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Mujeres piden que Vidal adhiera a la ley nacional de parto respetado

En el marco de la Semana Mundial del Parto Respetado, legisladores de Unidad Ciudadana (UC) convocaron a profesionales y diferentes organizaciones especializadas en la temática a una mesa de trabajo a fin de crear una agenda legislativa en conjunto, teniendo como punto de referencia la Ley de Parto Humanizado (Nº 25.929, sancionada en 2004 y promulgada recién en 2015) a la cual la provincia aún no adhirió.

Según el primer Índice de Violencia Machista, el 77% de las mujeres afirma haber sufrido al menos una situación de violencia obstétrica. Mientras que la ONG Las Casildas, que cuenta con un Observatorio de Violencia Obstétrica, afirma que a seis de cada diez mujeres se les practicó una episiotomía, y, de ese total, el 85% eran madres primerizas.

La Argentina también desoye las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, que afirma que no puede justificarse que ningún país tenga más de 10 o 15% de cesáreas y más de 10% de inducciones. En Argentina, la tasa de cesáreas es del 25 al 30% en el sector público, y entre del 45 y el 50% en el sector privado.

Teniendo como referencia esta preocupante situación, médicos, psicólogos, enfermeras, parteras, estudiantes y activistas en la materia se dieron cita en el Anexo de la Cámara de Diputados en la provincia, en una mesa de trabajo bajo la consigna “Parir Con Derechos”, convocadas por los diputados Mariano Pinedo, Mariana Larroque y Florencia Saintout, presidenta del bloque de UC.

Este bloque, tras el parlamento de mujeres realizado en marzo, tomó nota y generó una serie de proyectos que, si bien aún se encuentran en borrador, se presentarán en la Legislatura bonaerense con el aporte de las organizaciones y referentes que participaron en el encuentro del día de ayer.

Desde UC proponen que, además de la adhesión a la Ley Nº 25.929, se cree el Programa Provincial de Parto Respetado (donde los hospitales brinden diferentes alternativas a la hora de parir) y la conformación de un Observatorio de Violencia de Género con un área específica sobre Violencia Obstétrica.

«Venimos a escuchar y tratar de aprender todo lo que se pueda, para hacer de estos proyectos la mejor alternativa posible», sostuvo Pinedo, quien invitó a las diversas profesionales y organizaciones a que realicen propuestas al respecto.

En ese marco, se propuso destacar la importancia de los psicólogos, que el parto y sus derechos sean parte de los programas de Educación Sexual Integral (ESI), la creación de equipos multidisciplinarios de trabajo en la atención del proceso de embarazo, parto y puerperio, la formación pública y gratuita para los profesionales, una sanción a los profesionales que ejerzan violencia, repensar el rol de los hospitales escuela que tienen a la mujer como objeto de estudio, y pensar el parto domiciliario, entre otros puntos.

Saintout celebró el encuentro e invitó a las asistentes a formar parte de la conformación de esta agenda legislativa. “Tenemos que pelear para que la provincia adhiera a la Ley. Esta es la primera propuesta, además del resto de los proyectos que tenemos que trabajar”, sostuvo la legisladora, y convocó a las partícipes a “luchar juntos” y que “sean parte de este bloque” para que nazcan nuevas leyes que amplíen los derechos de las mujeres.

“Es revolucionario y disruptivo lo que se está planteando acá. Y en muchos otros lugares. No es solamente contra el modelo hegemónico o deconstruir el modelo médico hegemónico: la realidad es que se trata de construir otro modo de vivir, otras relaciones de poderes, construir posibilidades de emancipación”, consideró.

Una de las participantes fue Belén Castillo, socióloga e investigadora del CONICET, quien propuso integrar el parto en los programas de la ESI. “Si hablamos de violencia obstétrica y de denuncia, tenemos que empezar un paso antes: tenemos que lograr que las mujeres se reconozcan como víctimas de violencia obstétrica. Y para eso tenemos que conocer nuestros derechos”, sostuvo.

María Laura Capotorto, integrante de la Asociación Mamakilla que realiza acompañamiento a familias durante el embarazo y la crianza, llamó a profundizar la formación de los médicos, siendo que “los profesionales tienen que cambiar la forma de atender”. En este marco, destacó que “la ley va a pasos muy lentos”, mientras las mujeres padecen situaciones de violencia “tremendas” con “maltratos físicos y verbales”.

El cuerpo pertenece a la mujer

“Podemos brindar información a la mujer, pero una vez que entra a un hospital el cuerpo ya le deja de pertenecer: no solamente el suyo, sino el de sus hijos también”, sostuvo Capotorto.

“La violencia se entiende sólo desde este punto: no podemos ver parir a una mujer libremente porque da mucho miedo cuando una mujer goza en sus partos. Es una forma de domesticación y lo peor es que las mujeres estamos acostumbradas a eso y muchas veces no podemos hacer nada”, sostuvo la referente de Mamakilla, quien destacó la importancia de que la provincia adhiera a la ley. “La primera excusa para no cumplir la ley es decirnos que acá no sirve”, explicó.

Myriam Galli, del Equipo de Psicología Perinatal de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y parte del Colegio de Psicólogos de La Plata, propuso que este tipo de profesionales también formen parte de las guardias para la prevención de la violencia. “Propongo que la existencia de la psicología perinatal sea de interés provincial y que haya psicólogos en todas las guardias obstétricas y capacitación para ello”, planteó.

Inés Ortega, licenciada en enfermería y trabajadora del Hospital Gonnet, sostuvo que, si bien en esta institución realizan partos respetados, necesitan más formación y profesionales. “Necesitamos el apoyo de personal de psicología. Necesitamos tener en cuenta el trabajo en equipo, porque si no siempre está sólo la partera o la obstetra y las enfermeras, que somos quienes hacemos la mayor parte del trabajo: atendemos antes, durante y después de parto”, destacó, al tiempo que pidió que en la agenda legislativa se contemple la formación de enfermeros: “Hoy sólo la encontramos en lugares privados”.

«no podemos ver parir a una mujer libremente porque da mucho miedo cuando una mujer goza en sus partos. Es una forma de domesticación»

Su par, Jorgelina Castiglioni, coordinadora de la carrera de Enfermería de ATE, relató la experiencia en la formación de estas profesionales. A pesar de no tener los principales puntos de la Ley en la currícula, los profesionales formadores buscan incluirla para así garantizar derechos. “La violencia obstétrica es violencia de género, no está separada», reflexionó.

«Es parte de todas las violencias. Nosotras tenemos un equipo en el Hospital San Roque y peleamos todos los días con el viejo paradigma”, agregó Castiglioni. La enfermera llamó a brindar formación a los profesionales y a divulgar los derechos de las mujeres. “Tenemos que darles un empoderamiento en sus derechos”, destacó, y pidió que sea “una política pública oficial”.


 

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