El ministro de Defensa, Oscar Aguad, anunció la creación de una Fuerza de Despliegue Rápido conformada por miembros de las Tres Armas (Ejército, Marina y Fuerza Aérea). El ministro aseguró que el fin de este nuevo grupo sería “prestar apoyo” a las Fuerzas de Seguridad en “combate al narcotráfico y al terrorismo”. Algunos medios aseguraron que también sería utilizada para combatir “la amenaza mapuche”.
Según afirmó Infobae, las Fuerza de Despliegue Rápido tendría entre sus funciones combatir “el avance de grupos violentos mapuches extremistas”. Luego, en el mismo artículo se señaló que “desde las Fuerzas Armadas ven que hace falta una mayor presencia militar para cuidar los recursos naturales. Una alerta que se observó el año pasado fueron los ataques de vandalismo del grupo RAM en la zona de Vaca Muerta”.
En declaraciones a Radio Mitre, el ministro Aguad sostuvo que “la creación de una Fuerza de Despliegue Rápido, que estará conformada por las tres armas, tiene, entre otras, la misión de tener un apoyo logístico sobre la seguridad del país, sobre todo en materia de lucha contra el narcotráfico y el terrorismo”.
Un punto clave, que el ministro Aguad trató ignorar o minimizar, es que la Ley de Seguridad Interior y la Ley de Defensa prohíben la participación de las Fuerzas Armadas en temas de Seguridad Interior. Ambas normativas fueron creadas tras la recuperación de la democracia y tenían como fin evitar que se repitieran los terribles actos del terrorismo de Estado.
El involucramiento de las Fuerzas Armadas en temas de Seguridad Interna responde a un explicito pedido que, hace ya varios años, Estados Unidos le hace a Argentina. Sin embargo, el gobierno norteamericano no aplica para sí lo que les pidió a los sucesivos gobiernos argentinos y que hasta ahora había sido rechazado. En Estados Unidos, Defensa y Seguridad tiene sus campos bien divididos y no se mezclan. Pero al gobierno de Mauricio Macri eso parece no importarle.
En diálogo con Contexto, Guillermo Carmona, diputado nacional por el Frente para la Victoria señaló: “Hace un tiempo vengo advirtiendo que estamos ante el peligroso regreso a la Doctrina de Seguridad Nacional. Vimos cómo Macri autorizó el derribo de aviones, mediante un decreto que establecía una situación de emergencia en seguridad. Vimos cómo el gobierno avanzó en capacitación a las Fuerzas Armadas en acciones directamente vinculadas con la Seguridad Interior. Desde el Congreso hemos advertido y rechazado varios de los ejercicios militares que se proponían de parte del Poder Ejecutivo, en virtud de que involucraban a las Fuerzas Armadas en capacitaciones que tenían por objeto la lucha contra el terrorismo, contra el narcotráfico y contra el contrabando. Todas problemáticas propias de la seguridad interior”.
Carmona también afirmó que “en esa línea de políticas, alineadas con la Doctrina de Seguridad Nacional, aparece ahora esta iniciativa, que es absolutamente ilegal por ser contraria a la Ley de Seguridad Interior y a la Ley de Defensa”.
“Esta situación tiene una clarísima relación con las políticas de seguridad que promueve Estados Unidos en el mundo, en especial en América Latina. No resulta llamativo que el ministro de Defensa, Oscar Aguad, anuncie esto a pocos días de haber pasado por Argentina el secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson”, sostuvo.
El legislador aseguró: “Hemos visto los efectos nefastos que generaron esas políticas en países como México y Colombia. El involucramiento de las Fuerzas Armadas en la lucha contra el narcotráfico ha generado en esos países una enorme corrupción y una escalada permanente de la violencia y la inseguridad”.
“La preparación de las Fuerzas Armadas implica funciones muy distintas a las de las Fuerzas de Seguridad. Una vez que se militariza la Seguridad Interior, lo represivo predomina sobre lo preventivo”, explicó.
Carmona aseguró que “desde el Congreso vamos a plantear la ilegalidad de esta medida y vamos a denunciar que Argentina está incursionando en prácticas que ya vivimos en la década del setenta y que derivaron en el terrorismo de Estado”.
Por último, el diputado destacó que “una condición necesaria para toda Doctrina de Seguridad Nacional es la creación del ‘enemigo interno’. En los años setenta era ‘el fantasma del comunismo’, en el siglo XXI ‘el fantasma de la amenaza mapuche’. Nadie, con un poco de sensatez, puede aceptar que se trate de una amenaza real. La estigmatización de los mapuches es terrible y la imputación de que entre ellos hay algunos grupos terroristas es totalmente falaz, fantasiosa y tiene una clara carga xenófoba”.