Cuando la excarcelación de los represores de la dictadura está en la mira de la sociedad por el repudio que generó la salida de Miguel Etchecolatz, Abuelas de Plaza de Mayo denunció que el apropiador y genocida condenado a perpetua Carlos del Señor Hidalgo Garzón violó la prisión domiciliaria y pidió que ese beneficio le sea revocado. El represor hace un mes que está en su casa y en ese tiempo salió dos veces de su domicilio sin dar aviso a la Justicia, y se supo por un robo que sufrió, que tenía dos armas en su vivienda de Castelar: una escopeta y una pistola.
Garzón accedió al beneficio por un fallo de la Sala III de la Cámara de Casación Penal del 22 de diciembre pasado, y el 10 de enero se trasladó a su casa de Castelar, en La Matanza. Sólo dos días después, violó la domiciliaria: el Programa de Asistencia para Personas Bajo Vigilancia Electrónica informó la salida sin autorización judicial los días 12 y 15 de enero. Además, antes de ir a prisión, en el año 2013, ya había violado la domiciliaria.
A eso se sumó otro hecho que en Abuelas se enteraron por las noticias: Garzón sufrió un robo el 2 de febrero en el domicilio donde purga su condena y en la denuncia que radicó en la comisaría de Castelar dejó asentado que los ladrones se llevaron $200.000 y dos armas: una escopeta y una pistola, pero en el juzgado no dijo nada. Denunció por mail el hecho delictivo ante la Justicia pero omitió las armas.
Abuelas pidió la revocatoria en el Tribunal Oral en lo Federal N° 1 de La Plata, donde el represor fue condenado a perpetua en 2014 por los crímenes de La Cacha, y en el Juzgado Federal N° 1, de Ernesto Krepak, donde está acusado por los crímenes del centro clandestino que funcionó en la Comisaría 8va. Además, presentó una nota al TOF 1 de San Martín para que se haga efectiva la prisión por la apropiación de Catalina -que quedó firme en Casación- y comience a ejecutarse la pena de quince años a la que fue condenado en 2013.
“En el Tribunal les recordamos que ahí nos dicen a las querellas que una domiciliaria no es una excarcelación sino el cumplimiento del encarcelamiento en otro lugar. Entonces, siguiendo ese criterio, explicitamos que cuando estaba en la cárcel no podía tener armas, entonces en su casa tampoco, aunque fueran de un tercero”, detalló el abogado de Abuelas Emanuel Lovelli.
Además, en el expediente dejaron constancia de que Catalina de Sanctis Ovando, nieta restituida en 2008 que fue apropiada por Hidalgo Garzón y su esposa María Francisca Morillo, denunció durante un juicio que desde su restitución el exmilitar le envió cartas amenazantes a ella y a su pareja.