A pesar de la advertencia de sindicatos y asociaciones del turf sobre una eventual pérdida de miles de puestos de trabajo en La Plata, María Eugenia Vidal decidió avanzar con la eliminación total de los subsidios a los hipódromos. Para los que dependen de esta actividad, se trata de una herida de muerte.
En concreto, lo que anunció la gobernadora es un recorte de los aportes de 300 millones de pesos para 2018 y la intención de llevar esa ayuda a cero. La intención es modificar el artículo 29 de la llamada “Ley del Turf”, N° 13.253 de 2004. El texto vigente dice así:
“El Instituto Provincial de Lotería y Casinos asignará desde un mínimo de nueve puntos hasta un máximo de quince puntos del porcentaje previsto para el FO.PRO.JUE. (Fondo Provincial del Juego), a transferencias destinadas a atender las erogaciones que demanden las actividades hípicas y afines, atendiendo a razones de mérito, conveniencia y oportunidad”.
Cuando esto todavía era un rumor, Marcelo Arce, secretario general del sindicato unificado de Cuidadores y Jockeys de La Plata, había advertido que sin el socorro del Estado no podrían continuar. “Cada caballo demanda siete personas”, había explicado para dar a entender la cantidad de mano de obra que se genera en el rubro.
En la capital bonaerense y en Ensenada, el derrumbe de las carreras de caballos podría tener un impacto económico y social sin precedentes. Además de quienes dependen directamente del hipódromo, están aquellos que se benefician con el derrame: veterinarios, herreros, forrajeros, comercios de la zona, transportistas, entre otros.
A nivel general, se vería afectada la industria de los pura sangre, donde Argentina ostenta el cuarto o quinto lugar. Las consecuencias, en este ámbito, se notarían en todo el interior, donde se origina la doma y la cría, el primer eslabón.
Uno de los argumento de Vidal para “frenar” el turf es que también de esta manera se combate el flagelo de la ludopatía. No obstante, otras medidas encaradas por Cambiemos van a contramano de eso, como el intento de desfinanciar los diez centros que dependen de Loterías y Casinos para luchar contra ducha problemática.
“El año pasado tuvimos que salir a la calle para evitar que los centros contra la ludopatía se trasladen a los CPA, donde se combaten las adicciones”, dijo a Contexto Ezequiel Álvarez, delegado de ATE. “La mayoría de los CPA sabemos que no funcionan o no tienen recursos”, agregó. El marco general es el vaciamiento de la Secretaría de Adicciones, también abordado por este medio.