Por Aradia García Mujica y Tony Domínguez*
Fotos: Luis Iramaín
Pese a todos los obstáculos del gobierno provincial y del local para la realización de la marcha del orgullo que se realiza todos los años en la ciudad de La Plata, esta quinta edición tuvo una amplia convocatoria, de la cual participaron diferentes espacios de la diversidad sexual, sociedad civil, derechos humanos, políticos, estudiantiles y sindicales.
Desde un comienzo, la gestión del intendente Julio Garró no aprobó el pedido de solicitud para llevarla a cabo con las garantías que esto implica. Primero nos negaron el espacio, luego presentamos la solicitud para el suministro de energía al cual no le dieron respuesta, y finalmente, minutos antes de marchar y habiendo garantizado la presencia de Control Urbano para brindar la seguridad y cortar las calles, la encargada del operativo dijo: “Hemos recibido una orden desde arriba para retirarnos, es una cuestión política, chicos, ustedes saben cómo es esto, ustedes hacen política”.
Claudia Vásquez Haro, presidenta de OTRANS ARGENTINA y titular del Frente de organizaciones TLGBI de la provincia de Buenos Aires, informó que “hace minutos Control Urbano nos informa que no nos van a poder garantizar la seguridad. El secretario de Convivencia y Control Ciudadano, Roberto Di Grazia, dio la orden directa de que se retiren”, y agregó: “Igualmente, nosotres tomamos la decisión política de marchar. Por ello les pido a todes que nos cuidemos entre nosotres y tengamos cuidado de algún infiltrado que quiera romper nuestra marcha”.
“La postura del intendente y de la gobernadora María Eugenia Vidal no nos resulta extraña, nuestra agenda no es una parte de su gestión, los espacios del gobierno que se nombran como política de diversidad sexual sólo son enunciados vacíos sin políticas públicas reales que beneficien a les integrantes de nuestro colectivo”, sentenció Vásquez Haro.
La realización de la 5° Marcha del Orgullo TLGBI de la provincia de Buenos Aires es el resultado de un trabajo colectivo donde participan más de treinta organizaciones que luchan por la defensa de los derechos humanos de personas trans, travestis, lesbianas, gays, bisexuales, intersexuales y géneros no binarios. Nuestro trabajo territorial apuntó a la construcción de una herramienta que nos permita interpelar al Estado para decirle No a la derecha misógina, heteropatriarcal que coarta las libertades individuales y colectivas.
La marcha fue testiga de una masiva participación donde convergieron diferentes luchas interseccionales. Junto a personas TLGBI, marcharon mujeres, adultes mayores, estudiantes, sindicalistas, desocupados, migrantes, pueblos originarios, entre otres. Allí, les jóvenes fueron les protagonistas, sumado a la lucha por la inclusión y la no discriminación. Todes compartían algo en común: el reclamo y la denuncia a las políticas económicas que hambrean al pueblo argentino.
La bandera que encabezaba la marcha estaba conformada por todes les representantes de la Comisión Organizadora, y junto a elles acompañaron la diputada provincial y presidenta del bloque de Unidad Ciudadana-FpV-PJ, Florencia Saintout, y el concejal Gastón Castagneto, del mismo signo político. Una vez más, volvimos a ganar las calles gritando “¡Basta de tortura y matar a travestis y Trans!”, visibilizamos nuestras demandas y denunciamos la ausencia de las políticas públicas por parte del Estado, el recrudecimiento de la violencia de las fuerzas policiales, la connivencia del Poder Judicial y mediático y las políticas neoliberales que impactan de manera hostil y arrolladora hacia a nuestras cuerpas disidentes.
Esta 5° edición nos plantea grandes desafíos de cara a 2019. Hacia dentro, es pensar estrategias para contener a les jóvenes que se vieron interpelades por un movimiento con un sentido profundamente político, que no se queda sólo en el acto festivo y que tampoco tranza con el verdugo. Hacia fuera, potenciar nuestra incidencia para exigir al Estado la no violación a nuestros derechos humanos, y a la sociedad en su conjunto interpelarla para que no siga reproduciendo un orden heteronormativo y patriarcal. Como dijo Carlos Jáuregui, “en una sociedad que nos educa para la vergüenza, el orgullo es una respuesta política”.
* Dirección de Diversidad Sexual de la FPyCS, UNLP.