Rodeado de familiares y amigos, Rito Gamarra cumplió el viernes 32 días de permanecer encadenado frente al local de indumentaria en el que trabajaba desde hacía nueve años a la espera de una respuesta del intendente de Cambiemos Julio Garro que no llega, y en medio del silencio más absoluto de cualquier funcionario municipal. Garro debía recibirlo hace diez días y no lo hizo. A la familia Gamarra no le dieron ninguna explicación.
“No tenemos ni una noticia. Lo único que le pedimos al intendente es que nos atienda. Creo que está para atender a la gente, pero desde el 8 de enero estamos pidiendo que nos reciba”, afirmó Rito Gamarra a Contexto, sentado y encadenado. “Quiero mi fuente de trabajo, es lo único que pido al doctor Julio Garro”, sostuvo Rito, que el viernes estaba acompañado por sus hijas, sus hermanos, sobrinos y numerosos amigos.
Tras asegurar que “el intendente está al tanto”, Rito se preguntó si acaso esta falta de respuesta “es una persecución política por ser peronista”.
Interrogado sobre si temen que la Municipalidad actúe por la fuerza con el apoyo de la Policía como hizo el jueves para desalojar del Municipio a una empleada despedida por Garro y reprimida en 2016, Rito respondió que “cuando te tocan la comida de tus hijos no pensás en lo que te pueda pasar”.
“Si ellos creen que con la violencia van a solucionar las cosas, me parece que no es así. No somos gente violenta. Estamos haciendo un reclamo pacífico y queremos seguir así”, agregó Gamarra, antes de insistir: “queremos diálogo. Eso es lo que estamos esperando del intendente”.
Vendedor de toda la vida, Rito Gamarra, de 51 años, consideró que “es inhumano vivir así porque yo estoy mal de salud. Pero trato de olvidarme de mi salud y quiero que se solucione este problema”, confió mientras por la terminal se veía un incremento de transeúntes y viajeros con motivo de las internas partidarias del domingo, que definirán a los candidatos para las elecciones legislativas y municipales del 22 de octubre próximo.
Mientras Ana Gamarra y su hija menor repartían volantes en la entrada de la terminal, por calle 42, pese a la llovizna y el viento, un sobrino de Rito defendía el reclamo de su tío y volvía a pedir que Garro escuche la situación.
“Si sos intendente y vas como la Vidal a hablar con la gente tocando timbre, vení acá, papi, a escuchar a la gente. El chabón no está robando ni cortando calles ni quemando gomas”, sostuvo el muchacho señalando a su tío, que el viernes recibió a numeroso medios de comunicación locales.
“Decí por favor que acá estamos pasando los cumpleaños de la familia y los nacimientos”, pidió Rito con el asentimiento de Teresa, su hermana, que el viernes cumplió 47 años. Ana Gamarra, la esposa de Rito, cumplió el miércoles 50 años. También pasó el día allí en la terminal. Y el 4 de agosto, sentados frente al local vacío desde principios de julio, cuando agentes municipales les decomisaron toda la mercadería por un valor de 80.000 pesos, también recibieron la noticia del nacimiento de una nieta que se llama Emilia Victoria.