Mientras la cúpula de la CGT cedió ante una reforma que arrasará derechos conquistados por los trabajadores a lo largo de un siglo, más de 300 mil personas se movilizaron hasta el Congreso para rechazar no sólo el proyecto de flexibilización laboral, sino también las modificaciones previsionales y tributarias que Mauricio Macri envió para su aprobación parlamentaria.
“¡Esto no es reforma, es ajuste!”, gritaban los manifestantes al repudiar las tres iniciativas trazadas por los CEO de la Casa Rosada. En el escenario montado de espaldas al Congreso estaban los principales dirigentes de las organizaciones que lograron unirse para enfrenar la embestida macrista, entre ellas las dos CTA, la Corriente Federal de Trabajadores (CFT), Camioneros y varios movimientos sociales.
“Los grandes empresarios, los cagadores seriales, los que se llevan la plata a los paraísos fiscales, los parásitos que viven prendidos de la teta del Estado, esos son los que quieren reforma laboral, no los que realmente producen y dan trabajo, los pequeños y medianos empresarios, que están acá con nosotros”, dijo Hugo Yaski, secretario general de la CTA de los Argentinos y diputado nacional electo por Unidad Ciudadana.
Al tiempo que el Senado comenzaba a tratar la reforma previsional del gobierno, Yasky advirtió que “se acabó el anonimato” y prometió escrachar a los legisladores que “levanten la mano en contra de los jubilados” con rostro, nombre y apellido y hasta fecha de nacimiento.
“No es el mandato que surgió de las elecciones ponerle la mano en el bolsillo a los más viejos, a los que laburaron toda la vida”, sostuvo, y explicó que la nueva movilidad planteada en el proyecto de ley “se trata de un ajuste retroactivo” para “sacarles 100 mil millones de pesos a los jubilados”.
Yasky: “No es el mandato que surgió de las elecciones ponerle la mano en el bolsillo a los más viejos, a los que laburaron toda la vida”.
La reforma que Cambiemos acordó con el senador Miguel Ángel Pichetto (PJ) y la mayoría de los gobernadores establece una actualización trimestral de los haberes previsionales y asignaciones sociales calculada en un 70% por inflación y un 30% por el índice Ripte, que es el promedio de los aumentos salariales de los trabajadores registrados. Esto impactará negativamente en el poder adquisitivo de estos sectores. Los jubilados de la mínima, por ejemplo, deberían cobrar en marzo del año que viene $8.200, pero con la nueva fórmula de movilidad no pasarán de los $7.660.
Otro de los oradores del acto fue Pablo Micheli, titular de la CTA Autónoma, que celebró las movilizaciones que se desarrollaron en otros puntos del país con cientos de miles de trabajadores y la “unidad que hace que nuestros compañeros y compañeras en cada rincón de la patria sientan que hay esperanza” para “derrotar este ajuste”.
“No hay destino para el pueblo argentino, para los jubilados y trabajadores, sin unidad”, dijo, y sentenció: “Nadie se salva solo. O estamos juntos o nos destrozan el país, el futuro de nuestros hijos. Estos tipos van por todo. No quieren disenso ni opiniones distintas. No quieren movilización ni lucha. Quieren imponer a sangre y fuego su criterio”.
Micheli: “Nadie se salva solo. O estamos juntos o nos destrozan el país, el futuro de nuestros hijos. Estos tipos van por todo».
En este punto, el dirigente sindical se refirió a la represión macrista sobre las comunidades indígenas que ya se cobró la vida de dos jóvenes, Santiago Maldonado y Rafael Nahuel. “No le van a reconocer a los mapuches su derecho a la tierra porque ellos prefieren acallar las voces con más intolerancia, con palos y también con balas de plomo. Hay una sola forma de pararlos: que cada vez seamos más”, subrayó.
Sin nombrarlos, también apunto hacia los triunviros de la CGT, Juan Carlos Schmid, Héctor Daer y Carlos Acuña: “Que sean magnánimos, que piensen en el pueblo y en los trabajadores que dicen representar, que se hagan una autocrítica y entiendan que su lugar está acá con nosotros, no al lado del gobierno ni del patrón, del que nos quiere destruir el poder adquisitivo y la vida”.
A su turno, el líder camionero Pablo Moyano consideró que “se repite la historia”, porque “cada vez que gana un gobierno liberal, lo primero que hace es atacar el derecho de los trabajadores”. De esta forma, comparó las reformas de Macri con las de Carlos Menem y Domingo Cavallo en los noventa, y las de Fernando de la Rúa en 2000.
“Nuevamente, muchos discípulos de Cavallo que hoy están en el Gobierno vienen con la intención de llevar adelante esta reforma laboral”, señaló, y se comprometió “a dar pelea al gobierno cada vez que intente llevarse por delante a los trabajadores y jubilados”.
Moyano: «vamos a dar pelea al Gobierno cada vez que intente llevarse por delante a los trabajadores y jubilados”.
Mientras los manifestantes cantaban “¡Unidad de los trabajadores y al que no le gusta, se jode, se jode…!”, tomó la palabra el bancario Sergio Palazzo, que conduce la CFT: “Hemos empezado a construir un frontón de resistencia a las políticas de ajuste de este gobierno. Si pensaban que los trabajadores iban a quedarse callados frente a una reforma laboral, tributaria y previsional que afecta derechos, se confundieron”.
El dirigente hizo especial énfasis en la reforma previsional, a la que consideró “insensible e inhumana”, y alertó a los legisladores que se presten a aprobarla: “Sepan que lo que le sacan es el plato de comida a muchos compañeros que no tienen ni para llegar a fin de mes para dárselo a los ricos”.
Palazzo: “Sepan que lo que le sacan es el plato de comida a muchos compañeros que no tienen ni para llegar a fin de mes para dárselo a los ricos”.
Asimismo, desmintió a los triunviros cegetistas cuando afirman que en la reforma laboral enviada al Congreso “no se ha tocado el núcleo duro de los derechos de los trabajadores”.
Palazzo puso el ejemplo de algunos puntos del proyecto que afectan directamente esos derechos, como la reducción de los montos indemnizatorios para que las empresas puedan echar empleados con mayor facilidad o los programas de pasantías para precarizar el trabajo.
“Lo único que nos dan es un blanqueo escandaloso que les permite inmunidad a aquellos que trampearon a los trabajadores y que los sometieron a la indignidad de no tener seguridad social porque no les hacían sus aportes. Dicen que el problema de la Argentina es la informalidad y para eso hay una sola solución, que la tienen en sus manos los funcionarios públicos. La informalidad se combate si el Ministerio de Trabajo hace lo que tiene que hacer en lugar de ser socio de las patronales, es decir, inspeccionar, multar y obligar a las empresas a que los trabajadores estén en blanco”, subrayó el dirigente bancario.
Al cierre de su discurso, dijo: “Basta de ajuste, basta de miseria y basta de atacar a los trabajadores para favorecer a los ricos de este país”. Y advirtió que lo que está en juego “no es un programa de reformas permanentes, es un programa de ajuste sin fin”.
El líder de la CFT adelantó que volverán a reunirse en los próximos días para continuar el plan de acción en unidad, con movilizaciones y posibles medidas de fuerza. “Hoy no termina el acto, hoy comienza la lucha hasta voltear las reformas que impulsa este gobierno”, remató.