La agresiva pretensión del Gobierno de Cambiemos de expulsar a las Madres de su histórica casa se dio de bruces con la respuesta de una multitud. “Por las buenas o por las malas”, había amenazado Javier Buján, interventor macrista en el Instituto Universitario Nacional de Derechos Humanos Madres de Plaza de Mayo (IUNMa). “Por las buenas o por las malas, acá no pasarán”, le contestaron ayer durante el abrazo simbólico a la sede, convocado por organizaciones sociales, políticas, sindicales y culturales.
“No van a pasar porque no los vamos a dejar. Antes nos van a tener que matar”, dijo Hebe de Bonafini, y subrayó: “Este lugar hay que defenderlo, porque no es que quieran poner la Universidad, ellos quieren destruir todo lo que hemos construido las Madres, como han destruido tantas cosas que habían construido los Gobiernos de Néstor y Cristina”.
“Destruyen con el odio de clase, con el odio de los gorilas, es lo único que hacen. Quieren destruir la historia porque están involucrados, porque en la historia los nombramos, porque son igual que los milicos, tienen el mismo proyecto de Martínez de Hoz, quieren lo mismo, pero no van a llegar”, añadió la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo ante las miles de personas que se congregaron en Hipólito Yrigoyen 1584.
Durante el acto, el jefe del bloque de diputados porteños del Frente para la Victoria (FpV), Carlos Tomada, anunció la presentación de un proyecto en la Legislatura para declarar al edificio –que cuenta con el museo y archivo de derechos humanos más grande de América Latina– como “integrante del Patrimonio Histórico y Cultural de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”.
Luego tomó la palabra Florencia Saintout, decana de la Facultad de Periodismo de la UNLP y candidata a diputada bonaerense por Unidad Ciudadana, quien repudió el nuevo ataque a las Madres en estos “tiempos de ignominia, de revancha feroz y de enorme vergüenza”.
Tras calificar al macrismo como “el demonio”, la decana afirmó que “ellos van a pasar al tacho de basura de la historia, en cambio las Madres siempre estarán en el corazón de nuestro pueblo”.
“Esta es la Casa de las Madres y por eso es la casa de todos. Esta es la casa que nos dio abrigo cuando tuvimos frío y que nos dio vestido cuando estuvimos desnudos, es la casa de estas Madres que pelearon por la libertad y por la igualdad cuando parecía que nadie podía hacerlo, y siguen haciéndolo”, remarcó al hacer alusión a los cuarenta años de lucha ininterrumpida.
En el mismo sentido se expresó el padre Francisco “Paco” Olveira, del Grupo de Curas en Opción por los Pobres, quien dijo estar ahí “para decirle a Buján y a todos ellos que no las van a sacar por las buenas y mucho menos por las malas”.
“La Casa de las Madres es un lugar sagrado porque acá está la memoria viva de hermanas y hermanos nuestros que han dado la vida por una patria justa, libre y soberana. Este lugar es de todos y de todas y lo vamos a defender por las buenas o por las malas”, sentenció.
Por su parte, Héctor Recalde, jefe del bloque del FpV en la Cámara de Diputados de la Nación, condenó el “ataque del neoliberalismo a la memoria” y la permanente persecución a las Madres, mientras que el secretario general de ATE-Capital, Daniel Catalano, repudió a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que en sus últimas declaraciones reflotó impunemente la Teoría de los dos demonios.
Junto a las Madres, tanto los oradores como la multitud volvieron a alzar el reclamo por la aparición con vida de Santiago Maldonado, víctima de la Gendarmería durante la feroz represión del 1º de agosto en la comunidad mapuche de Cushamen, provincia de Chubut.
Participaron, entre otros, los diputados nacionales Andrés Larroque y Edgardo Depetri, la legisladora porteña Victoria Montenegro, el concejal de San Martín, Hernán Letcher, y el secretario general del gremio de Curtidores, Walter Correa.