La triste jornada parlamentaria provincial de ayer, que puertas afuera de la Legislatura bonaerense se vivió con violencia y represión similar a lo sucedido en Capital Federal, culminó cerca de las 21 tal como Cambiemos deseó: con leyes aprobadas en menos de una hora, el bloque Unidad Ciudadana ausente tras ser eludido su pedido de levantamiento de sesión y cuatro diputados opositores denunciados penalmente.
Mientras en las calles aledañas al Congreso de la Nación se desataba una feroz represión que no distinguía militantes, funcionarios o ciudadanía, en pleno centro platense la tarde transcurría con una Legislatura vallada en todo su perímetro y una multitudinaria concentración de columnas de Suteba, ATE, CTA, sindicatos y movimientos sociales que protestaban contra la sesión que, puertas adentro, pretendía discutir el paquete de proyectos enviado por Vidal en cuestión de horas y sin pasar por la instancia de Comisión.
Desde el inicio de la sesión, pasadas las 15 hs, el bloque de Unidad Ciudadana manifestó su intención de llamar a votación para mocionar el levantamiento de la sesión, no sólo por la irregularidad de la presentación de los proyectos –algunos de ellos llegados a manos de los legisladores 48 horas antes de la sesión–, sino también por el lamentable marco de violencia que se vivía por esas horas en la Capital Federal.
«Repudiamos el hecho de que esta sesión se lleve adelante en las condiciones que se está haciendo, fundamentalmente en un contexto donde, desde ayer, se ha reprimido a los trabajadores, a los manifestantes y a diputados», fueron las palabras de la presidenta del bloque de Unidad Ciudadana, Florencia Saintout, quien luego pidió que la sesión se levantase mediante una moción votada de manera nominal, a mano alzada. «Les pido a los legisladores que no naturalizacemos que estamos sesionando con una legislatura vallada», agregó Saintout.
«Les pido a los legisladores que no naturalizacemos que estamos sesionando con una legislatura vallada», agregó Saintout.
No obstante, mientras otros legisladores se pronunciaban sobre el repudio al uso de la violencia, el diputado oficialista Matías Ranzini decidió desviar el tema hacia el tratamiento de la prórroga de la Ley de Emergencia en Seguridad. El hecho provocó el descontento general del recinto, en especial del diputado del FIT Guillermo Kane, quien remarcó que, según información que le llegaba, «estaban reprimiendo trabajadores en las puertas de la Legislatura».
«No debemos dar quorum y debemos levantar esta sesión e ir a buscar a nuestros compañeros a la calle y a las comisarías», expresó el legislador de izquierda. La reacción, desoída por el oficialismo y por el propio presidente de la Cámara, Manuel Mosca, fue continuada por el diputado de Unidad Ciudadana Miguel Funes, quien adhirió al pedido de levantamiento de la sesión. En simultáneo, la sesión en el Congreso de la Nación era suspendida debido al nivel de violencia que se desarrollaba en las calles, donde los mismos legisladores, como Mayra Mendoza, Horacio Pietragalla o Leopoldo Moreau, eran agredidos por las fuerzas de seguridad.
En tanto, sobre calle 7 frente a la entrada principal a la Legislatura bonaerense, la policía y caballería reprimieron con gas y balas de goma a trabajadores, sindicalistas y manifestantes, que luego se apostaron contra el vallado intentando ingresar. Tras las rejas, un cordón de unos veinte efectivos de infantería custodiaba la entrada al palacio.
«Están reprimiendo a laburantes en las calles, ahí hay que estar. Salgamos afuera, compañeros, esto no puede seguir en estas condiciones», fueron las palabras proferidas por Funes, quien se levantó de su banca en el recinto y se retiró en dirección a la calle. Detrás de él fueron sus pares del bloque Lauro Grande y la propia Saintout. Minutos después, ya en la entrada principal que da a calle 7, los legisladores se encontraron con las calles desoladas, restos de botellas de vidrio despedazadas en los jardines del palacio parlamentario y un grupo de trabajadores municipales de Ensenada que habían sido dispersados por la represión, acompañados por el propio intendente de la ciudad Mario Secco.
«Lo que hicieron es una barbaridad, la gente no estaba haciendo desmanes. Es terrible lo que han hecho, pero es esa conducta lo que los caracteriza», dijo Secco al encontrarse con los legisladores en la calle. En ese instante, el jefe comunal de Ensenada decidió ingresar al predio de la Legislatura con la firme intención de denunciar la represión sufrida ante los propios diputados.
Secco denunció la represión en el recinto
Ante un primer intento por impedir el ingreso de Secco, legisladores de Unidad Ciudadana y los trabajadores de ensenada al palacio, se produjo un forcejeo en la entrada lateral de calle 53, que provocó una entrada desbordada al palacio.
Tanto Secco como la delegación municipal de Ensenada lograron ingresar a la Cámara de Diputados, donde el intendente lanzó ante el estrado y el propio Mosca las latas de gas que la policía utilizó durante la tarde para dispersar la manifestación. Tras la irrupción del intendente, el oficialismo intentó criminalizar la intervención, a tal punto que se divulgó una denuncia radicada contra el propio Secco y cuatro legisladores, e incluso se presentó personal de policía científica para realizar un peritaje de la «escena del crimen».
Cuarto intermedio e irregularidad en tablas
Tras el incidente, se llamó a un cuarto intermedio de casi tres horas para debatir la posibilidad, tras una fatídica jornada, de levantar la sesión. Alrededor de las 8 de la noche, los legisladores de Unidad Ciudadana reanudaron el pedido de moción y voto a mano alzada, hecho que fue acompañado por el FIT y parte del Frente Renovador inclusive. No obstante, Mosca decidió de manera arbitraria pasar a votación electrónica, acaso como forma de escudar los votos que parte del FR brindaría a favor de Cambiemos.
El bloque opositor manifestó su desacuerdo con el procedimiento y decidió retirarse del recinto con indignación antes de la votación. Los votos de Unidad Ciudadana fueron contabilizados como abstenciones y, tras horas de debate y tensión, la sesión continuó como si nada hubiera pasado.
«Nos vamos con alegría de acá porque nadie nos va a poder decir que vinimos acá a avalar ningún saqueo al pueblo», fueron las últimas palabras pronunciadas en el recinto por el diputado de UC Carlos Moreno, antes de retirarse del recinto.
En esta línea, alrededor de una hora fue suficiente para que el recinto apruebe de manera expeditiva los proyectos referidos a la Ley de Ministerios, la prórroga de la Ley de Emergencia en Seguridad, la creación de un Juzgado de Familia en Saladillo, otra sobre protección de datos personales, entre otras. El tono casi de escribanía para dar lugar a los proyectos y aprobarlos ameritó la intervención del propio diputado Kane. «Se están votando en un mero intercambio de palabras leyes que tocan temas muy delicados, hay trabajadoras que se van a quedar sin guarderías para sus hijos. Esto no se debe tratar de esta manera», expresó.
Apenas pasadas las 21, la sesión había culminado. Con la ausencia del principal bloque opositor, proyectos que no habían cumplido con el recorrido reglamentario y una ciudad cuyo descontento fue acallado con balas, el oficialismo aprobó su paquete leyes.
En una tarde cuyos protagonistas fueron la violencia y el atropello a la institucionalidad democrática, el gobierno dejó en claro, una vez más, que ningún plan de ajuste en los parlamentos se concreta sin represión en las calles.