Un equipo de investigadores de la Facultad de Ciencias Veterinarias de La Plata y del CONICET desarrolla el primer microchip de ADN de la Argentina destinado a optimizar la selección genómica, diagnosticar enfermedades de origen genético, realizar ensayos de paternidad y estudios de linajes de las razas bovinas.
Su uso en laboratorio representa importantes mejoras en el mercado ganadero, como el ahorro en tiempos de producción y la obtención de más y mejor calidad de carne y leche, informaron desde la casa de estudios de la zona de El Bosque.
Precisaron que la aplicación del desarrollo, denominado ArBos1, ofrece a los criadores de ganado información genómica de su plantel de animales, lo que se traduce en un incremento cuantitativo y cualitativo de la producción argentina.
De esta forma, el país se posiciona en la venta de reproductores, semen y embriones que cuentan con evaluaciones genómicas. “Es importante aclarar que un genoma es la totalidad de la información genética que posee un organismo o una especie en particular”, explicaron los investigadores.
En el país, está en pleno desarrollo el mercado de selección genómica, es decir, la utilización de la información disponible del ADN de las vacas y de los toros. La prestación de este servicio a nivel nacional (basado en microarrays destinado a sistemas de mejoramiento genético bovino) permitirá sustituir el envío y la evaluación de las muestras al exterior y obtener nuevos mercados regionales.
“ArBos1 es un chip de ADN, que permite adicionar a la selección fenotípica la información del genoma de cada ejemplar, ya que existen características genéticas que no pueden apreciarse directamente en el fenotipo del animal y otras demandarían demasiado tiempo para poder tener su expresión”, explicaron los especialistas.
“El microarrays consiste en una superficie sólida a la cual se le une una colección de fragmentos de ADN correspondiente a cientos de miles de posiciones variables dentro del genoma bovino, y entre otras posibilidades permite determinar la información genotípica asociada a caracteres de producción”.
En la actualidad, las ventajas del desarrollo del ArBos1 se traducen en que el productor ganadero envía las muestras de sangre, semen o pelo de sus ejemplares a la Facultad. De cada una de estas se extrae material genético que contenga ADN. Una vez obtenido el perfil genómico del animal, se puede incorporar a los sistemas de mejora junto a los datos fenotípicos.
El chip de ADN argentino fue desarrollado por un equipo multidisciplinario conformado por biólogos, genetistas, veterinarios, ingenieros agrónomos, biotecnólogos e informáticos del Instituto de Genética Veterinaria (Igevet) dependiente de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNLP y del CONICET La Plata. También cuenta con el aporte del grupo de la Facultad de Agronomía de la UBA-CONICET.