Las lluvias que golpearon con fuerza la ciudad de La Plata y alrededores en los últimos días volvieron a reavivar el drama habitual: la falta de capacidad operativa del Municipio, no sólo para prevenir, sino para limpiar y mantener en condiciones los focos inundables. A la ya conocida situación de las obras hídricas se suman la falta de trabajo en arroyos y zanjas, el déficit de mano de obra en las cooperativas locales por falta de inversión e incluso el retiro del adoquinado de las calles, que agrega un nuevo factor a las inundaciones.
La gestión de Julio Garro volvió a ser el blanco de las críticas de la comunidad vecinal que sufrió las consecuencias de la falta de planes de prevención y presencia del Estado local. Con caudales de agua que se elevaron hasta un metro, vecinos de diferentes zonas debieron enfrentar por sus propios medios los taponamientos en las bocas de tormenta, tal como sucedió en la zona de 57 y 28.
“En tan sólo una hora subió un metro el agua. Estamos hablando de una hora solamente. El agua no escurrió. Es obvio que habría un taponamiento en la zona»
“En tan sólo una hora subió un metro el agua. Comúnmente, cuando el agua queda estancada y empieza a retroceder es cuando se mete en las casas. Estamos hablando de una hora solamente. El agua no escurrió. Es obvio que habría un taponamiento en la zona”, expresó Patricia Yamuni, vecina de la zona, quien desde el sábado reclama a la Municipalidad que se limpien las bocas de tormenta que los mismos vecinos debieron desenrejar para que el agua drenara.
En este sentido, Yamuni manifestó la desinformación que circula respecto del Plan de Contingencia. “No sabíamos si teníamos que autoevacuarnos o no, sabemos que las obras no te van a salvar y siempre van a estar atrás del cambio climático”, sostuvo, y comentó que seguirá habiendo “víctimas fatales si no se realiza un correcto plan de contingencia”.
A esto debe sumarse el paulatino vaciamiento que han sufrido las cooperativas de trabajo, en especial las vinculadas con las organizaciones sociales, que este año han reclamado que se incremente el cupo laboral y se adecuen los salarios a la escalada inflacionaria que sufrió el país. La mayoría de estas cooperativas se ha dedicado al saneamiento de arroyos y zanjas, punto clave para evitar desbordes.
“Ese mismo empeño que pone la gestión municipal en cambiar la iluminación de las avenidas del casco o en eliminar el adoquinado por asfalto debería ponerlo en destapar desagües y mantener las zanjas limpias. Su ajuste para estar en sintonía con María Eugenia Vidal nos pone en peligro a todos, señor intendente”, apuntaron desde el bloque de concejales de Unidad Ciudadana-FpV.
bloque de concejales FPV-PJ: “Ese mismo empeño que pone garro en cambiar la iluminación de las avenidas o en eliminar el adoquinado, debería ponerlo en destapar desagües y limpiar zanjas».
En ese sentido, otro detalle que se suma es la controversia por la quita del adoquinado de las calles de ciertos puntos de La Plata, que vecinos y especialistas han cuestionado debido a que ayuda a que el agua se escurra con mayor rapidez.
“Reduce la velocidad del agua que va a parar, por ejemplo, a Tolosa; el adoquín ayuda a que el agua se disperse, es un paliativo con el que contamos en esta ciudad”, agregó Yamuni. San Carlos, Villa Elisa, Los Hornos, fueron algunos de los lugares más afectados de la ciudad, junto a diversos puntos del casco urbano, como el caso del Parque Saavedra.