«Las políticas de Estado en esta materia comenzaron en 2003 y hay muchas formas de brindar protección social, pero no he visualizado cambios recientes, y no se han incrementado los montos de fondos destinados a esos programas, los cuales posiblemente se contraigan debido al valor del peso», dijo a la prensa la relatora especial para el derecho a la alimentación de la ONU, Hilal Elver, en el marco de su visita a la Argentina para la elaboración de un informe sobre acceso a los alimentos en el país, que publicará el año que viene.
Las críticas de la especialista al modelo agroexportador y al desfinanciamiento de programas alimentarios y de agricultura familiar se produjeron en simultáneo con la protesta que encabezan productores de todo el país en distintos puntos de la Ciudad de Buenos Aires, donde comercializan todos sus productos a 10 pesos el kilo.
La acuciante situación que atraviesa el sector está directamente vinculada a la crisis cambiaria y financiera de los últimos meses. La dolarización de los servicios y los insumos y la caída estrepitosa del mercado interno han empujado a todos los sectores productivos del país al borde del colapso.
“La situación es crítica: la recesión económica, el aumento del dólar que impacta directamente en los insumos de la producción y la destrucción de políticas públicas para el sector que se ha llevado adelante en el Estado, como la baja del Monotributo Social Agropecuario o el desmantelamiento de la Secretaría de Agricultura Familiar, es todo un paquete que deriva en esta situación crítica”, dijo a Contexto el dirigente de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), Nahuel Levaggi.
El dirigente explicó que el viernes fue el último día del “feriazo” que comenzó el miércoles, donde cientos de productores recorrieron distintas plazas de Capital Federal y vendieron sus productos a precios inexistentes en el mercado. En esa línea, explicó que no sólo pudieron poner en evidencia la crisis del sector, sino que además se evidenció la “crítica situación que viven los trabajadores por la cantidad de gente que se ha acercado a buscar un bolsón”.
“Estamos hablando de un sector que produce los alimentos que consumimos y que no se exportan. Si están en riesgo de desaparecer, obviamente, la alimentación se vuelve un problema para las familias”, dijo Levaggi, y contó que la relatora de la ONU se reunió con la UTT para analizar la situación que atraviesan.
La información que Hilal Elver difundió en la prensa argentina critica fuertemente el desmantelamiento de los programas de asistencia técnica que recibían los pequeños productores de la agricultura familiar. “Entiendo los desafíos que enfrenta la Argentina, pero soy crítica respecto a la decisión del gobierno de aprovechar la crisis económica actual para desmantelar el apoyo a la agricultura familiar mediante el despido de los cerca de quinientos trabajadores y expertos del Ministerio de Agroindustria”, afirmó, y agregó que “esta acción parece estar destinada a la agricultura industrial orientada a la exportación, principalmente de soja y maíz”.
Por otro lado, manifestó: “Observo que un creciente número de personas va a comedores o se salta una comida, y que los niños se ven forzados a depender de los comedores escolares para su comida diaria».
La especialista de Naciones Unidas exigió al Estado argentino incrementar los programas alimentarios y recomponer las políticas de apoyo y promoción a la agricultura familiar.