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Miguel Bru: la búsqueda llegó a la Comisaría Novena

Para Rosa Bru, cada jornada de investigación sobre el paradero de su hijo Miguel es como si fuera la primera vez. Así volvió a afirmarlo ayer al realizarse uno más de los casi cincuenta peritajes que se han realizado en búsqueda de rastros del joven, que se llevó adelante en esta ocasión por primera vez en la Comisaría Novena, lugar apuntado por todas las declaraciones de la causa como el último en donde estuvo Miguel Bru vivo, al ser capturado y trasladado hasta allí por efectivos policiales el 23 de agosto de 1993.

“Siempre hay expectativa cuando se trata de este caso, porque conmueve profundamente, por eso consideré fundamental llevar adelante este procedimiento”, dijo a Contexto Marcelo Martini, nuevo fiscal a cargo de la causa, tras siete años de un conflictivo y aletargado manejo del ahora exfiscal Fernando Cartasegna. El operativo consistió en una inspección del suelo con georradar que se desarrolló en el patio principal de la comisaría, donde se sospecha podría estar enterrado el cuerpo de Bru, según declaraciones de testigos brindadas el año pasado.

“Esta testigo se dirigió desde Mar del Plata para dar testimonio, pero el propio Cartasegna lo había desestimado. Según la declaración, el cuerpo estaría debajo de donde antes había un mástil, que ahora ya no está. Hay que recordar que esta parte de la comisaría estaba incluso en construcción todavía cuando sucedió lo de Miguel”, explicó Rosa Bru a Contexto, quien se hizo presente en la seccional en las primeras horas de la mañana junto a miembros de la Asociación Migue Bru, donde personal de Gendarmería se hizo cargo de hacer el trabajo de indagación sobre el suelo del lugar. Según Martini, los resultados efectivos del peritaje podrían estar listos dentro de una semana, donde se definirá si se procederá a excavar en el lugar.

“Tanto este caso como el de Johana Ramallo apuntan a la Novena”, dijo Rosa.

Según la madre de Miguel, esta comisaría “siempre sonó como lugar sospechoso”, lugar del que se desprenden múltiples datos e informaciones entregadas a los familiares sobre la noche en cuestión de la desaparición. Con la incorporación a la causa de Marcelo Martini, la aparición de un nuevo testimonio apuntó a la comisaría. Según lo trascendido, la persona que aportó las declaraciones tendría vínculos familiares con efectivos policiales en servicio durante la consumación del hecho.

Además del rastrillaje en la novena, hay dos peritajes pendientes en la zona de Palo Blanco en Magdalena y en El Talar de Berisso donde aún hay puntos por inspeccionar desde el último recorrido del año pasado.

Cabe destacar que Martini volvió a interrogar Justo López –uno de los cuatro exefectivos policiales condenados por la causa– en el penal de Sierra Chica, donde cumple condena perpetua desde 1999 por el caso. Además del rastrillaje en la Novena, hay dos peritajes pendientes en la zona de Palo Blanco en Magdalena y en El Talar de Berisso, donde aún hay puntos por inspeccionar desde el último recorrido del año pasado.

“Ojalá sea hoy la última y definitiva búsqueda que se produzca, tan próxima a cumplirse los veinticinco años de la desaparición de Miguel”, declaró Rosa Bru, quien además vinculó el rol de la comisaría no solo con su hijo, sino también con la desaparición de Johana Ramallo. “No sólo con Johana, también con Julio López. Desde un primer momento sospeché de la Novena por ser parte de su jurisdicción. Hay fuertes sospechas respecto de esto”.

Miguel Bru fue visto por última vez el 23 de agosto de 1993, fecha en que fue secuestrado por efectivos de la Novena. Días antes había denunciado a efectivos de esa dependencia por un allanamiento sin orden judicial en su casa, donde vivía con amigos.

A partir de ese momento comenzó a ser amenazado y hostigado para que retirara la denuncia. Luego del jury de enjuiciamiento político al juez Amilcar Vara por el encubrimiento a la Policía en la causa de Miguel y en otros veintiséis casos, se llegó en 1999 al juicio oral y público. Fueron condenados a prisión perpetua los expolicías Walter Abrigo y Justo López, por torturas seguidas de muerte y encubrimiento al excomisario Domingo Ojeda y al exoficial Ramón Ceressetto.