esa es la matriz latinoamericana que estuvo presente en la sede del Auditorio de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación en el 5° Festival Internacional de Cine Político.

Tras la proyección del documental dirigido por Lucila Gallino, que describe cómo es “despertar hoy en Bolivia” luego de la asunción del tercer mandato consecutivo de Evo Morales, en esa sala del anexo del Congreso de la Nación se abrió el debate: el embajador del Estado Plurinacional de Bolivia, Liborio Flores, la escritora Stella Calloni, el politólogo Atilio Borón y el diputado Edgardo De Petri profundizaron sobre cuál es ese “factor” que cambió las reglas de juego en el país y en la región.

“Es una revolución del pueblo con rostro indígena, cerebro indígena y manos indígenas”, cuenta en la película Idon Chivi Vargas, viceministro de Descolonización. Calloni frenó en esta frase del relato. “Estamos reaccionando frente a hechos con los miedos del colonialismo”, dijo la escritora al tiempo que destacaba la importancia de contar con una figura pública que esté atenta a todas las marcas que dejó la dominación.

Desde que Evo asumió como presidente, las adversidades de la oposición y de la política exterior de Estados Unidos crecieron a medida que iba aumentando el poder del Movimiento al Socialismo (MAS). “Yo no soy espectador, soy un jugador más en la cancha de Evo”, dijo el embajador de Bolivia, mientras recordó los aterrizajes nocturnos del mandatario para poder ingresar a Santa Cruz cuando los Cambas pedían por la división de Bolivia. “Poníamos en riesgo al Presidente. El aeropuerto no tenía luz, entonces prendíamos antorchas y el avión debía aterrizar en una pista muy pequeña. Evo tenía el gobierno pero no el poder”.

Foto: Nicolás Colombo
Foto: Nicolás Colombo

Uno de los principales conspiradores fue el embajador de Estados Unidos, Philip Goldberg, que tenía como antecedente haber sido jefe de Misión en Prístina, Kosovo, que terminó con la división de Yugoslavia. “No cualquiera tiene el coraje de expulsar a un embajador de Estados Unidos. A muchos les tiemblan las manos y las rodillas cuando sólo hablan de Estados Unidos. Con la misma valentía pidió la soberanía marítima a la Corte Interamericana de Justicia”, sentenció Flores.

El pedido de una porción de mar para poder comercializar es un reclamo de Bolivia tras haber perdido 400 kilómetros de costa y 120.000 kilómetros cuadrados de territorio a manos de tropas chilenas en la Guerra del Pacífico en 1879. Distintos gobiernos chilenos se han comprometido a darle una solución al problema, pero aún no se ha efectivizado. “Chile ha puesto en manos de siete familias casi el total de la pesca marítima del país y a un costo en el que han cobrado muchos funcionarios”, criticó Atilio Borón.

“Seguro que si preguntamos qué modelo económico seguir muchos elegirían el chileno antes que el boliviano. En materia de educación y de salud, los costos son altísimos en Chile, y Bolivia ha priorizado la alfabetización”, destacó Borón. Y concluyó: “Chile es el antimodelo”.

Por su parte, el diputado Eduardo De Petri recordó que conoció a Evo en Mar del Plata cuando “derrotamos al ALCA”. “El Estado no es bueno ni malo. Depende de los intereses que haya detrás de las fuerzas del Estado. Hoy queda demostrado que si el poder está en manos del pueblo, se puede combatir a los grupos económicos”, dijo.